¿Por qué hago esto?

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Como indiqué en la descripción, permanezco fuera de mi función como narrador y hablo directamente a quien lea esto.

Aún recuerdo lo cuesta arriba que se me hizo escribir Pokémon Alma de Acero. Me llevó aproximadamente cinco años, a lo largo de los cuales escribí un total de 346.867 palabras distribuidas a lo largo de 556 páginas. Para que te hagas una idea, La Comunidad del Anillo, de JRR Tolkien tiene 177.227 páginas, siendo el libro más largo de la trilogía de El Señor de los Anillos. Eso implica que he acabado escribiendo una novela sobre Pokémon el doble de larga que un libro conocido por ser especialmente denso. La trilogía de Los Juegos del Hambre tiene un total de 301.583 páginas repartidas en tres libros, y Alma de Acero también lo supera en longitud. Y esta novel era algo que yo no esperaba siquiera que alcanzase las 100 páginas. Recuerdo haber dado en su momento una estimación que decía que, si la historia se estiraba mucho, quizás llegase a las 120 páginas. Ahora recordar eso me hace reír y sentir incómodo a partes iguales.

Después de haber terminado a marcha forzada con Alma de Acero, lo primero que me dije a mí mismo era que no quería volver a meterme en un proyecto tan largo. Había dedicado cinco años de mi vida y una gran cantidad de esfuerzo a escribir una novela cuyos derechos de autor no poseo. Al escribir un fanfiction, uno no es dueño de su propio trabajo. No me arrepiento de haber escrito Alma de Acero, ya que fue el primer proyecto grande que logré llevar adelante hasta el final, y considero que aprendí mucho como autor al escribir aquella obra. En general, aunque no creo que yo vuelva a escribir un fanfiction en el futuro (al menos no uno del mismo tamaño) no quiero desalentar a cualquier escritor de fanfictions que tenga la iniciativa de escribir uno. Pueden ser un peldaño más en tu aprendizaje como escritor, y pueden ayudarte a estar motivado con la escritura y aprender cómo narrar una historia.

Tras terminar Alma de Acero, el siguiente paso era lógico. Todos me decían que debía hacer una historia desde cero, desvinculada de toda licencia existente. Algo que fuese mío, que me perteneciese y que, en caso de salir bien, pudiera plantearme publicar de forma seria, algo que con una novela basada en Pokémon resultaría impensable. En aquel momento tuve varias ideas rondándome la cabeza, pero en todas ellas trataba de autolimitarme para no acabar creando un proyecto tan largo como Alma de Acero.

Y esto es lo que me lleva ahora a hablar de Phobos.

Phobos surge como respuesta a mi necesidad casi fundamental de tener un proyecto literario activo. Si embargo, como obra mía que es, arrastra los mismos pecados que cometí con Alma de Acero. Nunca voy a ser capaz de escribir una historia corta, es algo que voy asumiendo. No soy uno de esos autores que pueden desarrollar una historia en diez páginas y presentar un cuento a un concurso de literatura. Yo necesito cientos de páginas para contar las cosas que quiero contar. Al momento de escribir esta reflexión, Phobos tiene ya 387 páginas y 239.528 palabras. La obra está incompleta, y estimo que seguramente alcance en tamaño a Alma de Acero, con la diferencia de que Phobos será solo el primero de tres volúmenes de la misma historia que tengo planificados. Es decir, después de haber dedicado cinco años de mi vida a escribir una novela extremadamente larga y haberme prometido a mí mismo que dedicaría un tiempo a proyectos más pequeños, he roto la promesa que me hice a mí mismo y me he metido en mi proyecto más ambicioso hasta la fecha.

Phobos es una obra que lleva rondando por mi mente desde hace muchos años. Específicamente, los primeros archivos relacionados con este proyecto que tengo en mi ordenador datan del 18 de Enero de 2015. Al principio, era una obra que pensaba que nunca llegaría a salir de mi cabeza, ya que tiene muchos elementos que la convierten en un proyecto muy personal que no me sentía cómodo compartiendo, al menos en sus primeras versiones.

Lo que me hizo cambiar de opinión fue un borrador de una historia que me enviaron para que lo revisase. Aquel borrador era un... glorioso desastre. La ortografía y gramática eran dignas de una pesadilla, y a la trama no había por dónde meterle mano. Sin embargo, la persona que me entregó aquel atentado terrorista contra la literatura lo hizo sin ningún pudor y casi con orgullo por haber plasmado en un PDF todas las aberrantes ideas que su cabeza había supurado. Aquello me hizo preguntarme... Si aquella persona tenía el derecho a derramar el contenido de su mente retorcida sobre los demás, ¿por qué yo no?

En 2018 escribí la primera versión de Phobos. Por aquel entonces, lo único que tenía bien hilado era su prólogo, y cuando terminé de escribirlo me encontré completamente indefenso y desamparado. Literalmente solo había planificado la situación del prólogo, cuando Satsuki y Asatur llegan a su acuerdo para destruir Phobos. No había planificado nada más, y cuando me vi en la necesidad de escribir más capítulos, no sabía qué hacer. En aquel momento escribí unas 70 páginas de absoluto sinsentido y agujeros de guion que no llegué a publicar ni espero publicar jamás. Después de sentir una gran insatisfacción hacia lo logrado con mi proyecto, Phobos quedó aparcado durante años en lo que me centraba en terminar Alma de Acero.

Y eso me lleva al año 2021. En aquel momento me encontraba en mi cénit. Estaba trabajando como director en una editorial, tenía un buen sueldo, un buen horario de trabajo y me atreví a ser feliz durante algunos meses. Alma de Acero ya estaba terminada y mi mente había encontrado algo de paz al librarme de la sensación de culpa al no escribir capítulos. Sin embargo, aquel periodo de paz duró poco. Phobos era una espina que se me había quedado clavada. La historia que estaba ansiando contar, pero que no era lo bastante valiente para dejar salir.

Durante todos los años que no había estado trabajando en Phobos, no por ello había dejado de pensar en el proyecto. Había ido haciendo un extenso trabajo de worldbuilding en mi cabeza, había cambiado los nombres de algunos personajes, había rediseñado casi desde cero el mundo, había cambiado qué es Phobos como organización y había cambiado la línea argumental principal. Los personajes de Maximiliam Black y Alisa Pavlova habían sido prácticamente destruidos y creados desde cero. Habían cambiado tantas cosas que el antiguo documento con 70 páginas que aún conservaba no me resultaba casi de ninguna utilidad. Así que decidí descartarlo y empezar a escribir desde cero.

La versión de Phobos en la que ando trabajando a día de hoy es el resultado de aquella inquietud. Durante aquel feliz periodo de mi vida, me vi con las energías, el tiempo y la iniciativa para comenzar a remasterizar mi propio trabajo. Sin embargo, aún seguía sin las agallas de publicar nada de lo que escribía sobre este proyecto. No fue hasta que algunos lectores de Alma de Acero me incitaron a ello que finalmente me decidí a publicar Phobos.

A las personas que me dieron ánimos para compartir esta obra, les tengo que dar las gracias. La recepción de Phobos ha sido mucho mejor de lo que esperaba por la gente que me ha dado feedback, a pesar de lo bizarra que pueda resultar la obra.

Actualmente, toda la primera mitad el Volumen 1 de Phobos está publicada en mi perfil de Wattpad. Tengo algunos capítulos más escritos que espero poder publicar pronto, en cuanto logre resolver unos asuntos relacionados con la cesión de derechos de autor a esta plataforma. Es precisamente debido al hiatus que arrastro desde algunos meses que me he decidido a empezar esta historia secundaria, para poder mantener algo de actividad en mi cuenta y de paso compartir algunos detalles sobre Phobos que no aparecerán en la historia principal. También quiero dar mi propia opinión personal sobre algunos aspectos de la obra y explicar por qué decidí que fuesen de cierta manera.

Como siempre, me gusta agradecer a los lectores por su tiempo. El tiempo es un recurso valioso y limitado, que una vez invertido no hay forma de recuperar. Por eso, si decides invertir el tuyo en leer mi trabajo, es mi obligación como autor asegurarme de que ese tiempo no sea desperdiciado. Muchas gracias a todos los que me apoyan y me ayudan a permanecer activo y motivado con este proyecto. La idea probablemente habría muerto en mi cabeza de no ser por un borrador desastroso que me enviaron y un par de palmaditas en la espalda que recibí cuando más las necesitaba.

Eso será todo en lo referente a por qué decidí escribir y publicar esto. En los próximos capítulos hablaré un poco sobre algunos personajes o sobre Erebus.

Dejo aquí una portada alternativa. No me decanté por esta porque Alisa parecía demasiado amigable para mi gusto. Me gusta la expresión inquietante que tiene en la versión que he decidido utilizar. 

 

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Phobos: ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora