CAPÍTULO 2: CONVIVIENDO CON ALICE

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Narra Luigi

Este último año ha pasado demasiado lento para mí.

A pesar de que Alice cumplió su palabra de que no lastimaría a nadie y que se comportaría como Mario lo hacía, lo cierto es que en casa ella era… un poco traviesa conmigo: no paraba de darme sustos como los que solían darme en todas las mansiones a las que había entrado; cuando me bañaba ella entraba sin permiso y se quedaba conmigo estado ella con o sin ropa; y alguna vez que otra estuvo a punto de mutilar el cuerpo de mi hermano.

M/A: “Bueno Mario, es hora de que te quitemos algo de bigote.”

L: “¡NOOOO!” Conseguí quitarle la maquinilla y espuma de afeitar. “¿¡QUIÉN TE HA DICHO QUE PUEDES MANIPULAR EL BIGOTE DE MI HERMANO!?”

Sabe dónde más duele…

M/A: “¿Sabes qué Luigi? Mi sonrisa era de las más hermosas en mi pueblo, pero con estando en el cuerpo de Mario me es difícil sonreír como antes. Así que…” Comenzó a sonreír como una psicópata. “Voy a sonreír así hasta recuperar mi sonrisa.”

L: La detuve. “¡PARA! ¡VAS A DESFIGURARLE EL ROSTRO A MARIO!”

M/A: Extendió más su sonrisa con los dedos de Mario. “Solo un poco más y…”

L: “¡SUFICIENTE!”

Y a veces me manipula para que yo haga lo que ella quiere.

M/A: “Sabes que si me pegas entonces pegas a Mario, ¿verdad?”

L: “*Tiene razón, no puedo hacerle eso a Mario.* Tú ganas.”

M/A: “Oh, que tierno. ¿Tanto te preocupa que el cuerpo de tu hermano salga lastimado, mi pequeñito Luigi?” Soltó una risita mientras yo me sonrojaba.


Lo cierto es que desde hace unos años comencé a sentir algo más que un amor fraternal por Mario. Él es el único que me acepta tal y como yo soy, es el único que siempre ha velado por mi seguridad… El único que realmente me importa. Pero claro, Alice se enteró a medias de mis deseos hacia mi hermano. 

Una tarde de verano estaba tomando el sol en el patio de nuestra casa, frente a la piscina plegable que poníamos cada año, cuando Alice salió y me llamó para que me voltease y la viese. No podía creer lo que le había puesto a Mario: uno de esos bañadores ajustados que dejaban ver las marcas de las nalgas y… el pene.

M/A: “¿Y bien Luigi? ¿Qué te parece?”

L: Me quedé en estado de shock, pero a la vez sentía cosquillas en mis intimidades. “T-te… te ves linda. Peeeero… Te lo pusiste TÚ, así que no cuenta.”

M/A: “¡Vamos Luigi! Ahora estoy en el cuerpo de un hombre. No querrías que Mario se pusiese un trikini, ¿verdad?” Mi silencio fue suficiente para saber que ella tenía razón. “Estoy segura de que si fuese Mario quien llevase este bañador no pensarías lo mismo.” Se metió en la piscina.

L: “*Si Mario lo llevase…*” 

En mi mente comencé a fantasear con mi hermano llevando ese bañador, mirándome todo seductor con esos ojos azules iguales a los míos, acercándose a mí y tomándome de la barbilla mientras me besaba apasionadamente. Quería…. No: NECESITABA que Mario me hiciese el amor, quería entregarle a él mi virginidad. Pero ahora es Alice y solamente Alice.

M/A: “¿¡Enserio Luigi!?” Me despertó de mi fantasía. “¿¡Otra erección!?”

L: Me cubrí con mis manos a mi pene queriendo salir de mi bañador. “¡C-CALLATE! ¡SI NO FUESES CON ESAS PINTAS NO ESTARÍA ASÍ!” Era obvio que Alice lo sabía, pero parecía que a ella le daba igual que yo sintiese esta clase de amor por mi hermano.


Volví a casa después de una jornada de trabajo ayudando a los Toads con las tuberías y desagües de sus casas cuando veo a Peach salir de nuestra casa.

L: “Buenas noches princesa.”

P: “Oh, buenas noches Luigi.” Me dedicó una de sus hermosas sonrisas.

L: “¿Cómo te lo has pasado con mi hermano?”

P: “Bastante bien. Él ha caído rendido en la cama tras tanta diversión en aquel parque de atracciones.” Suspiré de alivio al saber que Alice no lastimó a Peach ni mucho menos a Mario. “Nos vemos mañana, ¿está bien?”

L: “Claro, ten dulces sueños princesa.” Se subió a su coche y se fue de vuelta a su castillo. Sabiendo que Alice estaba dormida aproveché para ducharme con tranquilidad, cené, me lavé los dientes y me puse el pijama. “*Supongo que… tal vez…*” Fui a la habitación de Mario y me encontré su cuerpo tumbado en la cama. “*Mario.*” Entré, me tumbé a su lado y acaricié su cara con mi dedo índice. “Hola… Hace tiempo que no hablamos, ¿verdad?” Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. “Mario, ¿dónde te has ido? Te echo mucho de menos. Las cosas no son iguales si tú no estás aquí y… me siento muy desprotegido sin ti. Quiero volver a ver tu sonrisa; quiero volver de aventuras contigo; quiero volver a hablar contigo y reír contigo; pero lo que más quiero es que tú vuelvas. Sé que eres más fuerte que ella, así que por favor, si estás ahí… no te rindas. Te quiero Mario… siempre te querré bro.”

Narradora

Finalizada aquella confesión Luigi se levantó de la cama y se fue a su habitación a dormir, aún con lágrimas en su rostro. Pero algo comenzó a resonar dentro de Mario al oír las palabras de Luigi…

La cosa se pone interesante 😲

Decidme si queréis que continúe porfi.

Nos vemos 💕

No nos separas (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora