Un pequeño chico de cabello rosado se encontraba merodeando por los largos pasillos de la universidad a la que asistía. Era hora de clases, pero para su bendita suerte, el profesor que impartía matemáticas no había llegado hoy porque supuestamente tenía capacitación junto con otros profesores de otras facultades. Así que el peli-rosa decidió que era un buen momento para perseguir al amor de su vida: Min Yoongi.
Yoongi para Jimin era el ser más hermoso que podía existir sobre la faz de la tierra; era alto, delgado, de piel muy blanca, hermosos ojos color chocolate oscuro, labios finos y rosados, y ni hablar de su exquisito aroma a petricor y menta. Simplemente era perfecto.
Aunque su actitud era un poco agria, al peli-rosa no le importaba, porque el creía fervientemente que los polos opuestos se atraían y estaban destinados a estar juntos.
Él era alguien muy alegre y juguetón, mientras que Yoongi era callado y serio. Encajaban perfectamente.
Los sentimientos del omega comenzaron a florecer luego de que uno de sus profesores lo mandara a un grado mayor para llevarle unos papeles a la señora Lee. En ese grado mayor se encontraba exponiendo el peli-gris con carita enojona. Fue como amor a primera vista.
Park un día después comenzó a seguir al mayor y también a los amigos y compañeros de este, para que le brindarán información sobre el alfa.
—¡ChimChim! —gritó alguien a su espalda.
El nombrado detuvo sus pasos y giró su cabeza para encontrarse con su mejor amigo quien se encontraba corriendo hacia él.
—¿Qué quieres, Tata? —preguntó con una gran sonrisa.
Taehyung, apenas pudo llegar a la par de su hyung. El chico a pesar de tener piernas cortas caminaba muy rápido. Por lo que agachó mientras ponía sus manos en sus rodillas y así poder recuperar el aire por tremenda corrida que dio.
—Queria saber si Hyungmin estará en casa hoy —contestó cuando hubo regulado su respiración.
—Mamá lo castigó la semana pasada por haberse comido todas las zanahorias que iba a ocupar para su pastel —confesó—, pero creo que después de lavar el auto de papá, le quitó dicho castigo.
El alfa castaño sonrió en grande. Tenía más de un mes que no veía al hermano de su mejor amigo.
—Entonces me iré contigo —dijo mientras pasaba su brazo izquierdo por los hombros del omega—. Quedamos en una partida pendiente con su juego nuevo.
—Bien, pero ahora déjame seguir con mi búsqueda. —Comenzó a caminar.
—¿Hasta cuando dejaras de seguir a Yoongi hyung? —Preguntó burlesco.
—Hasta que acepte casarse conmigo —dijo seriamente.
El alfa sonrió ante las ocurrencias del pequeño omega. Jimin realmente le gustaba ese hyung un poco gruñón, y Taehyung lo apoyaba a pesar de todo, ya que, a su parecer, hacían una muy linda pareja.
—¿No crees que es algo... precipitado?
—No.
—Bueno, pero no te enojes —rodó los ojos.
—No estoy enojado —admitió—, solo estoy desesperado por encontrar a mi príncipe.
—Lo más seguro es que se ande escondiendo de ti —dijo mofándose de la desesperación de su hyung.
—Eso es imposible —susurró.
Taehyung decidió no contestarle y mejor se dispuso a sacar la pequeña paleta morada que se encontraba dentro de la bolsa trasera de su pantalón.Jimin continuó buscando a su amado por todo el lugar, alzando su cabeza. Hasta que luego de 5 minutos pudo dar con él.
Yoongi se encontraba recostado sobre el pasto verde y fresco del jardín; rodeado de flores y rosas hermosas, pero claro, no más que él.
Taehyung decidió que era un buen momento para irse. No quería ser participe de la humillación que el peli-gris le daría a su amigo.
El omega corrió y sin pedir permiso, se sentó a la par del mayor.
El alfa se encontraba descansando un poco de las pesadas clases que había tenido. Estaba tan tranquilo y en paz, que se asustó cuando sintió que un peso caía al costado suyo. Abrió los ojos y levantó lentamente su cabeza solo para ver al protagonista de sus más horribles pesadillas.
¿Este chico nunca se iba a cansar de seguirlo?
Sin darle ninguna importancia, volvió a su posición anterior, tal vez de esa forma el omega se iba. No tenía ganas de escuchar sus: "Que bonito se ve hoy, hyung"
—Hola, gatito —habló con una sonrisa dulce el menor.
El mayor no respondió, pero en sus pensamientos estaba gruñendo por cómo lo había llamado ese omega acosador.
—Gatito —volvió a repetir ahora haciendo un leve puchero.
Yoongi continuó sin responder, respirando hondo.
—Yoongi hyung —siguió insistiendo mientras movía sus piernas en señal de estar haciendo un berrinche.
—Alfa malo —se resignó.
—¡Silencio! —gruñó el pálido— Y ya no me digas "gatito", suena muy cursi y me da vergüenza.
Sus intenciones de ignorar al menor se vinieron abajo. Odiaba que le llamase de esa forma. Era cierto que amaba los gatos, pero por alguna razón que desconocía, le estresaba que ese mocoso le dijera así, porque hacía que su corazón se estrujara, y para nada le gustaba esa sensación.
—Es que eres igual de hermoso y tierno que un gatito —admitió.
Jimin sonrió cuando vio que el contrario se levantaba y cruzaba sus piernas en forma de indio para quedar sentado frente a él. Pero sonrió aún más, cuando se fijó que su amado tenía pasto en su sedosa cabellera, la cual, estaba totalmente alborotada.
Se ve hermoso, pensó.
—No soy un gato —refunfuñó.
—Eso es obvio, hyung, pero pareces uno... uno muy lindo, por cierto.
La cara de Yoongi se coloreó de un rojo intenso por la vergüenza y el enojo que estaba sintiendo ante las palabras del cabeza de algodón.
—Me largo —soltó con enojo mientras se paraba y sacudía sus pantalones. No tenía la paciencia suficiente para aguantar los halagos del menor.
—Nos vemos mañana, gatito —le dedicó una de sus mejores eyes smile.
El peli-rosa se levantó de un salto, y sin que el otro lo pudiera prever, dejó un inocente y dulce beso en la mejilla del alfa.
Ambos se sonrojaron.
Jimin salió corriendo antes de que el peli-gris intentará asesinarlo por atreverse a besarlo.
Yoongi se quedó con el rostro ardiendo de la vergüenza mientras pegaba con su pie en el pasto. Ese omega se las iba a pagar.
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¡Quiero ser tu mascota! - Yoonmin
FanfictionJimin solo quería ser la mascota de Yoongi