Capítulo 130: Salvar y matar (1)

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Sus palabras hicieron que Jing Yun la mirara, sus lágrimas hicieron que sus ojos parecieran nublados como la niebla. Era difícil imaginar que una persona así se volvería tan fría en el futuro como una máquina de matar indiferente. Ella no permitirá que se vuelva así en esta vida.

"Deja de bromear, quiero saber, no he venido por un tiempo ahora, pero ¿cómo lograste arreglarlo tan rápido? Además, eres venerado como una deidad entre las personas con el poder de partir montañas y separar mares..." Hablando hasta este punto, no pudo evitar bromear, "¿Solo con tu pequeño cuerpo?"

"¿Quieres saber mi secreto? Será mejor que ahorres tu energía".

Después de que la impactante exhibición se revelara varias veces, sorprendiendo a la gente, Gong Yi Mo solo usó los explosivos por la noche.

Así que fue directamente al grano: "Volviendo al punto, con respecto a los barcos, ¿tienes alguna idea?"

Jing Yun respondió: "Tengo algunas naves disponibles, pero no es suficiente para expandirme. Entonces, esta vez, tomé una pequeña fábrica de barcos en el río Hongze. Confío en que será útil".

Realmente lo piensa bien. Incluso lo compró junto al río Hongze.

Gong Yi Mo negó con la cabeza, "Esos barcos, los he visto antes. Son muy hermosos e intrincados. Son comparables a las grandes obras de arte; sin embargo, esos no son el tipo de naves que quiero."

Jing Yun arqueó una ceja, "La construcción naval del Gran Yu es la número uno entre los cuatro países".

"¿Has visto el resto del mundo? ¿No son los países que se encuentran junto al mar el verdadero número uno? Al escucharse a sí misma hablar de asuntos tan lejanos, Gong Yi Mo se rió: "Lo que no me gusta es que lleva mucho tiempo construirlo. La construcción de un barco grande en un astillero de tamaño mediano aún lleva al menos 3 meses. ¿Quién sabe cuántos se completarán para cuando el canal esté terminado?

Este tipo de problema no era algo que un inversor como Jing Yun pudiera resolver. Le entregó un objeto a Gong Yi Mo. Ella lo tomó y se sorprendió al descubrir que era el contrato de la fábrica.

Jing Yun sonrió, "No puedo simplemente aprovechar este trato sin ningún beneficio para ti. Esta escritura de fábrica es la prueba de mi sinceridad".

Su sonrisa se movía. A pesar de que él, de 17 años, todavía no estaba completamente desarrollado, pero sin accidentes futuros, sería capaz de hacer que las ciudades cayeran.

Gong Yi Mo sonrió y lo aceptó, "No veniste aquí solo por esto, ¿verdad?"

"Por supuesto que no", Jing Yun levantó una ceja con orgullo, "Sé que estás muy preocupado por ese niño en Xi Zhou. Tengo algunas noticias sobre él, ¿quieres escucharlas o no?

La cara de Gong Yi Mo se puso seria, "Cuéntame sobre eso".

En este momento, Jing Yun también guardó su sonrisa y se puso serio: "Esto es solo mi suposición, pero soy un traidor al país de Yu Heng. ¡Jun Shang también está envejeciendo y esta un poco confundido! Lo visité en secreto hace algún tiempo y creo que sus intenciones de venir no son simples".

Al pensar en el condado oeste que limita con Luo Ye, Gong Yi Mo reflexionó por un momento y de repente sonrió: "No hay prisa, incluso si hay una guerra, todavía faltan uno o dos años".

Fue problemático hacer la guerra durante este período de tiempo. Los preparativos antes de la guerra llevan mucho tiempo y, para entonces, ya habría llamado a Gong Jue para que protegiera el canal. En cuanto a quién iba a pelear la guerra, ¿qué tiene que ver con ella?

Las palabras de Gong Yi Mo hicieron que Jing Yun suspirara levemente. El que estaba preocupado definitivamente no era Gong Jue, sino que Jun Shang realmente haría algo imprudente y haría sufrir a la gente del Gran Yu.

Ella lo pensó de esa manera, pero cuando estaba respondiendo a la carta de Gong Jue, todavía le dijo esta noticia y le advirtió que tuviera cuidado.

También estaban frenéticos con el trabajo del lado de Gong Jue.

El clima era cálido y también había mucha arena. Sin embargo, ¡las personas que cavaban los pozos progresaron mucho! Lo pensaron simplemente: completar esto beneficiaría a sus hijos y nietos.

Renacimiento de la mascota del tirano: el príncipe regente es demasiado ferozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora