Necesitas algo de amor y comprensión

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Tanjiro se sorprendió al ver ahí al Pilar, pero notó que una muy pequeña gota mojaba su torso, así que tomó al mayor por los hombros y le apretó más. Al levantar la mirada notó a un señor de mediana edad con el seño fruncido, tal parecía venía persiguiendo al hombre en su pecho.

Habló inseguro de la situación, el pilar después de todo tenía una lengua muy filosa. Quizá todo esto era un malentendido, y si así era trataría de resolverlo, ¡No había nada mejor que la comunicación!

Tanjiro: Caballero, disculpe, ¿Ocurrió algo? -cuestionó con su dulce voz- 

XX: ¡No te importa, perra barata! -gritó escupiéndole en el rostro- ¡Este maldito mocoso rechazó a mi hermosa princesa! -al Tanjiro escuchar el primer grito escondió al adulto tras suyo-

Tanjiro: "Con que ahí esta el problema" -pensó limpiándose el escupitajo del hombre- Señor, estoy más que seguro que esto es un terrible mal entendido. -aclaró con una sonrisa- 

XX: ¡Ningún malentendido! -gruñó para darle una fuerte cachetada a Tanjiro- ¡O dejas de proteger a esta prostituta o te regreso al burdel de donde saliste, maldita puta!

Obanai quedó estático en su lugar sosteniendo el brazo del Patrón, quien estaba hirviendo de furia. Tanjiro rio y acomodó su vestido, pues un segundo después tomó por la solapa del kimono al hombre, muy enojado y con los ojos llenos de la llama de la cólera, y lo alzó con fuerza dándole un golpe tras otro.

Tanjiro: ¿¡QUIÉN DIABLOS TE CREES PARA HABLAR ASÍ DE UNO DE MIS HIJOS, PEDAZO DE MIERDA?! ¡NO TIENES DERECHO A HABLAR ASÍ DE ÉL MALDITO DESGRACIADO! -su voz estaba fuera de control, tal parecía a Tanjiro no le importaba lo que dijeran de él- ¡TE ROMPERÉ CADA MALDITO HUESO POR IDIOTA!

Fue cachetada tras cachetada, y mientras el tiempo iba pasando, la gente (policías incluidos) se alejaban del rango de vista del menor, querían seguir con vida, muchas gracias. 

Con toda su ira y voluntad siguió golpeando al hombre, y las mejillas de este ya estaban rojo sangre, pues Tanjiro no le daba ni un descanso. Un segundo el menor paró y con eso bastó para que ahora el hombre dijera otro comentario inapropiado, pero no sabía lo que esperaba.

XX: ¡Ese maldito es un monstruo, tiene la cara cortada!

Tanjiro guardó silencio y volteó a ver a Iguro, quien tenía las heridas sangrantes y una clara marca de puñetazo en la nariz. Este al sentirse observado bajó la cara con los ojos húmedos, y sólo faltó eso para lanzarse sobre su oponente a darle puñetazo tras puñetazo. Tanjiro tenía los nudillos sangrientos pues ya le había roto la nariz al contrario.

Tanjiro: ¿¡Y?! -berreó con una voz colerizada- ¡ESE "MONSTRUO" COMO TÚ LE DICES ES UN CHICO DULCE CON ALGUIEN EN MENTE! -un golpe sonó-  ¡Y ES MI HIJO! -al dar el último puñetazo, algo tronó en el cráneo del viejo-

El pelirrojo se paró con unas cuantas salpicaduras de sangre en su rostro, con el puño ensangrentado se limpió el labio que le sangraba. A continuación se acercó a Obanai con un pañuelo y con mucho cuidado limpio su nariz. Este estaba muy sorprendido, pues nunca nadie lo había tratado con tal gentileza.

Tanjiro: ¿Estás bien, Iguro? -preguntó con cariño- ¿Quieres que te acompañemos a un doctor?

Iguro: S-si... estoy bien gracias... 

Tanjiro: Me alegra. -dijo poniéndose de pie- Estás bien, corazón?

Kagaya: Perfecto cielo. -sonrió acariciando la cabeza de Obanai- ¿Estás herido en alguna parte?

Tanjiro: Para nada, -sonrió de nuevo- Pero deberíamos de-

Fue interrumpido por una piedra que lo golpeó en su nuca y le desestabilizó cayendo al piso. Obanai, alerta notó que se trataba de la chica que había rechazado junto a su madre, ambas venían furiosas, como si Tanjiro fuera el mayor problema de todos, le lanzaban piedras desde una distancia segura. 

Tal parece ni siquiera se habían acordado del hombre que estaba tirando en el piso desangrándose. Bueno, eso en realidad no importaba. 

Iguro se colocó delante de Tanjiro cubriéndole con su cuerpo, y la chica menor (ni tanto, tendría 35 como mínimo) se acercó a Iguro con una mueca de asco dirigida hacia Tanjiro. Quien ya había logrado colocarse de pie y se sacudía el polvo

PB: ¿Quién es esa horripilante mujer? -habló señalando con odio a Tanjiro- ¡No me digas, es tu esposa! Claro, tal para cual.

Iguro: Pero si quien lo dice, la princesa de los ogros con la reina. -defendió al menor detrás suyo-

Tanjiro: Buena cariño -le susurró a Obanai en el oído, se había mentalizado ya con el papel maternal-

MPB: Hijita, no seas así, como dicen, siempre hay un roto para un descocido. Además, lo dice el que parece serpiente.

Tanjiro: No me haga usar la violencia contra ustedes, o las dejaré peor que a su marido. -aclaró empezando a cerrar los puños-

Ambas al escuchar esto voltearon a buscar al mencionado con los ojos y cuando lo encontraron, se colocaron pálidas del susto, y salieron corriendo sin importarles las súplicas que el hombre moribundo hacía. 

Ambos llevaron a Iguro por todo el carnaval, incluso se animó a bailar con Tanjiro, quien, una vez Iguro estaba cansado, empezó a mimarlo con besos, abrazos y caramelos, y Obanai por primera vez, se sentía verdaderamente amado por un par de padres cariñosos. Si, ya había marcado a Tanjiro como su madre.

En uno de esos momentos, Kagaya se acercó con dos mantas, con una tapó a Iguro y la otra la compartió con Tanjiro, quien le sonrió con mucho cariño. Pero como un niño pequeño, Iguro se coló entre ambos y los tres se acurrucaron viendo los primeros fuegos artificiales que la gente empezaba a quemar.

Tanjiro: "No eres malo, querido" -pensó al ver al menor azabache sonreír al ver los fuegos de colores- "Necesitas algo de amor y comprensión"

Con esos pensamientos sonrió, volteando el rostro hacia Kagaya, quien asintió con la mirada y ambos apretaron al de en medio jurando que a partir de ese día, lo cuidarían como su ni hubiera un mañana. Pues pensaban darle ese amor y ese cariño.

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⨰ ¿Esa?... NO ¡Ese! ⨰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora