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No me desperté con la princesa sino con unos golpes en la puerta. Estaba atontada y confundida y, a mi pesar, mi primera acción fue alcanzar a la princesa, pero ella no estaba en la cama. Su ausencia despejó mi mente del sueño y me senté escuchando el sonido de la pesada puerta de entrada abriéndose.

— Mi alteza real, una carta para usted— Dijo una voz áspera y varonil y supuse que era un guardia.

Me levanté y me vestí, encontré a la princesa sentada en la pequeña mesa de la cocina. No levantó la vista inmediatamente cuando entré en la habitación y, por un momento, vi una profunda mirada de contemplación en su rostro. Cuando levantó la vista, me dio una sonrisa forzada que de ninguna manera tocó sus ojos y señaló la taza de café que me esperaba.

— Gracias señora— Le di las gracias mientras me sentaba, con las manos envolviendo la taza caliente. Su mirada me dejó de nuevo y apartó la mirada pensativa.— ¿Está todo bien?— Pregunté sintiendo que mis entrañas se retorcían por el extraño comportamiento. Me preocupaba que me tratara de manera diferente debido a la noche anterior.

— Todo está bien mascota— Me dijo distraída, sus ojos mirando fugazmente a la mesa, y vi la carta que había recibido, es de carácter oficial, traía el sello de los Park.

¿Era la carta la fuente de sus distracciones?

Después de unos minutos más de silencio, exhaló por la nariz parándose de la mesa. Se detuvo a mi lado, su mano alcanzó la mía y me levantó de mi asiento. Su mano libre acarició mi cabello detrás de mi hombro, y se inclinó para olerme brevemente antes de pasar su lengua desde la base de mi cuello hasta debajo de mi oreja y luego alejarse.

Estaba confundida.

¿Qué fue eso? ¿Era esa su marca completa? Marcar era por lo general mucho más largo y nunca antes se había sentido como una formalidad, una tarea simple.

¿Estaba infeliz conmigo? ¿Se estaba distanciando de mí? Yo no quería que ella lo hiciera.

— ¿Señora?— Pregunté mientras la seguía hasta la puerta.

— ¿Mmm?— Ella respondió sin volverse hacia mí.

— ¿Éstas segura de que estás bien?— Cuestioné. Y se volvió hacia mí, con esa misma sonrisa tensa.

— Todo está bien, Lisa— Respondió y sonó como si no debiera volver a preguntar.

No me atrajo hacia ella mientras conducíamos a clase y cuando nos separamos, no buscó su olor en mí. Y me sentí tan rechazada, como una cáscara vacía, cuando entré a mi clase de etiqueta.

— Lisa ¿Qué pasa?— Taehyung preguntó antes de sentarme, eligiendo sentarme con mis amigos en lugar de con los demás sirvientes de Park.

— No lo sé. Nada, supongo— Le dije tratando de sacudir la extraña sensación que se había apoderado de mí. No podía dejar que el comportamiento de la princesa me molestara.

Se había dejado claro desde el principio que no quería un vínculo conmigo, ni siquiera me quería realmente. Fueron mis delirios los que me hicieron desear algo más y necesitaba dejar ir ese deseo, o su falta de cumplimiento me mataría.

— Pareces derrotada— Mencionó, su mano apretando mi antebrazo en apoyo.

— Supongo que lo estoy, al menos un poco, pero es mi culpa. Estaré bien, con suficiente tiempo, espero— Le respondí y me miró confundido pero sonrió tranquilizadoramente.

— Todos tenemos días malos— Me dijo.

— Pero nos tienen a nosotros, nenas. Los animaremos— Dylan agregó envolviendo sus brazos alrededor de Taehyung y besando su mejilla ruidosamente.

Princess's pet ⚜ Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora