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🛫 «Al pan, pan y al vino, vino» 🛫

Si es algún súper-poder de los abogados o sólo el buen tino de Chanyeol, Luhan no lo sabe pero se lo agradece cuando el gigante desvía la atención hacia ellos, dándole a su invitado una vía de escape y al rubio, la señal para no seguir por esa dirección.

Luego de eso, la cena recupera su vibra inicial, las bromas se intercalan entre anécdotas del trabajo y la incomodidad se disipa, hasta que llega el momento de despedirse. El ciervo le pediría a su novio que pase la noche con ellos... si la voz en su cabeza no le estuviera susurrando que es mejor darle algo de espacio.

—Conduce con cuidado, ¿quieres? —dice, de pie junto al auto—. Mándame un texto cuando llegues.

Sehun asiente con la cabeza, recibe con gusto el beso que se inclina a darle y aunque da la impresión de que está por decir algo más, al final se conforma con murmurar:

—Ve adentro, amor, empieza a refrescar.

—Otra vez me estás llamando así —Luhan ríe, sintiendo las mariposas revoloteando en su pancita—, admito que me gusta.

—A mí me gustas tú.

El castaño lo vuelve a besar, podría hacerlo la noche entera pero Sehun tiene que ir a casa. Cuando por fin se separan y Luhan vuelve adentro, yendo directo a su pieza al notar que los chicos se han ido a acostar, un bichito distinto a las mariposas anida en su interior. No puede evitar pensar en la reacción del menor.

Sus hombros tensos y esa expresión casi adolorida que le descompuso el rostro cuando su hyung preguntó por su familia.

«Todo el mundo tiene secretos», piensa y si bien, él mismo es uno de esos seres con más confidencias que calzones en la gaveta, también tiene la firme creencia de que la confianza y la comunicación son elementos imprescindibles para una sana relación. ¿Y en qué acaba el que tu novio te oculte tantas cosas? En nada bueno, eso es seguro.

Ni siquiera se da cuenta del tiempo que pasa, sólo que mientras cavilaba Sehun llegó a casa y en su último mensaje le desea las buenas noches. Parece una buena idea irse a dormir, consultarlo con la almohada y planear con calma la mejor forma para hacerle saber al hombre que ama que puede ser abierto sobre sus secretos.

—Aquí nada entra y nada sale —murmura para sí, mientras se mete a la cama y luego, con una sonrisa boba, agrega:— Como una planta carnívora.

En la mañana, Chanyeol bebe apenas una taza de café, algo con el último caso en que trabaja se complicó y tiene que ir a la oficina a resolverlo. Baekhyun y Luhan deciden mudar el desayuno a la sala, apretujados en el sofá, comiendo cereales con leche mientras ven Law & order, como dos adolescentes haciendo de las suyas cuando sus padres no están.

Lo están pasando tan bien que casi olvidas sus propios pendientes: el rubio debe ajustar detalles para el desfile de modas y el castaño pensar en una forma de cuantificar el éxito de su campaña de marketing.

Hundido en su habitación, con todos los documentos sobre el proyecto esparcidos alrededor y la portátil abierta en el informe que ha intentado redactar, Luhan no sabe de qué manera podría conocer el impacto de sus vallas, artículos y letreros en las ventas de la leche de avena. Está empezando a frustrarse, cuando su roomie llama a la puerta y pregunta:

—¿Y ese olor a quemado?

—Es mi cerebro —lloriquea el chino—, chamuscándose por la falta de ideas.

—¡Oh, nene! Respira y tómate un descanso, forzar a las musas a inspirarte es casi tortura y no ayuda de nada, créeme. —Baekhyun lo consuela, intentando hallar un espacio sobre el colchón donde sentarse y que no esté sepultado de papeletas.

¿Puedes guardar un secreto? || HunHan ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora