Capítulo 4 - Tu vida es una antes de conducir y después es otra

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Justo cuando Brian ya había ido del “Toretto's Market & Café”, y se dirigía al taller de Harry fue detenido, u orillado un auto con sirenas, del cuál bajaron dos hombres, uno de ellos armado y uniformado, mientras que el otro lucía un traje elegan...

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Justo cuando Brian ya había ido del “Toretto's Market & Café”, y se dirigía al taller de Harry fue detenido, u orillado un auto con sirenas, del cuál bajaron dos hombres, uno de ellos armado y uniformado, mientras que el otro lucía un traje elegante y se notaba que era un poco más mayor que él otro.

—Levanta las mano bien —ordeno el que tenía el arma, apuntando a Brian—, abre la puerta.

Brian hizo caso, abrió la puerta de la camioneta lentamente, no se le veía tan preocupado, y si llegaba a estarlo no era por ellos, era porque alguien más lo viera, en especial Toretto y su equipo.

—Pon las manos el la cabeza, detrás de la nuca —el rubio hizo lo pedido—. De enfrente al auto, camina para atrás, dos pasos a la derecha. Detente ahí.

Al instante aquel mismo hombre uniformado bajo el arma y saco unas esposas para luego dirigirse a dónde Brian y ponerse las en las muñecas.

—¿Qué hice?

—Silencio —pidio el hombre que llevaba traje y también un par de lentes.

El hombre uniformado parecía revisar a Brian, que no tuviera algo sospechoso o cualquier otra cosa junto a él.

—Esta libre, Sargento —dijo el mismo hombre uniformado al terminar de revisar a Brian.

—Súbelo —ordeno el de traje elegante, que al parecer era el Sargento Tanner.

Y así lo hizo.




[....]







No tardaron en llegar a una gran casa, y esa era la intención. Estaba claro que no lo habían arrestado por hacer algo, era un plan para reunirlo con sus jefes, y que nadie lo notará y lo tomara como un arresto cualquiera, por ir a alta velocidad o lo que quisiera imaginar la gente que lo haya visto.

Tan pronto como llegaron Brian bajo del auto quejándose por las esposas.

—¡Rayos! —exclamó—, quítame ésto, Muse, las apretaste mucho.

Muse, era el del traje uniformado, solto una pequeña risa ante los quejumbres de Brian, pero hizo caso, se acercó y comenzó a quitarle las esposas.

—Me gusta darle realismo —se burlaba, en realidad le gustaba más el hecho de haber molestado al rubio.

—Que gracioso —dijo con cierta ironía.

—Nunca sabes quién te está viendo, Brian.

Una vez que Muse le quitó las esposas a Brian, los tres pudieron entrar a la casa, puesto que tan solo estaban en el garage.

—Linda casa Sargento, mejor que la última que confiscaste —decía mientras caminaban por un pequeñito puente que se encontraba en la casa.

—Si. Eddie Fisher se la regalo a Elizabeth Taylor —se tomo unos segundos para recordar y luego continuo—, en los años cincuenta.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓣𝓸𝓻𝓮𝓽𝓽𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora