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Aunque era duro adaptarse a una nueva vida en una nueva dimensión T/N se divertía bastante pasando la tarde con Hobby restaurando los muebles que habían conseguido.

Aunque era un chico extraño era un buen amigo y buena compañía mientras Miguel se encontraba fuera en el trabajo, últimamente estaba muy ocupado y se veían cada vez menos.

- ¿Por qué tan decaída?- Preguntó Hobby mientras barnizaba una silla.

- ¿De qué hablas?- Preguntó T/N.

- No me engañas, hay algo que te tiene pensando ¿Qué es?

T/N dio un largo suspiro y dejó lo que estaba haciendo.

- Extraño a Miguel, los últimos días apenas lo he visto.

- Seh... las cosas han estado tensas en la Spider Society, todos se están volviendo locos.

- ¿Y tú?

- Yo soy un anarquista dulzura, no hago mi trabajo de la misma forma que los demás, a diferencia de los otros, mis días han estado muy tranquilos, pero Miguel tiene que lidiar con todas las dimensiones a la vez.

- Pobre, debe estar exhausto.- Se lamentó la chica.- ¿Ha estado comiendo bien?

- ¿Tengo cara de saberlo?

- Tal vez debería llevarle algo.- Meditó la chica levantándose del suelo donde había estado trabajando en algunas decoraciones.

- Oye! ¿Qué hay de la remuneración?- Preguntó Hobby viendo cómo ella iba directo hacia la cocina y sacaba algunas cosas de la alacena y el refrigerador que habían traído hace unos días.

- ¿Puedes encargarte por hoy?- Preguntó T/N preparando un par de sándwiches.- Es que es importante, no quiero que se fuerce demasiado en el trabajo, tiene que comer algo y descansar.

- Eres demasiado bondadosa.- Se quejó Hobby.- Bueno, lo haré porque me agradas.

- Gracias!- Exclamó ella metiendo los sándwiches en una bolsa y tomando sus cosas para ir en busca de Miguel.

No había estado en el edificio de la Spider Society desde la primera vez que estuvo ahí, los Spider la miraban al pasar pero ella permanecía concentrada en encontrar su camino hacia la oficina de Miguel.

Creía recordar el camino que debía seguir.

Avanzando por los pasillos se tropezó y pudo haber caído de no ser por un par de manos que lo evitaron, se trataba de Jess quien con un semblante preocupado  le ayudó a erguirse nuevamente.

- ¿Estás bien?- Preguntó la mujer.

- Sí.- Dijo T/N con una risa nerviosa.- Lo siento, soy una torpe.

- No te disculpes.- Rió Jess.- ¿Qué haces por aquí?

- Vine a ver a Miguel, no ha descansado mucho últimamente y me preocupa que ni siquiera esté comiendo bien.

- Eres muy dulce pero no te lo recomiendo en absoluto, está muy susceptible hoy.- Jess rodó los ojos.

- ¿Por qué?

- La falta de descanso y el estrés están haciendo lo suyo.- Se quejó la mujer.

- Entonces sí debo entrar.- Exclamó T/N.

- Te deseo suerte, la vas a necesitar.

T/N observó a Jess mientras se alejaba, sorprendida por lo poco interesada que parecía en que Miguel no comiera o descansara, tal vez era algo tan habitual y Miguel tan testarudo que ya se había acostumbrado a sus negativas.

En la oscuridad (Miguel O'hara y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora