Hola, chica bajita:
Hoy si te vi, estabas pálida. Me preocupé, pero no puedo hacer nada al respecto.
De nuevo te vi llorando, me animé en acercarme y tú me dijiste. «Que te importa, déjame tranquila» y te fuiste al baño de chicas y tú amiga entró corriendo a este.
Espero que estes bien. Me preocupas, pero me molesto conmigo mismo en no poder ir a abrazarte y decirte que todo estará bien. Poder acompañarte para que te sientas segura.
Mi querida chica, espero algún día poder y tener el valor de hacerlo.