En un parpadeo, el mar la había llevado lejos de la mirada furiosa de sus enemigos.Después de ella, muchas especies siguieron su ejemplo y buscaron refugio en el continente americano.
— NO ES JUSTO ¡cada vez tenemos menos terreno para vivir! — En la gran mesa de piedra, de pie y gritando, una tormenta de reclamos se cernía sobre el único que estaba sentado a la cabeza, mirando la mesa.
—¡Es cierto!
—Ya nada es seguro.
—La tecnología de los humanos incluso nos impide andar libres ¡en nuestro propio hogar!
— ¡suprimir nuestro poder nos llevará a la extinción!
— los humanos se vuelven más curiosos e invaden nuestros hogares en busca de…
—¡Y luego se quejan! Ven cosas que no deberían.
— ¡calmense! Todos, por favor calmense. No podemos hacer nada, no nos corresponde. Solo, solo hay que, seguir nuestras vidas. Varios de los nuestros tratan de arreglar el problema de la tecnología. — Habló el segundo al mando.
La asamblea seguía sin llegar a nada, hasta que uno de ellos habló con tono sombrío.
—¿Qué hay de ella?
— Ella no puede interferir en estas cosas. Ni siquiera tiene pareja, es muy peligrosa.
— Pero ¿y si este año la encuentra? Ella podría...
— no. Es una anormal. Lo que lleva en este continente es el mismo tiempo que lleva buscando a su pareja.
— Es cierto. Además, casi todos intuimos que su pareja ya no existe o simplemente, no va a tener.
La discusión había terminado.
Estaban resignados a su lenta e inminente extinción.Donde quiera que estuviera, ella no iba a ayudarlos.
Pero a sus amigos sí, siempre.
El chico al que cuidaba tenía los músculos contraídos, no quería que lo vieran temblar.
— ¿Estás listo Julio?
— Estoy nervioso, Enora.
— No te preocupes, tu transformación saldrá bien.
— ¿Cómo crees que sea mi lobo? — El chico la volteó a ver.
Mientras ellos caminaban descalzos la neblina los alcanzó y se adelantó a sus pasos.
— Te pareces a tu madre. Seguramente se parecerá al de ella.
— ¡Pero ayer me dijiste que yo era idéntico a mi padre!— nervioso, el chico apretó su mandíbula y puños.
— sí, en el exterior eres como su copia viviente. Pero el lobo en que nos transformamos refleja lo que somos en el interior. En ese aspecto te pareces mucho a tu madre.
— qué consuelo. — Y lo era, el lobo de su madre era hermoso, siempre la admiró, quería parecerse a ella.
— llegamos.
Noventa y ocho personas se encontraban rodeando un lago de agua azul.
Cada adulto con su cachorro volteó a ver al futuro líder de la manada y a su acompañante.
Julio y Enora caminaron entre ellos, de frente, como si fueran seres superiores.
De la tierra negra y húmeda del bosque nacía una construcción tallada en piedra, era un puente casi al ras del agua que se dirigía al centro del gran lago.
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Ella, La Que Viaja
Science Fiction"Mientras se desean mutuamente. Todos esperan su caída. Y eso las ponía en ventaja." Una mujer milenaria, vaga por un continente sufriendo la desdicha de la inmortalidad. Ella carga con el peso de toda una era. Su compañera de vida, el amor de su v...