Sol de medianoche [Miguel O'Hara x Peter B. Parker]

Capítulo 5 Recuerdos

Mi nombre es Peter, Peter B. Parker.

Esa tarde Peter se encontraba balanceándose por las calles de aquella gran ciudad, Nueva York, parecía un día tranquilo y hasta ese momento lo era. Una extraña luz que alumbró un callejón llamó la atención del castaño quien salió disparado en esa dirección.

Al llegar vio frente a él algo que parecía un portal, dudo si acercarse o quedarse ahí pero antes de que pudiera decidir su sentido arácnido lo alertó del peligro inminente.

Humo verde empezó a salir del misterioso portal y pocos segundos después un hombre con una pecera en la cabeza, o a si lo describiría Peter, hizo aparición.

-¿Qué es esto? ¿Dónde me han traído?- gritaba alterado aquel sujeto mientras el portal tras él se cerraba.

-¡Hey cabeza de burbuja!-gritó Peter con tono despreocupado- ¿Te encuentras bien? Por que mejor no vienes y me cuentas quién eres y por qué te vistes así.

-¿Cómo te atreves a hablarle así al gran Misterio?- dijo mientras alzaba sus brazos y el humo detrás de él se alzaba de igual modo.

-El único misterio aquí sigue siendo él porque usas ese disfraz.-dijo Peter restándole aún más importancia a la "amenaza" que tenía enfrente.

-Pagaras por tu insolencia. Nadie jamás le había hablado así al gran Mist...- otro portal fue habierto justo detrás del que se hacía llamar Misterio. Del portal Peter pudo ver cómo un pie salía dando una patada directa a la espalda del villano haciéndolo caer, después pudo ver por completo al responsable.

Un hombre con un traje azul metálico, oscuro y con detalles rojos había salido del segundo portal. Peter quedó atónito al ver la figura de aquel hombre que, sin poder mentir, le pareció algo intimidante.

Aquel sujeto envolvió al villano con una especie de telaraña roja, lo cargo como si de un costal de papas se tratase y lo arrojó al portal cerrándose este último en el proceso.

El hombre se quito la máscara, dejando ver el rostro de aquel hombre que se había encargado de Misterio. La piel morena, los ojos rojos con tintes de marrón en ellos, sus facciones, su cabello algo despeinado, podría decirse sin dudas que era atractivo.

-¿Spider-Man?.- dijo con voz masculina e imponente.

-S..sí.

-Mi nombre es Miguel O'Hara. Dirijo un grupo de personas que se encarga de mantener el equilibrio y orden de lo que llamamos polimultiverso aracno-humanoide.- dijo el moreno con seriedad, tanto en su voz como en su rostro.

Peter había dejado de poner atención después de Miguel, su vista se había centrado en los grandes y marcados pechos de este último.

-Diculpa ¿Me estas escuchando?-dijo el moreno enojado y perdiendo la paciencia.

-Claro, totalmente, aracno-universo y esas cosas.

-No puedo creerlo, otro idiota.- dijo para si mismo el moreno.- Bueno como te dije, mi nombre es Miguel O'Hara, en mi dimensión yo soy Spider-Man también llamado Spider-Man 2099. He venido para que te unas a nosotros para mantener y preservar todos los universos.

A Peter le tomaría más tiempo procesar todo lo que acababa de escuchar, ciertamente era mucha información y desafortunadamente una sola cosa pasaba por la mente de Peter.

-Claro, me uniré no hay problema, pero hay algo que debes hacer por mi.

-¿Y eso es?

-Vayamos por algo de comer.

Después de eso, Peter se las arregló para que O'Hara lo acompañará por algo. Peter había comprado una pizza por lo que subieron a lo más alto de un edificio para comerla y charlar con más detalle de lo que el moreno le había comentado en aquel callejón. La sociedad aracnida, el reloj y demas cosas se aclararon en esa conversación.

-¿En serio no quieres? Esta pizza es deliciosa.

-Estoy bien gracias.

-Tú te lo pierdes.

Peter se retiró la máscara entonces O'Hara con curiosidad miro al hombre detrás de ella, un hombre que era apenas unos años mayor que él, con unas cuantas canas, una nariz que O'Hara describiría como peculiar, sin dudas para el moreno era alguien apuesto. No fue hasta que el castaño giro el rostro por completo que se dio cuenta, era la viva imagen de Peter Parker, el Peter de la tierra 1610

O'Hara no había dejado de ver a Peter en todo este tiempo, no podía dejar de pensar en su parecido con el difunto Spider-Man por el cual, al menos por un tiempo, se había sentido atraído.

-Me acabo de dar cuenta, no me presenté como es debido.- dijo Peter con algo de pizza aún en la boca.-Mi nombre es Peter, Peter B. Parker, es un gusto, Miguel.

Un escalofrío recorrió al mencionado al escuchar al castaño pronunciar su nombre.

Miguel no terminaba de entender que era esa sensación y no le dio mucha importancia. El tenía sus propios asuntos, la sociedad aracnida y el nuevo universo que encontró donde tenía a su pequeña hija, eran todo lo que le importaba...

Jamás imagino que un terrible incidente le arrebataria a su hija y que Peter junto con la pequeña May, se convertirían de ahora en adelante en su única preocupación.

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El moreno abrió los ojos, había despertado de aquel sueño. No, no era un sueño, era más bien un recuerdo y uno muy lindo por cierto. El recuerdo de cómo conoció al castaño que se encontraba ahora recostado en su pecho durmiendo pacíficamente.

O'Hara acarició el cabello del castaño, dejo un beso en su frente y lo cargo al tiempo que se levantaba del sillón para posicionarlo mejor sobre este. Lo tapo con una cobija que tenía por ahí, pues O'Hara solía pasar las noches en ese sillón cuando había mucho por hacer, y sin más se dirigió hacia el centro de control.

-Parece que dormiste bien, les tome muchas fotos, espero que no te moleste.- dijo Lyla con tono burlón que hizo enojar al moreno.

-¿Cuanto tiempo estuvimos así?

-2 horas, cerré la puerta todo ese tiempo para que nadie entrará, aunque todos empiezan a preguntarse donde se metieron.-dijo Lyla mientras le enseñaba las grabaciones de seguridad.

-Bien, asegúrate de que los demás estén realizando sus labores sin problema alguno, lo dejo en tus manos.-le dijo a Lyla con inexpresividad mientras está solo asintió y se fue, sí bien le encantaba molestar a Miguel, sabía cuándo era hora de retirarse.

Miguel volteo a ver al castaño que aún seguía dormido, le dedicó una leve sonrisa, se acercó a él y le dio un beso más en su cachete. Se puso de pie y se retiró hacia la plataforma elevadora.

Peter, quiero protegerlos, a ambos.

Miguel empezaba a hacerse consciente de la situación. Peter era un hombre casado, con una pequeña y hermosa hija y más importante aún, de otro universo y sí bien parecía que Peter correspondía a las actitudes del moreno e incluso había ocasiones en las que era él quien iniciaba esas interacciones, el moreno no estaba seguro ni terminaba de entender los sentimientos del castaño.

No quería que ninguna de las partes saliera lastimada.

Tenía una decisión que tomar, sí contenía sus deseos e instintos o si jamás dejaba ir al castaño. El sabía cuál opción era la correcta y para bien o para mal, ya la había tomado.