Diana
Esa mañana me levanté un poco confundida, no recordaba con claridad todo lo que había pasado, solo que él se llamaba Mark y que me había salvado, intenté recordar, y cuando supe que le había contado todo lo de Justin no pude evitar tirarme hacia atrás en la cama soltando un suspiro.
Quedaban dos días para empezar el instituto, por lo que esa mañana había quedado con mis amigas para ir a ver las listas, y como siempre llegaba tarde, me di una ducha rápida de agua fría, y me puse un top de tirantes con unos vaqueros cortos, cogí las llaves y me fui, mi familia estaba más contenta, porque al empezar el instituto iba a tener que socializar más, pero yo estaba asustada porque si caía con Justin en la clase iba a ser un infierno.
Mis amigas me estaban esperando, y llegué a la misma vez que Lía, nos dirigimos al instituto, y allí había algunos grupos de amigos más que al igual que nosotras miraban las listas, conocía a casi toda la gente, no había caído con Justin, y para mi alegría había caído con todas mis amigas, pero hubo un nombre más que me llamó la atención "Mark Jones", antes de que pudiese preguntar si era él noté una sombra detrás de mí, y para mi sorpresa era él. Mis amigas me miraron con una sonrisa traviesa, me dijeron que él me llevase a casa, y en ese momento se fueron.
-Bueno parece ser que te veré durante todo el año -dijo mirándome con esos ojos azules
-Eso parece
-Ayer no te di mi número, y creo que ahora que estamos en la misma clase lo vas a necesitar -me guiñó un ojo y se fue dejándome con un papel rosa en la palma de la mano, iba a ir tras él, porque me había dejado sola, cuando todas mis amigas salieron corriendo de detrás de la pared y vinieron hacia mí.
Antes de poder mirarlas él se volvió, me sonrió y se dio la vuelta, sabía que estaban ahí, por eso se había ido.
- ¡Necesitamos detalles ya! -gritaron todas mis amigas a la vez, mientras saltaban y se sonreían entre ellas.
-No ha pasado nada chicas, solo me ha dado su número de teléfono. Sabéis que aún no estoy lista para nada serio - les dije, aunque he de admitir que notaba que me estaba poniendo roja
Salimos del instituto y nos fuimos a nuestra cafetería favorita, allí estuvimos hablando un rato, y antes de que alguna de ellas pudiese hablar yo me adelanté.
-Chicas, he decidido que estudiaré en una universidad de aquí, pero que en cuanto termine me iré a Nueva York, como siempre he querido. No quiero que nada me ate aquí, quiero salir y vivir mis sueños, no quiero vivir una vida normal sin antes intentar lo que quiero de verdad -temía sus reacciones, sabía que ellas nunca habían querido que me alejara de allí, pero ese era mi sueño, desde que lo dejé con Justin no he dejado de pensar en eso. Creí que él sería para siempre, y que no me querría ir sin él, pero ahora me he dado cuenta que las cosas a veces no son para siempre, y que si no intento cumplir mis sueños me arrepentiré siempre por haber dejado que otras personas controlen mi vida y mis ganas de hacer las cosas.
-Diana... todas lo sabíamos, lo hemos hablado este verano, y hemos decidido apoyarte, te queremos, y queremos que seas feliz, iremos a Nueva York a visitarte, y tú vendrás aquí -dijo Keila, y en ese momento me empezaron a caer lágrimas por las mejillas al sentirme la persona más afortunada del mundo por tenerlas a mi lado.
Pagamos y cada una se fue a su casa, solo faltaban dos días para empezar el instituto y había que estar preparadas.
Cuando llegué a mi casa mi hermano saltó encima de mí y me envolvió entre sus brazos, él era más pequeño que yo, tenía 12 años, e iba a empezar el instituto.
-Te quiero tata, y me alegro que estés mejor
-Yo también te quiero pequeño -le dije devolviéndole el abrazo
Sabía que mi familia estaba contenta por volver a verme sonreír, y yo también lo estaba, porque para mí mi sonrisa es una de las mejores cosas del mundo.
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A pesar de todo nunca dejé de quererte
Romance"Diana está rota y ha dejado de creer en el amor. Hasta que la vida le pone delante a unos ojos azules a los q le será imposible resistirse. Pero... ¿Será el amor tan bonito como lo pintan en los cuentos de hadas? Pues la respuesta es no. A veces el...