🛫 «No hay que juzgar un libro por su portada» 🛫
—¿Subes o no? —gruñe el chico de mensajería, haciéndolo reaccionar.
La mirada irritada que le dedica parece decir que preferiría pasarle encima con el carrito de correspondencia a compartir la cabina del elevador y una parte de Luhan no puede negar lo mucho que le atrae aquella posibilidad en ese momento.
Está por reunirse con el nuevo CEO, quién resultó ser también el tipo al que le escupió los detalles más humillantes de su vida. No logra decidir si es peor que Sehun estuviera a su lado en el avión o que su primera acción como director vaya a ser despedir al tarado que se volvió loco frente a un cliente importante.
Mirando los números en el tablero, temiendo por el momento en que le toque salir y enfrentar la realidad, el ciervo se pregunta si todo lo que le ocurre últimamente es el universo cobrándose por la fuerza los errores de una vida pasada.
Quien sabe, Luhan podría haber sido un joven amo que traicionó a su gente al fugarse con un pirata y su tripulación de salvajes o, en un universo alterno, un ángel guardián que rompió las leyes cósmicas al enamorarse de su protegido. Tal vez ese sea el castigo por no donar ₩1 al retirar del cajero o aceptar los términos y condiciones sin leer el aviso.
Sea como sea, es algo inevitable afrontar el destino, cuando al salir al pasillo y asomarse a la oficina principal, distingue la figura de Sehun, apoyado contra el escritorio mientras lee por arriba uno de los tantos documentos que apilaron en su mesa. No parece el hombre que antes saludó, sin el saco y con la camisa remangada concediéndole un aspecto más relajado.
—¿Quería verme, señor? —Luhan pregunta, en apenas un hilo de voz.
Sehun levanta la mirada y al toparse con el chico que protagonizó uno de los momentos más entretenidos de su vida, no puede evitar componer una sonrisa.
—Pasa, por favor —responde—. Y ahorrémonos el señor, ¿quieres? Hace que me sienta viejo. Te ofrecería algo de beber, pero si no mal recuerdo, detestas el café de la oficina. ¿O debería llamarlo agua de calcetín?
—S-Sobre eso... —balbucea el chino—, quisiera disculparme por todo lo que dije la otra noche. En mi defensa, no tenía idea de quien era usted y el vuelo, la turbulencia, hicieron que perdiera el control. Vale, eso y las copas de vodka que tomé, aunque no es como que acostumbre beber, en cualquier caso, agradecería si no me juzgara por la versión de...
—Luhan —lo interrumpe el coreano.
Le observa igual que como lo hizo en el avión: a medias impresionado por su forma tan rápida de hablar y a medias angustiado porque la falta de aire le pase factura. El castaño aprieta los labios, no muy seguro de lo que su jefe dirá a continuación.
—Sí, bueno... estate tranquilo. No soy la clase de persona que divulgaría una conversación privada, así que puedo asegurarte que nunca diré nada de lo que mencionaste el viernes y que tampoco lo usaré para formarme una opinión de ti, ni de tu trabajo.
No sólo parece sincero, realmente, hay algo en su expresión que le impide al castaño dudar de que sus palabras sean verdad. Ya sea el brillo de esos ojos negros o la firme línea que trazan sus labios, pero Sehun transmite ese tipo de confianza que muy pocas personas son capaces de irradiar y sin motivos para sospechar, Luhan termina por murmurar un suave y aliviado:
—Gracias.
—No hay de qué. Y ya que estamos en esto, ¿puedo pedirte algo también? —pregunta—Se supone que acabo de volver de América, entonces, agradecería si mantuvieras en secreto que me viste en Busan.
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¿Puedes guardar un secreto? || HunHan ✔
Fanfiction🛫 ¿Qué puede ser peor que tener un ataque de pánico y acabar contándole todos tus secretos a un perfecto extraño? Luhan lo sabe y es que el desconocido aparezca en tu oficina, presentándose como el nuevo CEO de la empresa, ergo, tu nuevo jefe. 🛫 �...