Un camino por delante

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Ahora Barb era parte de nosotros. Vaya.

Hacia casi una semana que nos habíamos ido de la base para emprender un viaje hacia el sector 33. Con ayuda de ella, logramos encontrar lugar casi seguros para dormir sin tener encuentros con esas criaturas del infierno.

Ahora, estábamos cruzando por uno de los muchos edificios en un estado de abandono bastante avanzado que habíamos cruzado antes. La diferencia era, que este era mucho mas oscuro, perfecto para encontrarnos con esas cosas.

Lo único que nos quedaba, era buscar la salida.

- Estamos cerca. - Susurro, mientras nos miraba de reojo. Me estaba cansando de lo mismo, pero, era mejor que ser comida de ladrones de piel.

Entonces, pude escuchar un golpe sonoro de algo metálico chocando contra el piso.

- ¡Noah, carajo! ¿Quieres que nos maten? - Grite, para después cubrir mi boca con mis manos temblorosas. Habia llamado mas la atención que él.

Barbara habia dejado de moverse para intentar determinar si habíamos llamado la atención. Para nuestra mala suerte, escuchamos el rugido y pasos desesperados de un ladrón de piel, acercándose.

- Demonios. - Susurre para mi mismo, mientras Noah me sacudía con molestia. Tome una decisión, correr como el infierno. Les tomo un tiempo al resto para decidir lo mismo que yo.

No sabíamos donde estaba la salida. Las cosas a partir de este punto son confusas para cualquiera.

Estábamos perdidos en un vacío, uno que parecía interrumpirse conforme encendíamos la linterna que usábamos para ahuyentar a los seres sonrientes y en general, cualquiera que pudiese temer a la luz.

 - ¿Cuánto nos queda? ¿Barb? - Ella me miro rápidamente. Yo intente acelerar para escucharla mejor.

- Falta un rato, al menos. Ya casi estamos fuera. - Suspire por unos segundos, antes de cerrar la boca. Nuestros pasos eran rápidos, conforme esa cosa se escuchaba mas y mas fuerte.

Mientras tanto, la luz de la linterna se mezclaba con la que emitía la gran estrella de nuestro sistema solar. La salida parecía mirarnos con desdén, mientras avanzábamos en un intento de salvarnos. 

Barb y Noah se adelantaron, no sin antes lanzarme el arma que usamos para deshacernos de algunos ladrones de piel antes. Permití que cruzaran la salida, ahora a unos centímetros de distancia, mientras paraba en seco para mirar a esa cosa de ojos vacíos luminosos de frente.

Tome con fuerza el arma, preparándome para disparar. Entonces, alguien se adelanto a mi.

El disparo resulto ser bastante certero, dándole en el espacio que quedaba entre los globos oculares de ese ser. Sin embargo, el roce lo suficientemente fuerte como para hacerme sangrar.

Estaré bien, espero.

The Backrooms: Vol IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora