Capítulo 5

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Narra Sofía

No podía creer lo que estaba escuchando, nos íbamos a casar con los mafiosos, creo que no me gusta nada esta idea, tengo miedo, no soy de este mundo, no me gusta el tráfico soy una chica buena no me gusta estas cosas, cuando veo que Mariana se va con Manuel, siento que viene alguien y ese alguien es Albaro.

-Hola hermosa.

-Alejate.

-Ey tranquila fiera.

-No me secuestrarás para casarme contigo, no soy ese tipo de mujer, después que le den su herencia nos mataran ¡lo sé!

-Primero ya te tenemos secuestradas, segundo no te mataré después de conseguir mi herencia y tercero estarás más en tú estudio de baile que conmigo.

-¿Cómo que estudio de bailé?

-Si, yo y mis hermanos las estudiamos, Mariana sabe boxear pero no le gusta tanto como leer y escribir, tú eres karateca pero no te gusta tanto como te gusta danzar y Clarisa es una gimnasta pero no le gusta tanto como el arte, así que decidimos hacerles un lugar especial para ustedes, para cuando no estemos, osea Mariana una biblioteca alejada para que el ruido no la moleste cuando esté leyendo, a ti te creamos un estudio de bailé para que dances a tu estilo y sin molestia y a Clarisa le creamos una habitación blanca con cuadros, todo tipo de pinturas de cualquier color que exista en el mundo tu amiga lo tiene ahí.

-Wuao se dieron el tiempo para conocernos.

-Claro, además cada lugar tiene su lugar de armas y también su lugar secreto por si nos encañonan, claro a cada una le enseñaremos a cómo utilizar una pistola, porque serán nuestras esposas y tendrán que aprender. 

-Bueno, ¿Y que hare con Clarisa? No la puedo dejar aquí.

-Mi hermano después que salgamos el viene a por ella, despídete y marchemonos.

Camino a donde Clarisa y le doy un beso en la frente y le limpio las lagrimas con rimel disuelto.

-Clari, Adrian viene pronto, ellos son buenos el te cuidara.

-No quiero que te vayas, no me dejes sola.

-Tranquila, Adrian hablara contigo y las tres nos encontraremos en la sala de estar.

-Okey, bay.

-Bay.

Camino hacia Albaro y el intenta sujetar mi cintura y me le safo del agarre.

-Ey fiera, solo es un abrazo.

-No me abraces se caminar.

-Como digas fiera.

Sigo a Albaro que sigue un camino de piedras muy hermoso con rosas alrededor del sendero, y a lo lejos veo unas ventanas que dejan ver todo lo que hay dentro de este, como un enorme espejo y un poco de pasos más y llegamos.

-Llegamos a tu castillo... Princesa.

-Es hermoso, no puedo creer que hayan hecho todo esto para nosotras.

-No las elegimos al azar sino que las elegimos a cada una porque nos gustan.

Mientras el decía esto él se acercaba y yo retrocedía hasta que llegue a chocar con una pared y el llego a mi y me empezó a besar, en eso me separo de el y me voy.

-Espera linda, no seas asi.

-No soy un juguete sexual que usas cuando quieres.

-No lo eres, tu me gustas en verdad, si quieres me enseñas como bailas y yo te veo.

Secuestradas por la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora