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CHENLE

Chenle se fue a la cama y estaba exhausto, pero le resultó imposible dormir. No podía detener la velocidad de sus pensamientos. Sin importar lo que hiciera, las palabras de Wendy seguían arrastrándose de regreso a su cabeza. "Ellos todavía podrían estar viviendo con su abusador, como pasó con Chenle".

Como pasó con Chenle. Había docenas, tal vez incluso cientos de niños que eran como él: víctimas del peor tipo de abuso. Del tipo que es capaz de manchar la vida entera de una persona,  incluso aunque esta no lo recordara. ¿Cómo sería la vida de esos niños? ¿Habían tenido la suerte de olvidar, cómo él? ¿Siquiera habrían vivido lo suficiente para hablar acerca de ello? ¿Estarían andando en círculos cómo lo había hecho Chenle antes de conocer a Jisung?

Wendy tenía razón. Necesitaban encontrar a estos niños y, de alguna manera, asegurarse de que recibieran algún tipo de ayuda o, al menos, una dosis de justicia.

Si Chenle hubiera sabido que Holt no era su padre sino su abusador -si él mismo hubiera recordado antes el abuso y la tortura que había sufrido-, le habría agradecido a Jisung por matar a ese hombre. Incluso aunque los hogares de paso apestaban. Y, aunque hubiera pasado años viviendo en un estado constante de incertidumbre, la muerte de Holt habría valido la pena.

Chenle no podía imaginar un mundo en el que Holt todavía existiera y una oleada de alivio lo invadía en cada oportunidad que recordaba que estaba muerto. Se frotó el rostro con ambas manos. ¿Qué pasaba si el fragmento de disco duro no mostraba nada? Habían apenas conseguido la mitad del disco. Chenle no sabía nada acerca de computadores, pero sí comprendía que un disco duro completo tenía que ser mejor que la mitad.

Se sentó, quitándose de encima los cobertores. Él podría obtenerlo. Todavía tenían la llave… Podía entrar y salir sin que Gary supiera que él estuvo allí. Entonces, Wendy tendría el disco completo y no solo pedazos de un rompecabezas.

Tan rápido como la inspiración lo invadió, esta se esfumó y reemplazó la emoción por decepción. Incluso aunque pudiera entrar a la casa de Gary, él no sabía nada acerca de clonar discos duros o cualquier otro tipo de tecnología por fuera de su teléfono móvil. Jisung era quien se hacía cargo de esas cosas… él ni siquiera comprendía por completo qué era eso de clonar, pero suponía que era como sacarle una fotocopia.

Chenle se ruborizó por su propia estupidez. Él no necesitaba una fotocopia. Gary ya les estaba siguiendo el paso, así que Chenle simplemente necesitaba el original.

Podría llevarse la computadora portátil. Tampoco había forma de que Gary no atara todos los cabos sueltos, aunque no hubiese instalado una cámara de vigilancia dentro de la unidad de almacenamiento. Chenle no tenía que irse con cuidado, e incluso él sería capaz de robarse una simple laptop. Diablos, le había robado la mochila a Gary bajo sus propias narices.

Si se robaba la computadora, entonces Wendy tendría todo en sentido teórico. Incluso si los nombres de los chicos no estuvieran allí inscritos, tendría que haber algo que resolviera todo este desastre de víctimas y abusadores. Tomó una respiración profunda y la dejó salir, justo como Wendy había hecho más temprano. Lo iba a hacer, aunque fuese una mala idea. Incluso si era la peor de las ideas. Esos niños se merecían alguna clase de justicia.

Tomó su teléfono y miró la hora. Medianoche. Gary definitivamente seguiría en el club a esa hora de la noche. Chenle dejó caer el teléfono en la mesa auxiliar y se puso de pie. Metió las piernas dentro de unos pantalones y empujó una camisa por sobre su cabeza. Una vez guardó el teléfono y la cartera, ordenó un Uber y caminó para encontrarlo al frente.

Se deslizó en el interior frío de un Lincoln Navigator, estremeciéndose ante el contraste de su piel contra los asientos de cuero. Se sintió agradecido de que el conductor no intentara formular conversación. Ya se sentía como si unos nidos de avispas zumbaran dentro del estómago de Chenle. ¿De verdad estaba haciendo esto?

dq ↻ jichenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora