Amane sabía que al hacer eso estaba traicionando a Kagaya y a sus hijos... Pero era imposible.. Ella ya NO amaba a Kagaya.
A Tanjiro le habían pedido que cuidara al Patrón, pues su esposa había hecho un viaje y no regresaría en varios meses. Él con...
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Tanjiro estaba despertando en una lujosa habitación con un exquisito olor a lavanda. Después de recordar los sucesos del día anterior, se levantó y se lavó el rostro. A continuación abrió el armario para encontrarse una .... bromilla.
Tanjiro: ¡AHHH! -gritó asustado-
Pronto aparecieron dos jóvenes, uno de cabello negro y otra de cabello blanco, el niño se presentó como Kiriya y la niña como Kanata. Ambos preguntaron qué era lo que había pasado.
Tanjiro: M-mi r-ro-p-pa... -dijo temblando-
Kiriya: Oh, un kakushi se encargó de traerla, ¿Ocurrió algo malo? -preguntó sereno el joven-
Tanjiro: Esta no es mi ropa. -dijo mientras se hacía a un lado, para que pudieran ver únicamente vestidos- Y no encuentro mi traje.
Kanata: Nos tememos, no se puede usar un uniforme dentro de casa, por eso pedimos se trajera su ropa... -dijo viendo dentro del clóset- Pero tal parece ser esto no es suyo.
Kiriya: ¿Gusta que se busque otra ropa? -preguntó mientras su hermana aún estaba con la nariz metida en el mueble-
Tanjiro: No, no hay problema, -comentó sorprendiendo a los niños- Me pondré esto.
Kanata: ¿S-seguro? -dijo, viendo a Tanjiro con un rostro de sorpresa-
Tanjiro: Claro, -sonrió- Después de todo, lo trajeron y eso fue un esfuerzo.
Los dos niños asintieron y se retiraron, aún sorprendidos claro. Tanjiro buscó el traje menos llamativo, aunque todos eran muy pomposos. Seguramente le daría alguno a Nezuko, el azul y el rosa le quedaban muy bien a su hermanita.
Al final pudo decidirse por uno muy bonito, algo ajustado, de tonalidades azules, y uno que otro adorno verde. Y aparte, en el cuello tenía una piedrecilla roja con un adorno en forma de flor.
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Batalló mucho para poder ponerse aquel vestido, pero al final lo consiguió. Después, informado por Dharma, se dirigió a ayudarle al Patrón a levantarse y lavarse el rostro. Luego irían a desayunar.
Tanjiro: Oyakata-sama, ¿Puedo pasar? -preguntó el chico tocando la puerta con suavidad-
Kagaya: Por favor. -confirmó el hombre con una sonrisa-
Tanjiro entró con una sonrisa en su rostro. El Patrón estaba despierto, sentado en su futón, esperando con una sonrisa a Tanjiro.
Kagaya: ¿Cómo está el cielo el día de hoy? ¿Esta nublando? -preguntó, cortésmente mientras Tanjiro le ayudaba a pararse-
Tanjiro: No, en realidad no hay muchas nubes y el Sol esta a pleno. -contestó con una sonrisa-
Kagaya: Ya veo... ¿Te parecería acompañarme a dar un paseo más tarde? La tarde suena muy prometedora. -ofreció aún más sonriente-
Tanjiro: Claro, no suena nada mal. -aceptó el joven-
Kagaya sentía la ropa bajo su mano, ese kakushi era bastante travieso. Tanjiro le ayudó a lavarse el rostro y buscando su ropa, lo dejo momentáneamente para que se cambiara y después lo llevó al comedor, donde Tanjiro, al notar que no había nada preparado como era común, se ofreció a preparar algo.
Kagaya se puso bastante nervioso y quiso evitar que Tanjiro se esforzara, pero el joven era de cabeza dura, así que buscó algunos ingredientes para preparar algo de sushi. Tuvo que ponerse un delantal y un pañuelo en el cabello.
Kagaya: ¿Tanjiro? ¿Qué cocinas? -preguntó mientras escuchaba a Tanjiro batallar-
Tanjiro: Ah... -suspiró quitándose algo de sudor de la frente- Sólo algo de sushi!
Kagaya: ¿Necesitas algo de ayuda? Puedo decirle a Kiriya... -ofreció amablemente-
Tanjiro: No, no se moleste, estaba batallando un poco con las espinas de los pescados. Ya terminé, solo falta que se cocine el arroz. -rechazó amablemente la oferta-
Kagaya: De acuerdo.
El arroz se cocinó en media hora, en la cual los hijos se unieron al comedor, Kuina, Kanata y Kiriya vestidos con el mismo kimono, y Hinaki y Nichika portaban sus típicos lazos en el pelo, aunque eran diferenciables, al menos a ojos de Tanjiro.
Una vez terminó con aquello, preparó el sushi en un gran plato. Era bastante comida, lo suficiente para unas 9 o 10 personas. Tanjiro ayudó a Kagaya a comer, tal parecía a los hijos del Patrón, Tanjiro era muy amable y cuidadoso.
Aunque Tanjiro seguía irritado por "Una Bromilla", sabía que ni los niños, ni el Patrón, ni él, tenían la culpa.
