𝑬𝑳 𝑨𝑺𝑬𝑺𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑭𝑶𝑹𝑫𝑨𝑳𝑬 ©

༒︎𝒰𝓃ℴ 𝒹ℯ 𝓃ℴ𝓈ℴ𝓉𝓇ℴ𝓈༒︎

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―Ohh vamos Lia, ¿nunca lo pensaste? ―dijo tratando de acercarse. 

―¡Aléjate de mi! 

―¿No lo hiciste? 

―No. 

―Creo que tu y yo sabemos el porque ―siguió. 

―Porque fui una ingenua... 

―O porque yo no soy el asesino... 

―¿Quien más seria? 

―Tal vez alguien que quedo vivo o incluso podrías ser tú ―me incrimino. 

―No, yo jamás haría algo así. 

―Yo tampoco ―dijo con sarcasmo―De hecho si lo haría.  

―¿Porque? ―pregunte. 

―Tú y yo sabemos muy bien todo lo que ellos hacen, se lo merecen. 

―No... Ellos no... 

―No te hagas la tonta ahora Lia, yo se lo que hiciste, yo se todos tus secretos, por eso no te mate. 

―¿De que... 

―¡No juegues conmigo! ―me grito―No me hagas enojar Lia, no te lo recomiendo. 

―Okey ―di pasos lentos para tratar de acercarme a la tarima del fondo y subir. 

―Nosotros no tenemos nada, ellos lo tienen todo y se encargan de empeorarnos lo que hacemos siempre, solo para hacernos sentir mas inútiles. 

―Es cierto, tienes razón ―me estaba poniendo de acuerdo con él para sobrevivir. 

―Obviamente que tengo razón, es como tú con Nicole... 

Me detuve abruptamente y me tape los oídos. 

―Ni se te ocurra. 

―¿No quieres que cuente la bonita historia que tienen? 

―¡Detente! 

―No quieres que diga como todo se fue de tus manos, querida. 

―¡Es suficiente! ―le grite. 

Su risa amarga me hizo detenerme. 

―Yo siempre voy un paso delante... O debo decir ambos vamos un paso adelante, ¿no es así? 

 ―¡Cállate!

―Yo deje que lo supieras, sabia que irías al salón de robótica, todo estuvo fríamente calculado mi vida ―se encamino rápidamente hacia mi, trate de retroceder, pero las escaleras me obstaculizaron el paso.  

Él se encontraba a centímetros de mi, podía sentir su respiración y el miedo volvió a invadirme, su cercanía me afectaba tanto que solté a llorar. 

―Somos iguales ―me alzo el mentón para que lo viera a los ojos―. Somos uno... 

―Te equivocas... ―agarre el trozo de vidrio que había ocultado y se lo clave en el ojo provocando que su sangre me salpicara en la cara, el soltó un grito feroz para luego reírse. 

―Maldita perra ―susurro y aun con el vidrio en el ojo me comenzó a seguir, subí las escaleras de la tarima y busque algo con que defenderme, pero el me agarro del cabello y me jalo hacia atrás, haciendo que callera. 

Se sentó encima mío impidiendo que me movilizara, alzo el puño y el primero lo vi venir, los otros golpes no, su brazo me pegaba con demasiada fuerza que no podría cubrirme para toda la vida, debí pensar rápido.  

Alce mi rodilla como podía y patee su entrepierna logrando que chillara, y se apartara. Agarre un barril y arremate contra el con mucha fuerza, dejándolo inconsciente en el suelo, la puerta de emergencia se encontraba en una esquina del teatro, pero antes de salir debía asegurarme de que estuviera muerto. 

Saque el vidrio de su ojo y se lo clave en el pecho, lo apuñale demasiadas veces con furia y tristeza como lo habia hecho alguna vez Aron, porque él si se merecía morir, por todo lo que nos había hecho pasar.  

Solté con liberación el vidrio y por primera vez en toda la noche me sentí alegre, libre, por fin todo había terminado. 

Sali por la puerta de emergencia que me llevo al techo del colegio y me quede esperando ahí a que los oficiales llegaran y como si Dios me escuchara, a los veinte minutos ya estaban allí, se aseguraron de darme una manta para estar abrigada y me trasladaron a la comisaria. 

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―Y eso es lo que sucedió detalladamente ―termine llorando de la impotencia. 

―Deberás esperar un momento. 

―Creo que ya me acostumbre a esta silla y a estar apresada, como me encanta ―dije sarcásticamente mientras me limpiaba las lagrimas que recorrían mi rostro. 

―Me alegro mucho ―respondió la oficial con desdén. 

Mis ojos pesaban demasiado, no se si es por el cansancio o por la verdad que me atormentaba.