ɢᴏᴊᴏ sᴀᴛᴏʀᴜ x ᴍᴀʟᴇ ᴏᴄ
Gojo Satoru es el esposo de Fushiguro Saori, un omega de apariencia bella y personalidad unica. Juntos forman una pareja perfecta y unica.
-Historia basada en el manga y posiblemente en el anime de Jujutsu Kaisen, sin embargo...
El ambiente era tenso, los únicos que estaban realmente concentrados en la situación actual eran Fushiguro Megumi y Itadori Yuji. Saori se encontraba más concentrado en el ligero aroma a lluvia que se comenzaba a notar no muy lejos de ese lugar.
-¡Tienes una maldición, tendré que exorcizarte!-
-Espera, no tengo problema con eso. Lo que es más grave, tu y yo estamos bastante lastimados. Tenemos que ir a un hospital.
Un aroma inundó sus fosas nasales. Un hermoso aroma a lluvia se mezclo por completo con el suyo, aroma a rosas, creando una perfecta combinación. Ladeó la cabeza, su cabello se deslizó lentamente por su brazo y espalda. Su Alfa se encontraba frente a el, dedicándole una sonrisa ladina y, «aunque no pudiese ver sus ojos» una mirada llena de amor y cariño. Sus labios se estiraron formando una ligera sonrisa.
-Gojo- Pronunció lentamente-
-¿Cuál es la situación?
Preguntó al pelinegro, quien se sorprendió por la repentina voz. Miró al recién llegado.
-¿Qu-? ¡Gojo sensei! ¿Qué hace aquí?
-¡Ey!- Saludo - Bueno, inicialmente no planeaba pasar por aquí, sin embargo, las leves llamadas de Saori hicieron que viniera.
Saori se sonrojo un poco ante su respuesta, pensó que el Alfa no sabía nada sobre sus llamadas. Sin poder evitarlo desvió la mirada avergonzado.
-¿Entonces... Lo encontraron...?
-Em... Perdonen... Me lo comí.
-¿En serio?
-En serio.
Inclinó un poco su cuerpo para poder quedar cerca del adolescente -Mm...- Soltó una audible risa -Es cierto, ambos parecen estar combinados. Eso es curioso-
Se reincorporo, alejándose unos cuantos pasos.
- ¿Como te sientes físicamente?
-Bien
-¿Puedes intercambiarte con Sukuna?
-¿Sukuna?
-El objeto maldito que comiste- Recordó-
-Oh, claro probablemente-
El albino solo sonrió para después comenzar a hacer algunos estiramientos. El Omega lo miro incrédulo, ¿Realmente iba en serio? No dudaba de su esposo, el era realmente poderoso pero no podía evitar preocuparse. Sin siquiera ser consciente movió su cuerpo quedando frente a Megumi, con su brazo izquierdo cubrió a él cachorro. La seguridad de Megumi era «por el momento» su mayor prioridad.
-Diez segundos... Vuelve a tomar el control en diez segundos-
-No estoy seguro de esto-
-¡No te preocupes! - Sonrió - ¡Soy el hechizero más poderoso que existe!
Tomo la bolsa que llevaba en la mano, lanzandosela a Megumi, quien atrapo la bolsa sin problemas.
-Megumi, sostenme esto, ¿Quieres?
-¿Qué es esto?- Examinó la bolsa-
-Mochi
-Tu realmente... -Murmuro el castaño-
Soltó una suave risa cargada de diversión. Su esposo nunca cambiará.
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