Nuestra Decisión [Aidan Gallagher]

[11]

| _______ MUÑOZ |

—Que se vaya a la mierda— siseo entre dientes 

Asentí de acuerdo con sus palabras 

Le había contado lo sucedió ayer con Jack y parecía odiarlo más de lo que ya lo hacia 

—¿Como puedes querer seguir conviviendo con el?— me pregunto en un tono de voz tan ofendido, como si no lo pudiera creer o como si fuera la idea mas loca y absurda de todas 

—No lo se. Puede que sea por el tiempo que llevamos de conocernos

—Oh claro, yo te conozco de diez años y ya te puedo golpear un ojo. Esto no es así ____ 

No respondí

—El nunca haría eso— hice referencia a su comentario del ojo

Blanqueó los ojos 

—Llevas sin convivir con el años, no puedes asegurar nada. No puedes jurar una vida que no es la tuya, no sabes el desastre que hay en su interior 

—Suenas a psicólogo 

—Pues si sigues así de cabeza hueca te empezaré a cobrar diez dolares cada charla que tengamos— aseguró

—¿Como me has llamado?— replique ofendida 

—Cabeza hueca— lo repitió muy entendido

—¡¿Por?!

—Porque solo en una cabeza hueca cabe la idea de querer seguir con ese escorpio venenoso

—Aidan, vine a desahogarme contigo, no a que me llames cabeza hueca

—No digas cosas que me hagan llamarte así

—¡Pero es la verdad!— exclame— Por más que Jack haga cosas malas que parezcan buenas para mi siempre va a ser ese niño que conocí. Lindo, dulce, respetuoso y educado

—Ese es el primer problema. Necesitas que te den una zarandeada en la cabeza para que puedas ver la realidad de Jack— dijo 

Y me molesté 

¿Porque tenían que juzgarlo tanto? 

—¿Y tu eres muy santo? Porque te pones a juzgarlo como si tuvieras una reputación muy limpia— brame— No puedes venir a juzgarlo como si tu no fueras peor que el— me reincorpore de la silla donde me encontraba 

—¿No lo entiendes aún verdad?— el se mantuvo en su lugar mientras me miraba tranquilo

—¿Entender que?— brame 

—Aquí nadie es lo que dice ser, Jack no es lo que dice ser

—¿Tu que sabes?— exclame hostil

El se rió ligeramente mientras miraba a otro lado que no fuera yo

—¿Que es lo que te da gracia?

—Lo patética que te ves defendiendo a una mierda de persona— me sonrió con gracia

Podía sentir los latidos de mi corazón,  como si lo tuviera en la palma de la mano. No me gustaba la sensación

—Cuando te des cuenta puede ser demasiado tarde— se reincorporo mientras sumergió sus manos en los bolsillos de su pantalón

—No quiero seguir viéndote, vete— sisee entre dientes mientras apartaba la mirada

—Deberías empezar a acostumbrarte a que te digan las verdades. Por más que te enojes, por más que intentes defenderlo, la verdad no se puede ocultar— exclamo y de reojo pude ver como me observaba y me dio una ultima mirada antes de irse del aula desolada donde solo estábamos el y yo