Amane sabía que al hacer eso estaba traicionando a Kagaya y a sus hijos... Pero era imposible.. Ella ya NO amaba a Kagaya.
A Tanjiro le habían pedido que cuidara al Patrón, pues su esposa había hecho un viaje y no regresaría en varios meses. Él con...
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Habían pasado unas semanas desde aquel beso y el mensaje positivo que le había dado el Patrón a Tanjiro. Las pequeñas no habían actuado diferente, al contrario, se sentían más seguras con el pelirrojo.
Una de esas mañanas de verano, justo el 14 de junio, Tanjiro había preparado el desayuno cuando una noticia llegó con Dharma.
Tanjiro: Ah, Dharma, buenos días. -saludó con amabilidad-
Dharma: Me temo no son tan buenos. -contestó algo decaída el ave-
Tanjiro: Oh ¿Qué ocurrió? -preguntó sirviendo un poco de agua para la criatura-
Dharma: El Patrón tendrá una junta con los pilares en pocas horas, pero yo ya estoy muy cansado, y no puedo volar más. -comentó recostándose en las manos de Tanjiro-
Tanjiro: Descansa, ya has hecho suficiente -sonrió mientras arrullaba al ave- Oye Nego... podrías ir a avisarle a los pilares, ¿Por favor? -le susurró a su cuervo, que con gusto asintió- Gracias.
Después de eso, entró el Patrón junto a Kanata y Kuina, quienes soltaron un bostezo grande, se veían muy cansadas. Kagaya insistía en que todos sus hijos se tomaran un descanso por el día, pero eran todos demasiado necios.
Tanjiro no pudo evitar reír en voz baja, esa escena llevaba repitiéndose varios días, y siempre terminaba con los niños yéndose a dormir temprano. Al momento de servir el desayuno, Tanjiro le dijo en voz baja un plan para la tarde.
Kagaya: Oigan niños, ¿Porqué hoy no van al pueblo? -preguntó sonriente-
Tanjiro: Yo creo que sería bueno -dijo antes de que alguno de los pequeños rezongaran- Hace mucho que no salen, y no me digan que no.
Kiriya: Es cierto... pero no queremos dejar solo a papá...
Tanjiro: Jeje -rio con suavidad- Yo cuidaré a su padre. No deben temer de que le pase algo. Y Nezuko estará con nosotros por cualquier cosa.
Kagaya: Cierto, Tanjiro tiene razón. -rio ahora su padre- Disfruten el pueblo, compren dulces, aunque no demasiados, y no sé, compren flores o lo que quieran
Kanata: Pero... papá! -dijo haciendo puchero-
Tanjiro: Ya niños, no molesten a su padre y mejor disfruten del día. -dijo sirviendo jugo de fresa a las chicas- Kiriya, ¿Quieres jugo de fresa o de mango?
Kiriya: De manzana hay? -preguntó sonrosado-
Tanjiro: Claro, deja voy por el. -dijo mientras se ponía de pie-
Tanjiro le sirvió un poco de jugo de manzana a Kiriya, quien feliz lo bebió. Al final los niños salieron siendo engañados por su papá y Tanjiro, a quien ya consideraban como su madre (Pero eso no lo dicen)
