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Primer trimestre
Semanas 1 a la 12
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Durante el primer trimestre, el cuerpo pasa por muchos cambios hormonales que afectan prácticamente a todo el sistema. Estos cambios manifestan síntomas algo difíciles de sobrellevar para un progenitor primerizo, en especial porque se dan de forma inesperada.

Pavitr ya estaba cansándose de los constantes mareos y vómitos matutinos que siempre lo hacían correr al baño. Ya ni siquiera se molestaba en bajar la tapa o cerrar la puerta, pues hace días que lo primero que saludaba al levantarse era al inodoro.

A pesar de estos problemas, no tenia mucho de que quejarse fuera de sus malestares estomacales. Ya les habían dado la noticia a sus familiares, obteniendo reacciones de júbilo de parte de su tía Maya y su mejor amiga Gayatri, quienes lo llenaron de mimos al instante.
La noticia fue bien recibida, tanto así, que su tía les ofreció quedarse en su casa mientras las semanas de gestación se completaban, pero ambos negaron de la forma más amable posible, pues Miguel ya les había adaptado un pent-house para esto.

Hobie le dijo que el podía brindarle los cuidados necesarios a su Omega y Maya se mostró muy complacida con ello, su pequeño Pav había encontrado a un buen muchacho.
"Solo prométanme que vendrán a visitarme seguido", recalcó. "Espero que en una de esas visitas pueda conocer a mi sobrino". La pareja se había despedido con un abrazo efusivo, agradecidos inmensamente por la comprensión de ambas Hindúes.

Por otro lado, el padre de Hobart ni siquiera se dignó en felicitar a su hijo, solamente se abstuvo a escuchar lo que tenia por decir y lo despidió sin remordimientos. Pav, al conocer la situación de su Alfa quiso consolarlo por la indiferencia de su progenitor, pero a Brown pareció no importarle.
"Lo más importante para mi, eres tu. Si te pierdo a ti, lo pierdo todo", le había dicho. "Los demás se pueden ir a la mierda". Pav había reído enternecido por la sinceridad del contrario, admirando en silencio la resiliencia de su compañero.

Entonces confirmaba. No se podía quejar más allá de solo los síntomas que surgían uno a uno con el pasar del tiempo, como sus antojos. Así es, las malditas nauseas se habían convertido en antojos; y no solo eso, también el bebé parecía empezar a mostrar rechazo por ciertos alimentos.
Su cachorro lo estaba torturando de una manera terrible, solo quería comer frambuesas. Las frambuesas eran su antojo favorito, especialmente en el olor de su Alfa. Quería pasar abrazado inhalando el aroma de Hobie por horas y su aperitivo de todos los días eran esa fruta en especifico. Ya lo estaban cansando, pero se sentía como una necesidad el ingerir aquel manjar.

Como una adicción. Como una droga.

Oh...y una cosa más... Su frijolito detestaba el té de todo tipo. Como si no fuese hijo de un padre Inglés y uno Hindú, el chiquillo prefería la cafeína. Se suponía que eso era malo en el embarazo, así que no comprendía la insistencia de su retoño en beber eso.

Pav ya quería que esta etapa se terminara para volver a tomar chai sin que este le diera asco.
Y Hobie, él solo quería dejar de levantarse de madrugada a conseguir platillos exóticos que involucren frambuesas.


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A medida que el tiempo pasaba, los cambios se manifestaban en su rutina diaria al igual que los malestares.

•caos in the spiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora