La pelinegra cerró la puerta detrás de sí, asegurándose de ponerle llave a la puerta, cuando dirigió su vista al frente, se encontró con una peculiar y conocida cabellera rojiza.
- ¿Cuál es tu excusa de hoy? - preguntó mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro.
Desde aquel día que "la salvó", el pelirrojo había aparecido esperándola frente a su casa, para luego ambos ir al edificio de la clase E.
- No hay excusa, esta vez - se alzó de hombros y se dejó de apoyar en el poste, donde había estado esperando pacientemente a la pelinegra. - Entonces, ¿nos vamos?
- Vamos.
A pesar de que la pelinegra había dicho que iba a mantenerse alejada de él, de alguna u otra forma terminaba encontrándose con él, teniendo que trabajar con él, o siendo su compañero de mesa, como ocurría en la clase de hogar. Por lo que terminaron teniendo una extraña amistad.
La pelinegra aún no lo había reconocido abiertamente como su amigo, pero las ojeras que le empezaron a aparecer por las noches de desvelo que se las pasaba hablando con el pelirrojo no decían lo mismo.
Algunas bromas no faltaron en el camino, y al haber estado más temprano en lo alto de la colina, decidieron caminar un ratito por los alrededores, llegando a un lugar semi-apartado, donde Karma se sentó en el tronco de un árbol, y la pelinegra subió a la rama más cercana.
- Oye, Gemita. - el pelirrojo la llamó
- ¿Qué pasa, Fresita?
Ambos se habían puesto apodos hace unos días, mientras caminaban para el edificio de la clase E, el pelirrojo se justificó con que su cabello y los ojos le recordaban a unas gemas que había visto en un álbum que sus padres tenía, mientras que ella le apodó así por la leche de fresa que usualmente le veía tomar.
- ¿Tienes algo que hacer hoy?
La pelinegra lo pensó unos momentos, para luego negar.
- Quiero que me acompañes a un lugar luego de clases.
- ¿Me secuestrarás? - bromeó, haciendo que el contrario soltara una pequeña risa.
- Si así lo quieres ver, entonces sí. - le sonrió
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- Permítanme que les presente a su nueva profesora de inglés. - Karasuma se encontraba frente a los alumnos junto a un Koro-sensei disfrazado y una mujer rubia, quien se veía muy pegadita al pulpo.
- Me llamo Irina Jelavic. ¡Encantada de conocerles!
Su actitud hacía extraña la situación, su voz estaba irritando a la pelinegra, quien la miraba con un ceño fruncido.
- Uno de nuestros objetivos es darles experiencia real en lenguas extranjeras, supongo que no hay objeciones en que ella dé casi todas las clases de inglés.
- Bueno, si insistes...
Su cara se tornó de un rosa animado, lo que no dejó a dudas a los adolescentes de que estaba encandilado con la nueva profesora, o con sus atributos.
- Cuanto más te miro, más me gustas, tus ojitos pequeñitos y redondos como dos pastillas, tus articulaciones extrañas y flexibles... me tienes totalmente cautivada.
- ¡Qué vergüenza!
- Por donde quiera que lo veas, es obvio que es una trampa - pensó la pelinegra - Al parecer las malas mañas nunca cambian... - suspiró mientras miraba con fastidio a la nueva rubia.
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𝐿𝑜𝓈𝓉 𝑜𝓃 𝓎𝑜𝓊
FanfictionTodos saben que la curiosidad mató al gato, pero este murió sabiendo. ¿Qué pasaría si, por mera curiosidad, el pelirrojo del que trata este fanfic quisiera indagar sobre el pasado de una pelinegra que se integró a la clase E? ¿Qué pasaría si dicha...