EL PRIMERO

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Lenta pero constantemente, la mancha rubia se movía en mi dirección, las facciones de Deidara mostraban que no tenía ningún cuidado en el mundo y si alguien se metía con él, le daría un puñetazo en la cara. Tenía bastante actitud allí, pero le sentaba bien.

Realmente estaba tan exquisito como lo había estado la noche anterior, ya no podía culpar al alcohol por mi repentino interés. Había algo en él que me atrajo instantáneamente y de alguna manera ya no me importaba tener esa cita. Si no hubiera pensado en el juicio de mi padre, eso es.

Tal vez podría invitarlo a un almuerzo y así tener nuestra primera cita, aquí estaba la oportunidad, así que ¿por qué no? Inclinándome a través de la puerta aún abierta, presioné la bocina, inmediatamente llamando la atención de muchas personas a mi alrededor, pero solo estaba apuntando a una, que me hizo una muy mala seña sin siquiera mirarme. Increíble cómo esa fue su primera reacción, deben tocar la bocina mucho, pero quién no querría la atención de tal belleza.

Casualmente me recosté contra mi auto, observándolo pasar sin siquiera mirar en mi dirección y cuando estaba unos metros por delante de mí, finalmente lo llamé.

-¿Siempre miras con el dedo a tu futura cita?

La postura de todo su cuerpo decía que estaba molesto, pensando que un tipo al azar lo estaba coqueteando en medio de la calle con la peor línea de la historia. Primero solo giró la cabeza, mirando por encima del hombro quién podría ser y probablemente para darme algún tipo de respuesta grosera.

Pero luego el reconocimiento se deslizó lentamente en su rostro cuando su cuerpo se volvió completamente hacia mí, con los ojos muy abiertos y las mejillas de un rojo resplandeciente.

-Lo siento mucho-balbuceó, bajando un poco la cabeza avergonzado-no me di cuenta de que eras tú-lo cual no debería haber importado en primer lugar.

Molestar a alguien de inmediato fue bastante grosero y no fue como me criaron, pero, ¿quién era yo para juzgar? No es como si supiera cómo había sido la vida de Deidara antes de esto.

Le brindé una sonrisa y lo saludé con la mano, para después hacerle una seña hacía mi auto, sin aceptar su disculpa todavía. Al principio miró a su alrededor, sin saber si debía aceptar la invitación o no. Necesitaba algo de aliento, al parecer.

-Solo te invito a qué me acompañes por algo de comida, pero si no quieres, iré solo-alejándome de él para mostrarle que realmente me iba sin él, finalmente habló.

-¡No, espera!-otra vacilación y miré con curiosidad sobre mi hombro, viendo que se estaba mordiendo el labio, con el anillo en su labio subiendo un poco más-yo...ire-lentamente se movió hacia mí, mirando el auto al lado del cual yo estaba parado y luego los ojos azules se movieron hacia mi rostro-buen coche-felicitó, pero me di cuenta de que se estaba formando una opinión sobre mí.

Era un auto caro y yo era bastante joven, así que como la mayoría de la gente pensó cuando me vio por primera vez, pensó que era un mocoso malcriado.

Tirando de la manga de su chaqueta negra, lo insté a caminar y nos dirigimos a un lugar que se veía bien, no tenía nada en particular en mente y así tuvimos tiempo para hablar.

-Gracias, mi padre me lo regaló el año pasado cuando cumplí 21 años

Lo único bueno que hizo que yo realmente quería que hiciera...

Sí, pagó la universidad, pero no un estudio que realmente quería hacer.

-Eso es muy bonito-su tono era un poco… apagado.

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