_01.6

1.9K 143 73
                                    

Tenía a su tío Aaron frente a él. Bueno, no era su tío porque se había dado cuenta de que esta no era su dimensión.

Era curioso como cada dimensión era un sinfín de posibilidades, por ejemplo, se dio cuenta de que en esa tierra su padre estaba muerto y su madre era la Alfa que mantenía la casa a flote, con ayuda del tío Aaron. Su tío era un Beta que al parecer ayudaba a su cuñada y sobrino con trabajos algo ilegales pero necesarios para su supervivencia.

Y ahí estaba, atado en un saco de boxeo rememorando un déjà vu muy inusual.

Tío Aaron, por favor déjame ir— rogó. El Beta parecía de oídos sordos, sin voltear a ver a Miles preparaba un disco antiguo para que comenzara a reproducir una canción que Morales reconocía como su favorita.

Spiderman se retorció tratando de zafar sus manos de las cadenas, al menos para usar su electricidad y explotar el objeto, pero las ataduras estaban muy apretadas. —Sé que eres de los malos, pero yo...

—¿De los malos?, solo hacemos los trabajos necesarios para sobrevivir— Finalmente lo miró a los ojos, sin ningún deje de molestia o furia, solo una mirada neutra. Lo examinó de pies a cabeza haciéndolo sentir incómodo, puesto que, Miles luchaba por mantener sus piernas cerradas ante el lubricante natural que su parte baja iniciaba a producir.

—¿Qué? — Su cabeza estaba dispersa entre muchos temas y ahora, concentrarse le era cada vez más difícil.

Un golpe en seco sonó al fondo del salón,  de entre las sombras, cosa que activó el sentido arácnido de Miles. Aquel traje conocido resplandeció en la oscuridad y su dueño se colocó frente a él.

Era un Alfa de olor sutil. No tenia mucha potencia, pero el aroma a gasolina era ya de por si imposible de ignorar.

—Tu Alfa debe estar muy preocupado — comentó la tercera persona en la sala. Su voz sonaba opacada por el casco y su cabeza se inclinaba ligeramente hacia la izquierda.

Miles negó al ver puntos negros en el aire. Seguramente era por el golpe que recibió en la cabeza. —Yo no tengo Alfa— No entendía por que de repente todo el mundo se empecinaba en devolverlo a Miguel.

Al joven pareció hacerle gracia aquel comentario, porque su tono se escuchó menos ronco que antes. —Que extraño, no creo que los girasoles deban tener olor a cigarrillos—

Miles rodó sus orbes marrones al comprender que ese bastardo lo había impregnado con su esencia en aquel tren.

El de traje metálico alzó su rostro al techo, pensando. El Omega que tenia atado estaba muy herido, suponía que por alguna disputa anterior y el golpe que le dio él para noquearlo lo terminó de joder.

Tenia que alejarlo de ahí si no quería terminar en una pelea con otro Alfa, porque si se guiaba por el aroma que captó en el Spiderman, su destinado era toda una máquina de matar.
Y no estaba para peleas sin sentido, claro que no.

—Te dejaremos a la vista para que pueda llevarte— La lluvia ya había escampado, por lo tanto no habría posibilidad de que el Omega pescara un resfriado. —Tu Alfa vendrá en cualquier momento—

—No, por favor. Si quieres deshacerte de mi, mejor envíame a casa—

Miles tembló levemente y el contrario olfateó el aire para darse cuenta del peligroso estado del Omega.

—En lo personal, no me gustaría meterme en problemas con tu pareja. Parece ser de una personalidad muy fuerte...mucho diría yo— le deseaba suerte al muchacho y mucha paciencia, ante todo. —Necesitas estar con él para sentirte mejor—

Miles cerró sus piernas, aplicando mayor presión esta vez pues sentía que su traje se empaparía si no lo hacía. —Pero mi papá no lo estará si no logro llegar a tiempo—

•caos in the spiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora