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JISUNG

Tan pronto como entraron al apartamento de Jisung, Chenle se dirigió hacia el baño para lavarse los dientes. Mientras tanto, Jisung arrojó la billetera y las llaves sobre la mesa, mirando hacia la puerta medio abierta del baño. No estaba del todo seguro sobre lo que Chenle podría necesitar. Parecía que sus días se estaban volviendo cada vez más estresantes por culpa de Jisung.

De camino a casa, había interrogado a Chenle sobre las cosas que había hablado con su padre. Chenle le había respondido cada pregunta sin siquiera dudarlo, y ahora parecía un poco más tranquilo de lo que había estado de camino. Antes de irse, su padre lo había apartado por unos momentos, le recomendó vigilar a Chenle de cerca y que fuera considerado con sus sentimientos después del día difícil que había tenido.

Chenle salió del baño, apagó la luz y caminó directamente hacia Jisung,  envolviéndole los brazos alrededor del cuello. Jisung le devolvió el abrazo y se sorprendió cuando Chenle levantó las piernas del suelo y las apoyó en su cintura mientras que enterraba el rostro en su garganta.

Jisung dejó caer ambas manos para sujetarle el trasero a Chenle, cambiando el peso de un pie al otro antes de llevarlo de camino a la habitación. ─¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que hacemos?

Él frotó la nariz contra el cuello de Jisung. ─Me estás llevando a la cama.

─A la cama, ¿eh? ─bromeó Jisung, encaminándose hacia la escalera─. ¿Y qué es lo que haremos cuando lleguemos allí?

─Una follada lenta. ─dijo Chenle, besando un camino a lo largo de la  mandíbula de Jisung.

─Disculpa, ¿qué? ─preguntó Jisung entre risas mientras que subía las escaleras con Chenle todavía aferrado a él.

─Te quiero dentro de mí, pero no lo quiero rudo. No estoy de ánimo. Quiero las cosas con sentimientos… besarnos, en posición de misionero. Mucho contacto de ojos y ñoñerías. Jódeme, pero hazlo romántico.

Jisung se rio ante la explicación de Chenle, pero estaba más que feliz de darle todo lo que necesitara.

Una vez estuvieron arriba, dejó a Chenle de pie y buscó su boca mientras se  desnudaban. A Jisung le gustaba ser rudo con Chenle, pero solo porque eso era lo que él necesitaba y Jisung genuinamente disfrutaba de verlo desmoronarse. Pero si Chenle lo quería lento, entonces, Jisung podía darle eso y ya estaba medio duro con solo pensar en deslizarse dentro de él.

Una vez ambos estuvieron desnudos, Jisung acostó a Chenle en la cama y luego lo siguió, cubriéndolo con su peso para poder besarlo de nuevo, lento, profundo y obsesivamente. Se encontró a sí mismo excitado con solo besar a Chenle… por la suavidad de sus labios, la forma en que su lengua se movía y se retiraba, y esos suspiros entrecortados que dejaba escapar.

En algún lugar del camino, Jisung comenzó a frotarse lentamente contra él y sus pollas encajaron juntas en una fricción que enviaba pequeños escalofríos a lo largo de su columna. No recordaba haber disfrutado tanto del sexo como lo hacía con Chenle. Para él, siempre se había tratado de un medio para conseguir un fin, que era un orgasmo que requería de mucho más trabajo que el de solo masturbarse.

Pero todo lo que Chenle hacía era sensual. La forma en que movía sus caderas hacia arriba para encontrarse con las de Jisung a medio camino. Esa manera en que se agarraba de su trasero, casi como si lo necesitara más cerca. El sonido de su respiración que se aceleraba cuanto más tiempo lo hacían, y los diminutos ruidos ahogados de frustración cada vez que Jisung no le daba de inmediato lo que pedía.

Jisung rompió el beso. ─Lo querías lento, te lo estoy dando lento.

─Dije lento, no glacial. ─dijo Chenle con un tono malhumorado.

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