Capítulo 10: Las cosas por reparar.

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El sonido del tráfico de aquella gran ciudad en la que vivía fue lo que le hizo abrir los ojos, la luz del sol entraba por la ventana y bañaba toda la habitación.

Poco a poco empezó a abrir los ojos, con pesadez pero parecía que estaba logrando empezar a distinguir las cosas. Algo adormilado se levantó del pecho que había estado usando como almohada y miro a todas partes algo confundido.

Chaparrito ¿Esta todo bien?— dijo el moreno quien, de igual forma, iba despertando. El castaño lo miro sonrojado por como le había llamado y le dedicó una sonrisa pero algo cruzó por su cabeza y como alce en plena carretera en la madrugada, abrió los ojos.

—¡MIERDA!— dijo mientras se ponía en pie y comenzaba a vestirse. Esto descolocó al moreno en todos los sentidos, por un momento creyó que Peter se había arrepentido de lo que había ocurrido entre ellos por lo que temeroso se aventuró a averiguar que es lo que pasaba.

—¿Peter?

—Tenia que haber pasado por Mayday y ya son las...— dijo mientras miraba el reloj de su celular.—¡LAS 3 DE LA TARDE!— dijo mientras aumentaba la velocidad.

Miguel se sintió más tranquilo, la idea de que Peter se arrepintiera de lo que pasó le mataba. Claro que le importaba Mayday pero ahora mismo no podía evitar sentirse más que aliviado.

—Carajo me duele todo. Sí que te gusta rudo O'Hara.— dijo el castaño pícaro consiguiendo un sonrojo del mencionado.

—Pues yo recuerdo a alguien pedirme que no me detuviera y queriendo más.— dijo cerrando los ojos y sonriendo a lo que Peter fingió indignación.

—Como sea, tengo que irme. Creo que te veré luego, no me escribas que yo te escribiré. Nos vemos luego, adiós.— dijo él castaño mientras salía a toda velocidad de aquel lugar. Esto desconsertó mucho a Miguel, quería hablar con Peter de lo sucedido, quería quedarse con él el resto del día, quería acompañarlo a recoger a su pequeña pero este se había ido así sin más.

El moreno un poco triste y ansioso decidió vestirse, tomar el reloj y abrir un portal hacía su dimensión, no sin antes dejarle una nota a Peter, claro.

Miguel sabía que tenía cosas en el por reparar, solo que aún no sabía cómo hacerlo.

El portal se cerró tan pronto como se abrió, dejando únicamente a esa habitación que ahora albergaba un recuerdo compartido que sin duda, ninguno de los dos jamás olvidaría.

🕸️

—MJ de verdad lo siento. Me quedé dormido y lo olvidé por completo.— dijo Peter mientras jadeaba pues había ido corriendo hasta la casa de la pelirroja.

—No te preocupes, debiste estar ocupado con algo importante, yo entiendo.— dijo mientras le entregaba a la pequeña que estaba durmiendo y una maleta con unas cosas para la bebé.

—Oh sí, vaya que lo fue, fue algo intenso y agotador.— dijo Peter soltando un suspiro.

—Pero ya no importa, ahora llevaré a esta pequeña a casa de papi.— dijo mientras dejaba un beso en la cabeza de su hija, quien al sentirlo, se movió un poco.

Se despidieron y Peter puso marcha hacia su departamento. En el camino pensó y medito sobre lo sucedido. Mierda, lo había disfrutado como nunca, pero estaba algo nervioso, no sabía que era lo que seguía, como debían proseguir las cosas. ¿Qué se supone que deberían hacer?

Una vez llegó al departamento, dejo a May en la cuna que compró, dejo la maleta en la silla mecedora y salió del cuarto que Peter adapto para su pequeña.

¿Será buena idea? ¿Le gustará?

Sin pensarlo más de lo debido, se decidió y comprobando de que su pequeña aún durmiera, se dispuso a bajar a los puestos que estaban fuera de aquel lugar en donde vivía. Estaba dispuesto a dar el primer paso para hacer al moreno tan feliz como estuviera en sus manos. Quería hacerlo parte de la familia formalmente.

Antes de salir, encontró la nota que Miguel le había dejado.

Perdón sí hice algo que te lastimó, es lo último que quiero. Me encanto lo de anoche
Llámame

Miguel.

Quien lo diría.— dijo Peter sonriendo al tiempo que dejaba la nota en el mueble que tenía más cerca. Una vez hecho eso, se dispuso a completar su misión.

🕸️

Miguel había aparecido en el cuartel de la Spider-society, en su oficina más específicamente. Puso marcha a su centro de control y aún con aquella insertidimbre que le dejo la repentina retirada de Peter, comenzó a trabajar para distraerse.

Así pasó aproximadamente dos horas, sorprendido de que Lyla no lo haya molestado en todo este tiempo. Decidió tomarse un descanso del trabajo que había pendiente, pues en su ausencia, los Spider's habían detectado más anomalías aunque también habían regresado más sujetos a sus respectivos universos.

Se disponía a sentarse un rato, ir por algo ligero para comer tal vez, pero termino haciendo lo que siempre hacia.

"Esta vez sí pudimos papi"

”Esa es mi hija, ahora lávate para cenar ¿Sí?"

La grabación se detuvo para dar paso a pequeñas lágrimas que recorrieron el rostro de Miguel. Se sentía tan culpable de haberse permitido ser feliz por al menos unos momentos, pero ya no había nada que pudiera hacer.

La verdad es que no sé arrepentía y eso es lo que lo mortificada, pero había deseado tanto aquello. Amaba a Peter, lo amaba, a él y a su pequeña que ahora consideraba incluso como suya.

—Miiiigueeel. — dijo Lyla juguetona y anunciando su presencia.

Miguel se limpio discretamente las lágrimas de su rostro y dirigió su mirada a quien había aparecido de la nada.

—¿Qué sucede Lyla?

—Habra una reunión con toda la Spider-gente. Tienes que ponerte bonito. — dijo la mencionada mientras daba pequeñas palmadas en la cabeza de Miguel.

—No iré.— dijo Miguel sin ser grosero pero sin dejar paso a la negociación

—Peter estará ahí.

—... Dame los detalles.— dijo Miguel un poco sonrojado, cosa que no pasó desapercibida por su asistente.

—Eso es lo de menos. Primero y más importante, debes bañarte y ponerte esto.— dijo mientras una plataforma se acercaba a ellos con una caja en la cual se encontraba un traje azul marino hecho a la medida.

—Avisame cuando estés listo, abriré un portal directo al lugar de la reunión.— dijo para después desaparecer sin decir más.

Miguel vio el traje algo extrañado, lo tomó en sus manos y vio que era de muy buena calidad. Así que sin objetar más, soltó un gruñido y siguió las instrucciones de Lyla.

Había algo sospechoso en todo eso.

Sol de medianoche [Miguel O'Hara x Peter B. Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora