Prólogo

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Conduciendo una bicicleta por las calles en Berlín-Alemania, con un gran ramo de flores sobresaliendo en su mochila, un joven ruso de sólo 14 años iba de visita con la señorita más guapa.
Al tocar el timbre la chica abrió la puerta.

- Oh... gracias - vio las flores.

- Buenas tardes, espero que sean de tu agrado Polonia.

- No tenías que hacerlo urss - No parecía alegrarse a pesar de que sea un gran ramo de tulipanes rosas, por su expresión parecía confundida.

- No te han gustado? Disculpa mi ignorancia, debí de preguntarte cuáles te gustaban.

Si. Se sintió mal que todo indicara una mala reacción.

- ¿Qué? Son hermosas URSS, pero se la intención de estos detalles y yo no correspondo a esto, eso es lo que me pone triste, sabes.. Hay tantas mujeres hermosas, sal afuera y mira, has intentado ya tantos años que funcione algo que empieza a ser frustrante, lo siento mucho.

- Entiendo, perdón, perdóname, tienes razón pero

En ese momento un joven muy tierno bajo corriendo las escaleras, tendría unos 10 años aproximadamente, detrás de el había un perro pastor alemán con el que jugaba.

- Reich! Que dijimos de correr dentro de la casa?

- Perdón Polen, mi mamá dijo que podía ir con mi perro a jugar¡!

- Puedo ir contigo?

- No ew, en eres una chica!

Le sacó la lengua y salió afuera. Pero no avanzó mucho al sentir una mano sujetarle la suya.

- Buenas tardes, se que no nos conocemos pero creo firmemente que no deberías de faltarle el respeto asi a una dama.

- Hasta yo soy más dama que esa Hündin.

(Recalcó, sólo es un niño de 10 años)
Le soltó la mano y el niño partió al bosque de girasoles con su mascota.

- Qué le pasa a ese niño?

- Sus padres... discutieron y su mamá y el estarán en mi casa un tiempo, mi mamá los conoce ¿no te parece tierno? Es un niño muy lindo aunque sea más joven que yo, estaba pensando si quisiera casarse conmigo.

- Por como te dijo no creo que quiera, además no parece interesado en esas cosas, sólo es un niño.

[Hündin: Puta. ]

- Eres un envidioso, seguramente me hará caso, sólo estas celoso por que el si me gusta y tú no.

- Lo siento, voy a retirarme, estoy mal por que me hayas rechazado y no quiero estar peor por que me cuentes tu bella situación amorosa, adiós.

El ruso fue por su bicicleta, no estaba enojado, estaba triste, pues ¿que vio en aquel joven muchacho que no tenía el?.
No era de noche pero el cielo parecía nublarse y despedirse del sol, al tener su bicicleta emprendió su viaje a casa.
Pero estaba tan fuera de si que al pasar por el bosque no noto a cierta persona, la bicicleta inevitablemente choco y ambos chicos cayeron al suelo adoloridos.

- Perdóname¡! Realmente lo siento ¿cómo te sientes? ¿te llevo a casa?

Su rostro mostraba su dolor, no era grave pero eran raspones feos, cubiertos por la tierra.

El ruso miraba cada pequeña herida con preocupación, no era su intención, agarró al chico y lo ayudo a pararse, al tocarle la cintura parecía ser delgado y al tocarle las manos le parecian más pequeñas que las suyas, sentía... ¿ternura?.

Le acomodo sus cabellos los cuales taparon su rostro y miró sus ojos.

Verdes.

El niño se acomodó mejor y palmeo su ropa en busca de quitarle el polvo.

- Realmente lo siento mucho, en ningún momento quise hacerte daño, dime lo que necesitas y te ayudaré.

- Mi perro se fue muy lejos y no lo puedo encontrar ¿podría subir contigo a la bicicleta y buscar a blondy juntos? Por favor, se que te trate muy mal pero mi perro significa mucho para mi.

El chico estaba al borde del llanto y él Soviético no dudo en ayudarle y juntos subieron a la bicicleta.

Por campos de flores y calles de tierra húmeda, el sol se había marchado completamente dejando a la luna a cargo del cielo.
Dos chicos a unas horas altas de la noche, buscaban un perro, cuando el sueño se apoderaba de ellos el pasto alto donde andaban comenzó a brillar.

- ¿Qué fue eso?

- Son luciérnagas del campo, brillan color dorado ¿no las habías visto antes?

- No...

Suspirando triste el chico más bajó sintió que el pasto se movía inquietamente.
¿blody? Exacto, después de haber levantado a aquellos hermosos insectos salto a ellos euforicamente.
Calleron al suelo pero en esta ocasión estaban felices acariciando a la mascota.

Third sonrió mostrando su afilados dientes y abrazó a su perro, después dirigió su mirada al otro.

"Pero que bonita boca"

- Gracias ¿cómo te llamas?

- Soy Unión Soviética, vengo de Rusia.

- Nose que hubiera hecho sin mi mascota, si que traes alegría!

- ¿Alegría?

- Si no me hubieses ayudado créeme que estaría muy triste ¿o no blody? - la mascota lamio la cara del ruso.

Los dos sólo soltaron risas y caminaron a sus casas.
Paso la noche y ya no eran dos desconocidos.

Parecía que cada vez que se miraban sonara una canción de fondo, como si todo se pintará de colores y el resto de la gente no importará.

Flores de Berlín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora