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El encontrarnos en mis vacaciones se había vuelto como una rutina. Mis padres tomaron la decisión de apoyar a la Orden del Fénix y como resultado podía encontrarme con Sirius cada vez que íbamos a una reunión. Como esta vez.

—¿Y si fuera un niño? —trato de ahogar mis risas.

Brouhaha —suelta, sonriendo en cuanto vuelvo a estallar en risas—. No te rías esto es serio, son los nombres que les pondré a mis hijos en un futuro muy, muy lejano.

—No puedes estar hablando en serio —niego, recostando la espalda contra el marco de la ventana y dejando las manos sobre mi estómago.

—¿Por qué no? Son nombres que harán que las personas sonrían y se sientan bien cada vez que los escuchan —se encoge de hombros—. Creo que es una buena idea.

Adoro su forma tan rara de darle vuelta a las cosas, porque todo lo que dice o hace me deja en un trance donde solo puedo concentrarme en sus gestos y su mirada.

—Bueno para los demás, pero tus hijos van a pasar por un gran sufrimiento —lo señalo, y él sonríe atrapando mi mano con la suya.

—Bueno, sabelotodo —se apoya contra la pared a mi lado sin soltarme la mano—. ¿Tú como les pondrías?

La verdad es que jamás lo pensé claramente, solo estaba segura que no les pondría Ruperta o Brouhaha. Paso la mirada por la habitación mientras él apoya la sien contra la pared de madera y me observa esperando mi respuesta con una sonrisa.

—Tal vez Madison la niña, con el diminutivo de Maddie quedaría tierno, ¿no crees? —volteo a verlo y lo encuentro mirándome en silencio, sus ojos iluminados por la vela que estaba sobre la mesa junto a nosotros, recorría mi rostro con lentitud poniéndome nerviosa y haciendo que mis latidos volaran.

—¿Y si fuera un niño?

Lo miro unos segundos, su cabello estaba algo desordenado después de la reunión, pero su rostro estaba tan pulcro y radiante como siempre. Una punzada apareció en mi corazón cuando conecté nuestras miradas.

—Bilius —respondo como puedo porque sus ojos me tienen hechizada.

Él sonríe y pregunta:

—¿Por qué?

—Porque rima con Sirius —susurro, sintiendo mi mano calentarse entre la de él—. Tu nombre es bonito.

—Mi nombre no es bonito —niega, comenzando a jugar con mis dedos hasta entrelazas los suyos con los míos—. Suena a un hechizo maldito.

—Claro que no —suelto una pequeña risa y tiro levemente de su mano, él comprende y acepta mi petición así que se acerca hasta sentarse frente a mí, pasando mis piernas sobre su regazo—. Sirius es la estrella más brillante en el cielo, creo que fue una buena idea ponerte ese nombre.

Él se acerca un poco más, apoyando su mano libre a mi costado e inclinándose levemente como si estuviéramos hablando algo realmente confidencial.

—No hablas en serio.

—¿Qué tiene de malo? —sonrío y elevo una mano a su rostro, lo que lo toma por sorpresa pero no se aleja—. Eres la estrella más brillante que he visto.

Se queda quieto y su mirada se pierde en la mía, no sé qué debe estar pensando pero me preparo mentalmente para escuchar uno de sus chistes y volver a reírme.

Solo que no pasa eso.

Mi cabeza vuelve a apoyarse contra el marco de la ventana cuando se inclina sobre mí y junta nuestros labios.

Fue ahí, frente a la luz de las velas y bajo la de las estrellas que Sirius Black me besó por primera vez.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2023 ⏰

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ENCHANTED, sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora