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El joven rubio, llamado Brian desde la vez que habia traído de vuelta a Jacky al local “Toretto's Market & Café” comenzó a ir diariamente haciendo de ello parte de su vida cotidiana, siempre pedía el mismo sandwich de atún por lo que la pequeña siempre lo molestaba diciendo que debía de probar algo mejor o pronto moriría de una infección intestinal. Todos los días llegaba a la misma hora, pedía siempre lo mismo, se sentaba en el mismo lugar y como era de costumbre saludaba a Jacky y a Mia, y si veía al resto también los saludaba, claro, a excepción de Vince y en ocasiones también Dominic.
Él rubio o como lo solía llamar Jacky “el chico de cabello amarillo”, puesto que al ser una niña no entendía que era rubio y por su inocencia lo confundía con "cabello amarillo" aunque Leon ya la hubiera corregido un millón de veces, ella aún prefería llamarlo de esa forma, una vez más estaba llegando al "Toretto's Market & Café" y en cuanto Jacky lo vió enseguida corrió para abrazarlo, él rubio ya llevaba dos semanas yendo al lugar por lo que ya se había encariñado un poco más con Jacky, y que decir de la pequeña, ella era una niña muy linda y al parecer se encariñaba muy rápido de las personas y luego estaba Dom que le decía que no lo hiciera. Además, de que a Dom aún no le agradaba del todo Brian, y pues al encariñarse rápido la gente podría salir Jacky lastimada, pero ella hacía caso nulo y la prueba de ello es que ya era muy buena amiga de Brian.
Brian al verla correr hacia él, extendió sus brazos para abrazarla de igual manera, cualquiera pensaría que se conocen desde hace mucho tiempo, pero solo fue hace dos semanas cuando Jacky se perdió y el la ayudo.
—¿Qué tal pequeña? —saludo el rubio tomando en brazos a Jacky.
Si, les digo que se tenían cariño, Jacky sentía que tenía un nuevo amigo, o hasta un nuevo hermano al tener a Brian, y él sentía que por fin tenía la hermanita que nunca tuvo y que siempre necesito para no estar del todo solo, pues fue siempre hijo único.
—𝔹𝕚𝕖𝕟, 𝕄𝕚𝕒𝕥𝕖𝕖𝕤𝕥𝕒𝕖𝕤𝕡𝕖𝕣𝕒𝕟𝕕𝕠.
—¿Ya vas a empezar? —suspiró rendido el rubio, sabiendo muy bien que Jacky podía ser una niña, pero no era del todo tonta—. ¿Acaso ya se te olvida lo que me contaste?
—𝔸𝕞𝕚𝕟𝕠, 𝕡𝕖𝕣𝕠𝕒𝕝𝕡𝕒𝕣𝕖𝕔𝕖𝕣𝕒𝕥𝕚𝕤𝕚.
—Es que está difícil, tu misma dijiste que Mia es muy hermosa —murmuro el rubio.
