Diana
Estaba muy nerviosa por empezar. A mi hermano lo iban a llevar mis padres, y yo había quedado con mis amigas. Ese día solo me llevé un bolígrafo, una libreta y el móvil, como iba a empezar primero de bachillerato entraba un poco más tarde que mi hermano, pero salí antes que él, porque iba a desayunar con mis amigas. Nos sentamos en una cafetería que había cerca de mi instituto y ahí estuvimos intentando calmar los nervios.
Cuando salimos Sami y Clara nos dijeron que el grupo de chicos con el que fuimos a la fiesta hace unos días vendrían con nosotras. Yo pensé que Mark estaría, pero para mi sorpresa no le vi. No fui la única que se extrañó, sami preguntó por él y por Mike, otro chico del grupo que también había caído en nuestra clase, pero nos dijeron que ellos habían querido ir por su cuenta.
Al llegar las puertas estaban llenas de gente que estaban tan nerviosos como nosotros. Entramos a la clase que hace un par de días habíamos visto que nos correspondía. Yo me senté con Keila, y las demás se distribuyeron por la clase.
Pasaron unos minutos hasta que nuestra tutora llegó, y Mark aún no había aparecido. Nuestra nueva profesora se llamaba Mar, era joven, y parecía bastante amable, entonces en ese momento me pude relajar. Iba a empezar a hablar, cuando se escuchó que alguien tocaba la puerta. Era Mark.
- ¿Se puede? – preguntó con amabilidad
-Por supuesto, adelante –le respondió nuestra tutora mientras le sonreía.
Mientras Mark se dirigía al asiento de delante de nosotras, donde estaba sentado Mike, se podía notar que casi todas las chicas de la clase se le quedaban mirando embobadas, cosa que era bastante normal contando que llevaba una camiseta donde se le podían notar perfectamente los músculos. Él les iba guiñando, y yo puse mis ojos n blanco, pero para mí mala suerte me vio y se rio. Qué vergüenza.
Durante las tres horas que estuvimos allí nos estuvieron explicando todo, diciéndonos los nombres de nuestros nuevos profesores y mostrándonos nuestro horario. No llevábamos ni un día y yo ya me quería ir a mi casa.
Di las gracias cuando tocó la campana para irnos, todos salimos corriendo de allí, y la entrada estaba llena de gente, yo me encontré con mi hermano, y le dije que en casa le preguntaría todo lo que había hecho. Él se iba con sus amigos, ya que nuestra casa estaba bastante cerca.
Ese día no comía en casa, sino que iba a disfrutar la última tarde de descanso que tendría comiendo en el Burger King con mis amigas, y, en el último momento también se unió el grupo de Mark.
Nos sentamos dentro, porque hacía bastante calor. Mis amigas pidieron los mío para que yo me quedase en la mesa, aunque no estaba sola, Mark había querido quedarse haciéndome compañía.
- ¿Has visto a Justin hoy? –no me esperaba esa pregunta para nada, porque me tenía que preguntar eso, ni que fuese de su incumbencia
-No le he visto, pero te agradecería que no me hablases de él
-No te hablaré, pero que sepas que lo ha dejado con Melody –no lo sabía, pero no me importaba de todas formas
-Me da igual lo que haga, yo ya no formo parte de su vida, y él tampoco de la mía – le dije indignada y clavando mi mirada en la suya mostrando frialdad
-No me refería a eso, solo te estoy advirtiendo que irá a buscarte, y que tengas cuidado –que le importaba a él si tenía o no cuidado, esta conversación no me gustaba para nada, sinceramente todo lo que tuviese que ver con Justin me da igual. –por favor Diana, esto es serio, la última vez podría haberte hecho daño... -cogió mi barbilla delicadamente obligándome a posar mi mirada en sus ojos -...prométeme que tendrás cuidado
Parecía realmente preocupado, nunca le había visto así.
-Te lo prometo –dije usando una sonrisa irónica
Entonces nuestros amigos llegaron y él se retiró de mí, haciendo como si nada hubiese pasado.
Nos lo pasamos muy bien, y no nos tuvimos que ir temprano porque era viernes, era raro que el primer día cayese en viernes, pero la verdad que no tenía ganas de ir al día siguiente.
Fuimos dar un paseo, y en el camino nos encontramos a Justin, estaba intentando que no me viese, pero fue en vano. Se acercó a mí, y me dijo que, si tenía un momento, lo primero que hice fue mirar a Mark, me estaba mirando con una mirada desafiante, sabía que no quería que fuese, y yo le había prometido que me cuidaría, pero acepté la petición de Justin. Mientras caminábamos a una esquina me volví para ver a Mark con una cara de decepción, y entonces me sentí mal.
-Venga Diana, vuelve conmigo, sabes que lo que hice fue un error, todo el tiempo que he estado con ella no paraba de pensar en ti, sabes que aún me quieres, dame otra oportunidad por favor –este chico estaba loco si se pensaba que iba a volver con él, después de todo el daño que me había hecho.
-Lo siento Justin, pero no te quiero – y seguidas esas palabras me di la vuelta con la intención de volver con mis amigos, pero me cogió de la muñeca y me pegó a la pared, mis amigos no me oían ni veían desde ahí, necesitaba ayuda, Mark tenía razón.
Justin estaba a punto de besarme cuando vi aparecer a Mark.
-Suéltala ahora mismo Justin –dijo con una voz firme y una mirada fría
-Y tú quién eres para decirme que tengo que hacer, y menos con mi novia –que novia ni que novia, en ese momento perdí los papeles
-Justin tu y yo dejamos de ser novios hace mucho tiempo –afirmé firmemente
- ¡Cállate! –exclamó, para a continuación pegarme una bofetada, que hizo que me cayese al suelo y me pegase con la pared.
En ese momento vi por primera vez a Mark realmente furioso, y antes de poder asumir lo que estaba pasando le pegó un puñetazo en el ojo a Justin, con lo que él se lo devolvió, cayeron al suelo y lo último que recuerdo antes de perder la conciencia es ver derramar sangre por el labio de Mark, se lo había roto.
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A pesar de todo nunca dejé de quererte
Romance"Diana está rota y ha dejado de creer en el amor. Hasta que la vida le pone delante a unos ojos azules a los q le será imposible resistirse. Pero... ¿Será el amor tan bonito como lo pintan en los cuentos de hadas? Pues la respuesta es no. A veces el...