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Mi mano tiembla mientras me aplicó el pintalabios rojo. En el espejo puedo ver que tengo los ojos rojos. Me aclaro la garganta intentando deshacer la pelota que tengo atorada, se siente como una pelota. Quiero llorar. He aplicado el color de forma desprolija, así que con el dedo retiro el exceso. Intento verme como me había dejado la maquillista. Antes de que entrará el productor y me bajara las bragas para hacerme todo lo que quiso. 

¿Cuando seré libre? ¿Cuándo? ¿Cuándo?. Nunca, eso parece. Una lágrima resbala por mi mejilla. Parpadeo y me apartó del espejo. Respiro. ¡Estoy tan cansada!. Ya no quiero ser la diversión de esos hombres. ¡Ya no!. Preferiría la muerte. Pero no puedo. Esta Prim. No me gustaría que pasará por lo mismo. No lo permitiré. 

La primera vez que Plutarch me cambió por dinero tenía apenas 6 años. Era un hombre de 30 y me alquiló. Fue la primera vez y la mejor pagada según Plutarch. A partir de allí, mi destino estuvo firmado. Un hombre tras otro, tras otro. He preferido no llevar la cuenta, pero me es imposible olvidar. Cada cosa he tenido u logrado la he conseguido gracias a revolcarme con quien sea necesario. 

El sonido de la puerta me sobresalta. —Katniss tienes que salir a escena. 

—¡Ya voy respondo!. —Me miro en el espejo por última vez para corroborar que estoy lista. 

Así que abro la puerta donde me encuentro a la encargada de vigilarnos a los actores. Al parecer en el cine también las tienen, era de suponer pero esperaba un cambio más impresionante. Yo soy de la televisión, he salido en programas de variedades de hecho el primero en el que apareci fue en uno del tipo (Reality show). Reality por Real pero de real no tiene nada. Tenía 4 años y mis padres acababan de fallecer. Recuerdo que me bombardeaban con preguntas sobre ellos para hacerme llorar y después me evitaban para hacerme ver cómo una pequeña berrinchuda. Me apodaron la pequeña berrinchuda. 

Me muerdo la lengua. Siempre odie ese apodó. Jamás fui berrinchuda, de hecho fui bastante tranquila. Tan tranquila como para resistir de forma callada a cada uno de esos hombres. Tan callada como para resistir las horas tras las luces (que dan calor) de los sets de grabación. Como quiera que fuera, "pequeña berrinchuda" fue mi apodo. Me hubiera gustado que el nuevo tuviera un tono distinto, más me fue imposible y aunque cambió, porque tienes que tener muy mala suerte como para que la prensa te siga llamando con tu mote infantil. El nuevo lo sigo detestando. "Princesa en llamas". Demasiado largo. Princesa por mis diversas apariciones en la TV y porque he ganado la mayoría de premios otorgados a los actores en la TV y en llamas por mi carácter ya que según la prensa lo berrinchuda jamás se me quito. 

En el pasillo está todo el staff corriendo de un lado a otro. Me dan indicaciones y me situó al lado del galan del momento y coprotagonista Finnick Oldar. El y su séquito de fans asegura que esta donde está por su talento pero la realidad es qué no tiene más talento que su belleza. El es un fraude solo da la cara y mueve los labios al compás de la pista pregrabada. No viene de la mejor casta tampoco. Por lo que supongo que ha subido como yo a cambio de favores sexuales. 

Acción. Dice el director y los camarógrafos nos enfocan. La pista suena y el galan comienza a mover los labios. En el libreto pone que tengo que huir de el así que lo hago mientras las cámaras me siguen. El "canta" y baila mientras sonrie. Las horas pasan y para el final del día hemos repetido la escena decenas de veces. Ambos estamos sudados así que los de staff nos dan botellas de agua. Nuestro llamado ha terminado por hoy. ¡Por fin!. Sin ver a nadie más y sin hablar me encierro en mi camerino para ducharme. 

Al finalizar me dejó caer en la silla frente al tocador. Abro una pastilla de menta y la chupo mientras espero a que Plutarch aparezca. La puerta se abre y frunzo en seño al ver a Finnick. 

—¿Ya te vas? . —Me pregunta. 

—Se toca antes. —masculló.

El entra ignorando mi comentario. —He traído a alguien que quiere conocerte. Es tu mayor fan. 

Un fan a estas horas. ¡Que horror!. No tengo ganas de poner buena cara. Muevo el dulce de lado con la lengua. La menta es tan fresca. Finnick hace un gesto antes de que yo pueda responder. Tras el aparece un muchacho musculoso rubio y de ojos azules. Al verme sus cejas se levantan con sorpresa y después me da una sonrisa. Desvío la mirada del chico para volverme a centrar en Finnick. 

—No me has escuchado. ¡Se toca antes de entrar!. 

Pero Finnick alza la voz sobre mí. —El es Peeta Mellark y es… 

Su acompañante a perdido la sonrisa y parece arrepentido de haber venido. Lo que necesitaba más notas sobre mi carácter en la prensa. Intento explicarlo para que no afecte tanto en la reputación. Si mis fans leen la nota donde me enfado por pudor me darán la razón. 

—Ese no es el punto. Estaba el camerino cerrado. ¡Se cierran porque podía estar desnuda!. 

—Ah pero no lo estás. —Argumenta él. 

Su acompañante tira de el, seguro que se ha decepcionado de mí. O incluso verme desnuda era su intención. 

—Acabo de salir de la ducha tuvimos una jornada larga de grabación. Esta bien que te guste ser un exivisionista pero a mi no. 

El chico rubio logra sacarlo del camerino pero se vuelve antes de bajar para mirarme. —Usted tiene toda la razón. No era mi intención ofenderla. Me disculpó por la molestia. 

Su mandíbula es una cuadrada. Sus labios son delgados y rosados. En su mirada encuentro las pupilas demaciado dilatadas, lo que me deja ver que le gusto. A diario veo a tantos hombres así, este tiene un rostro más bonachón pero en el fondo se que es como todos los demas. —Solo vete. 

El chico asiente y baja el rostro y así sin más se va del camerino. Escupo la menta y me veo en el espejo. "Todavía soy atractiva" pero cuanto durará. Me gustaría conseguir un hombre proveedor. Un hombre que me ayude a dejar este mundo de favores amargos. Prim tiene 12 años y temo que el tiempo de pasividad se le acaba. No quiero que Plutarch la venda. ¿Pero quien estaría dispuesto a casarse? Nadie. He estado con los hombres más importantes de el país. Todos hombres de negocios y con sus esposas que si son aceptables socialmente. Soy una famosa de la TV y tengo fama de diva. No soy un buen partido. ¿Que hombre me tomara enserio?. Ninguno. 

Si quieren estar conmigo vasta con hablar con Plutarch y pagarle con dinero o con ayuda para mi carrera. Así he obteniendo todo lo que tengo. Los hombres son todos iguales. Te buscan por morbo y cuando les das lo que quieren se aburren. Chasqueo la lengua. Los hombres solo quieren una cosa. Solo una. La puerta se habre y al volverme veo a Plutarch con su cabello cano y su rostro redondo. Esta demaciado gordo por comer a mis costillas. Si pudiera, lo envenenaria ganas no me faltan. 

—Vámonos.

Tomó mis maletas y camino por delante de mí explotador. El staff me mira mientras pasó. Deslumbró a Finnick que charla con su amigo. Mi supuesto fan. El rubio me sigue con la mirada. Aceleró el paso. Niñatos estúpidos, pienso. En la salida el guardacoches me quita las maletas y las guarda en la cajuela del lujoso auto que yo he pagado y al cual no tengo derecho. Tomó asiento y juego con mi teléfono mientras espero que mi explotador tome el volante. Plutarch sube al auto y arranca. 

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No me habia atrevido a lanzar esta historia, creo que es hora. Es una historia un tanto más cruda que lo que les tengo acostumbrados. 😢 Esta Katniss a sufrido mucho.

Esta historia será de capítulos más cortos. Un formato muy diferente para mí, porque ya saben que siempre escribo biblias y les pongo nombre a los capítulos, pero aquí no.

Como dato les diré que esta Katniss es una protagonista con un prototipo distinto, más que nada me inspire en teresa, Rubí y Catalina. Protagonistas algo más oscuras. Ojo no es una copia de ellas solo del concepto de anti- heroína.

Los quiero mucho cuídense 😘💕

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2023 ⏰

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