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La tarde se encontraba algo fría y ventosa, los alrededores estaban un poco desolados y muy silenciosos creando un ambiente lúgubre pero a la misma vez tranquilizador. Dos figuras estaban sentados a lo lejos en una mesa roja mientras hablaban animadamente, dándole color al ambiente.

—¿Entonces que debo de hacer? —preguntó el omega menor, mientras recostaba su cabeza en la mesa.

—Primero, debes de ser un poco más difícil —respondió el omega mayor, intentando ser comprensivo con Jimin.

—¿Un poco más difícil? —cuestionó con su ceño fruncido— ¿Qué quiere decir eso?

—Quiero decir que no debes de buscar tanto a Yoongi.

Jimin abrió sus ojos de par en par. El no podía hacer algo como eso, su hobby favorito era apreciar al mayor para luego hablarle. No podía dejar de perseguirlo así como así.

—Eso no tiene sentido —gruñó.

—Claro que lo tiene —dijo sentándose un poco más cerca del menor—. Dime, ¿a ti te gustaría que un alfa anduviese como chicle detrás de ti?

—Si se trata de Yoongi hyung sí —sonrió abiertamente.

Namjoon se dio una palmada en su frente. Al principio el pequeño le había dado ternura y le pareció divertido el que anduviese como perrito detrás de su mejor amigo, pero ahora, le estaba preocupando el que Jimin no pensara en nada más que no fuese el alfa de ojos gatunos.

—Aléjate de Yoongi, Jimin —dijo suavemente, no quería que el chico tomara sus palabras de forma errónea.

Jimin hizo un pequeño puchero. No entendía porque su nuevo amigo quería alejarlo de su hyung. Él no creía que fuera algo malo pasar gran parte del día apreciando la belleza única de Min Yoongi.

—No puedo, mi corazón y omega se pondrán tristes si no ven a Yoongi hyung o al menos huelen su aroma —frunció su ceño.

Namjoon suspiró frustrado. De verdad quería ayudar a su pequeño nuevo amigo, pero la verdad es que el no era muy bueno en esas cosas del amor, de hecho, jamás había tenido a un alfa como pareja.

El silencio se hizo presente en la pequeña mesa. Jimin pensaba en todas las cosas lindas que podría vivir con su Hyung y como seria un futuro prometedor a su lado. Namjoon pensaba en algunas opciones para ayudar al menor, y así pasaron unos segundos más, hasta que una idea vino a su mente.

—¡Ya sé! —gritó con emoción el omega, haciendo que Jimin pegara un brinco en su lugar— Comprale un póster de Mr. Miau —sonrió como si fuese la idea más genial del mundo.

—¿Mr. Miau? —preguntó confundido Jimin, jamás había escuchado algo así— ¿Qué es eso?

Namjoon pensó un poco lo que iba a decir a continuación. Nadie a parte de él sabía la obsesión de Yoongi con ese personaje de caricatura. Si fuese por Yoongi, su habitación estuviera llena de ese personaje, pero sus padres le votaban todo, diciéndole que era un alfa, no un tonto omega.

—No le digas nada a Yoongi —advirtió el mayor, poniéndose serio.

Jimin miró curioso al mayor. Si Namjoon se había puesto de esa forma es porque era muy importante.

—Lo prometo.

—Yoongi ama a Mr. Miau —susurró solo para que Jimin pudiese escuchar—. Es un personaje de una caricatura que siempre sale a las seis de la tarde.

—¡Tengo que verla! —soltó emocionado Jimin.

—Shhh, no grites —amenazó Namjoon—. Haz lo que te digo, pero no le des el regalo a Yoongi en frente de todos porque los demás se van a burlar y el orgullo de Yoongi se quebrara. Tienes que hacerlo cuando estén solos.

—Pero a Yoongi hyung no le gusta estar solo conmigo —Murmuró con tristeza mientras se recostaba en la mesa.

Por un momento su omega bajó sus orejas aullando con lástima en su interior.

—Yo te voy a ayudar —le sonrió Namjoon.

Jimin hizo su adorable eyesmile, haciendo que el corazón del contrario se llenará de ternura. El pequeño omega le tendió la mano al mayor, a manera de decir que estaban sellando un trato. Un trato muy importante para Jimin y su lobo.

—Espero que todo salga bien, hyung.

—Por supuesto Jiminnie —sonrió cómplice—. Por cierto, cuando te encuentres con Yoongi, llámalo gatito —dijo burlándose cuando recordó que Yoongi ya le había hablado de su pequeño acosador, y con las mejillas sonrojadas le había confesado que el pequeño le había llamado gatito. Namjoon sabía que ese sonrojo significaba que le había gustado.

Jimin alzó una ceja cuando escuchó la recomendación del omega. Iba a protestar, pero Namjoon llevó su bebida a la boca y no pudo decir nada, sólo bufó y apretó sus mejillas adorablemente.

Mientras tanto, a lo lejos se encontraban dos alfas viendo la tierna escena. Uno de ellos estaba embobado viendo al chico de las mejillas tiernas y esponjosas y el otro solo se burlaba de él.

—¿Por qué no lo admites, hyung? —preguntó el peli-negro.

—¿Admitir que Jungkook? —preguntó confundido, pero sin quitar la mirada del pequeño omega.

Jungkook rodó los ojos. Su hyung no podía disimular para nada.

—Que te gusta Jiminnie hyung —dijo con obviedad.

Yoongi al fin giró su cabeza para prestarle atención al pequeño alfa y mirarlo con el ceño fruncido. No era la primera vez que Jungkook se imaginaba cosas que no son.

—No me gusta —bufó.

Y aunque le gustara no iba a enrollarse con el omega. No cuando tenía que estudiar duramente para poder obtener las mejores calificaciones posibles. No podía permitirse tener distracciones.

—Tus ojos llenos de corazones no dicen lo mismo.

—Estás imaginando cosas que no son, Jungkook.

El pálido giró su cabeza de nuevo para poner atención a todas las acciones de Jimin. Casi pega un grito lleno de ternura cuando el omega a lo lejos hizo un puchero adorable.

Jungkook sonrió burlón al ver a su amigo. El orgullo de Yoongi era demasiado alto cuando se trataba de demostrar sus sentimientos, pero ya era demasiado, Jungkook quería que su amigo por fin dejara de ser un amargado y al fin tuviera a un omega. Pensó un poco lo que iba a decir, tampoco quería acabar muerto solo por querer ayudar, pero tenía que hacer algo.

—Uff, me alegro entonces —sonrió el alfa menor.

Yoongi hizo una mueca sin quitar la vista del omega. No había entendido la alegría que había mostrado de repente su menor, pero tampoco le importaba.

—¿Por qué? —preguntó con desinterés.

—Estaba un poco triste porque pensé que te gustaba Jimin —mintió e hizo un puchero.

—¿Por qué? —volvió a repetir el mayor.

—Porque pensé que no tendría oportunidad con Jimin, pero ahora que dices que no te gusta ni un poco, tengo esperanzas —sonrió cuando vio de reojo como el cuerpo del pálido se tensaba—. Ahora tengo el camino libre para decirle a Jiminnie que me gusta —dijo mientras se daba la vuelta y desaparecía de allí, dejando a un Yoongi tieso.

El pálido se quedó como estatua parado y con sus ojos muy abiertos. Logró reaccionar luego de un minuto y se volteó para ver a donde había estado su amigo anteriormente, viendo como este ya se había ido.

—¡¿Qué?! —gritó hacia la nada, con sus ojos aún abiertos. Yoongi tuvo las ganas de salir corriendo detrás de Jungkook y golpearlo en la cabeza.

El pálido tragó saliva por estar teniendo esos sentimientos. El sólo quería que ese omega acosador lo dejara en paz, pero... entonces, ¿por qué se sentía desesperado por saber que a Jungkook le gustaba Jimin?

¡Quiero ser tu mascota! - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora