Diana
Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue a Mark de pie mirándome fijamente con una expresión asustada, pero a la vez aliviada.
Me tendió la mano para que me levantase, pero la cogí y lo tiré al suelo. Mi intención era reírme un rato para vengarme de lo que él había hecho, pero en vez de caer al suelo se calló encima de mí. Yo me quedé debajo de él, había puesto sus manos en la arena para no caer totalmente y no hacerme daño, pero igualmente su cara estaba demasiado cerca de la mía.
-Veo que estás bien –dijo mientras soltaba una carcajada
Su aliento era cálido, e hizo que me estremeciera.
-Sí, lo estoy –afirmé –pero podrías levantarte por favor
Él asintió, y en menos de un segundo ya se había levantado de un salto. Yo me incliné, y me quedé sentada al lado de él.
- ¿Por qué te has desmayado? –preguntó ya con una expresión fría
Solo mis amigas sabían la respuesta de esa pregunta, ni siquiera a Justin se lo había dicho nunca, y no estaba segura de que quisiese que él lo supiese, pero tenía un presentimiento de que no iba a ser la única vez que eso me pasase delante de él, y como iba a estar en su misma clase decidí contárselo, además así podría ayudarme.
-A veces cuando me pongo muy nerviosa o estresada me desmayo, es una forma en la que mi cuerpo consigue tranquilizarse, si no me hubieses sacado me hubiese ahogado –esa condición siempre me había asustado, porque me podía pasar en cualquier momento, incluso en uno malo, como ese. Podría haberme ahogado.
-Lo siento princesa, no lo sabía - ¿Princesa? ¿Me había llamado princesa?
Se rio al ver mi cara de desconcierto.
-He decidido llamarte así, porque siempre vas tan delicada como una princesa, así que me ha gustado.
No le respondí, y nos quedamos callados unos minutos hasta que me levanté. Se quedó mirándome atento.
-Lo siento, tengo que irme, mañana empezamos el instituto, y ya es bastante tarde –el tiempo se había pasado muy rápido, ya eran las nueve, y todavía tenía que llegar a mi casa.
-Tranquila yo te llevo
Recogimos todo y fuimos hasta su coche. Me senté en el asiento de copiloto, y me quedé todo el camino escuchando las canciones de la radio. Cuando llegamos a mi casa me despedí de él y salí del coche. Abrí la puerta y antes de entrar miré hacia atrás para encontrarme unos ojos azul cristal mirándome sin apartar la mirada, me sonrió y entre a mi casa.
Mark me caía muy bien y esperaba que en el instituto pudiésemos llegar a ser buenos amigos, no estaría mal tener a un amigo chico que te protegiese y te ayudase.
Cuando entré a mi casa vi a mi hermano muy emocionado y nervioso, él iba entrar por primera vez al instituto. Llevaba todo el verano diciendo con quien quería que le tocase en clase, pero como era normal no conocía a casi nadie, porque ahora se iba a mezclar con un montón de colegios. Le dije que se tranquilizase, que todo iba a salir bien, le di un beso en la mejilla y me fui a mi habitación. Estaba muy cansada así que me di un baño y me fui a dormir, al día siguiente me esperaban muchas cosas, como ver a Justin, y después de la última noche era lo último que quería hacer.
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A pesar de todo nunca dejé de quererte
Romantizm"Diana está rota y ha dejado de creer en el amor. Hasta que la vida le pone delante a unos ojos azules a los q le será imposible resistirse. Pero... ¿Será el amor tan bonito como lo pintan en los cuentos de hadas? Pues la respuesta es no. A veces el...