༒︎𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨༒︎

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Marie, la oficial encargada del caso se encontraba desconcertada con todo, no creí muy bien todo lo que Lia Neball le conto y dudaba de ciertas cosas. 

―Marie, los registros de Fordale no encontramos a ningún Dylan Wood ―hablo Jean, del departamento de investigación. 

―Como si no existiera... ―soltó la oficial. 

―Es obvio que esa historia es falsa casi nada cuadra, las muertes, al parecer enumeradas ―siguió él. 

―¿Cuales son los cuerpos que no se encontraron? ―pregunto ella. 

―El de Liz Couffaine y el de Dylan Wood. 

―La chica, Lia dijo que fue la primera en morir, pero su cuerpo no estaba en el colegio. 

―Marie no puedo creer que le estés dando una oportunidad a sus palabras sabiendo que nos mintió desde que abrió la boca, porque todos los cuerpos estaban juntos en el salón 210.  

―No lo entiendes, algo se me esta escapando de las manos... ―soltó de forma pensativa. 

―Oficial, los comisarios reportaron un cuerpo en casa de Lia ―interrumpió Joel, un comisario. 

―¿De quien? 

―De la madre. 

―Vamos Jean ―le ordeno ella. 

―¿Que sucede? 

―Necesito los registros de ella, inmediatamente. 

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La sospecha vehemente de Marie la hizo cuestionarse algunas cosas, pensando que tal vez su mente la estaba tirando en un laberinto sin salida, pero por alguna razón creía tener la razón. 

―Aquí están los resultados jefa. 

Leyó rápidamente lo que el informe decía y sonrió con satisfacción, casi al instante se dirigió al cuarto de interrogación con pasos firmes, en donde la sospechosa se encontraba. 

Tiro el informe en la mesa, mas a Lía parecía no importarle porque no se digno a mirarla, en el cuarto solo se escuchaban sollozos. 

Marie apoyo los brazos en la mesa y se aclaro la garganta. 

―Ya puedes decir la verdad, ya lo se todo Lia. 

Su cabeza se alzo y en su rostro se poso una sonrisa arrogante e incluso algo intimidante. 

―No sabe nada... 

―¿Porque lo hiciste? 

―Porque nadie nos merece ―dice cambiando su expresión. 

―¿Hablas de Dylan? ¿El de tu imaginación?

―El es real. 

―No lo es Lia y lo sabes muy bien. 

―¡Que si! ¡Él siempre busca inculparme! 

―¿Desde hace cuanto te diagnosticaron con trastorno de personalidad paranoico? 

―Yo no estoy loca. 

―No estas loca, pero padeces de una enfermedad y eso es grave. 

―¡Que no! ¡Cállese! 

―¿Porque los mataste?  

Se quedo en silencio y tratando de sacar las palabras correctas. 

―No fue mi intención, al principio no lo quise hacer... Pero después todo cambio. 

𝑬𝑳 𝑨𝑺𝑬𝑺𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑭𝑶𝑹𝑫𝑨𝑳𝑬 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora