Paternidad en la BatFamily [M-preg]

18. Amamantar.

SuperBat
(Clark Kent y Bruce Wayne)

Línea de tiempo: continuación de "contracciones".

Mansión Wayne, Gotham.
Sábado.
02:15 am.

Clark se despertó por el estruendoso llanto de un bebé. Se levantó a todo lo que daba y voló hasta la habitación de la que provenía el sonido, allí estaba su pequeña bebé de apenas 2 meses llorando en su cuna, probablemente por un mal sueño o porque tenía hambre, era más seguro que fuera por la primera opción.

- Ven con papi, Elara...- Clark levantó con cuidado a la bebé y la acunó en sus brazos, su pequeña tenía precioso cabello negro muy alborotado y ojos tan azules y brillantes como los suyos. Simplemente hermosa.

Elara dejó de sollozar poco a poco mientras su papá la mecía suavemente y cerró sus ojos con lentitud, el sueño volvía a adueñarse de su pequeño ser. Clark besó con amor su diminuta frente y con delicadeza la recostó nuevamente en su gran cuna.

- Dulces sueños, mi princesa...- susurró el súper hombre y abandonó en silencio la habitación de su bebé.

Al volver a su propia habitación se encontró con su esposo quien ya estaba completamente despierto y revisaba su teléfono, lo más probable era que estuviera hablando con Oráculo para saber el estado de Dick quien aún sustituía a Bruce como Batman.

- ¿Como está ella?- cuestionó el murciélago en cuanto su esposo se recostó a su lado.

- Bien, no tardó en dormirse otra vez.- Kent bostezó y abrazó la cintura del contrario.- ¿Que haces?

El millonario miró de reojo a su somnoliento esposo.- Nada importante, ¿Volvemos a dormir?

El kriptoniano asintió y Bruce dejó su teléfono en una mesita al lado de su cama, abrazó a Clark y decidió que dormiría un poco más si eso significaba estar más tiempo en los brazos de su gran amor.

- Te amo, Bruce...- susurró Kent sobre la frente de su pareja.

- Yo también...- respondió Wayne y se dejó llevar por el cansancio que nublaba su cabeza, cuidar a una bebé no era nada fácil.

[•••]

Domingo.
11:00 am.

Cómo era tradición en la mansión desde que Elara nació, todos en la familia hacían lo posible por reunirse un rato los domingos para pasar el tiempo y estar con la pequeña bebé.

En ese momento Cass acunaba a su hermanita con delicadeza mientras tarareaba una lenta canción de cuna que Babs le había enseñado. Elara solo balbuceaba alegre y aplaudía, le gustaba cuando sus hermanos jugaban con ella o le cantaban.

- ¡Aquí estás!- la voz de Dick sonó demasiado estruendosa en la calmada biblioteca. Cass y Elara voltearon para encontrarse con la cara satisfecha del mayor.

- ¿Me estabas buscando?- cuestionó la chica mientras mecía más rápido a la bebé provocandole varias risitas juguetonas.

- Si, es hora de que el pancito coma.- Dick tenía un apodo muy curioso para su hermanita bebé, "pancito" era su forma de referirse a ella. No pregunten, nadie sabe porque la llama así.

Cass dudó un poco, no quería separarse de Elara pero la bebé debía comer adecuadamente así que con pesar se la entregó a su hermano mayor quien sonrió y sostuvo con cuidado a la pequeña.