Hola, chica bajita:
Tus padres estaban hoy en el colegio. Yo estaba en la oficina del director, por no tomar atención, estar distraído y responder irónicamente al profesor.
Escuché que tienes 16 años, un año menor que yo y tenían que entenderte de algo. Yo salí y tu padre me miró se veía afligido.
Mi hermosa chica de cabello morado y ojos mieles, te adoro.
Caminé hacia las gradas y tu venías corriendo, casi caes y pusiste una mano en mi chaqueta negra, la apretaste levemente y luego cambiaste hasta tus progenitores.
Al avanzar por el pasillo pude escuchar la voz de tu madre regañar con el director.
Dios, estoy preocupado por ti.