George apenas escuchó el celular sonar, había pasado horas acurrucado con dolor en el suelo de la cocina, simplemente, se sentía tan aturdido que no podía levantarse de allí, su lobo aullaba de forma lastimera, aunque Lewis ya no lo escucharía llamaba a su alfa, mientras él repetía su nombre entre lágrimas.
Miró el nombre de su amigo en el celular, atendió luego de unos segundos, llevando el celular a su oreja.
-M-Mic - murmuró, su voz sonó completamente rota.
-¡George! George, George... ¿cómo?
-A-algo le-e pasó a Toto - - lloró-. Mick... E-el lazo se ro-rompió.
-Max, estoy yendo para allá, ¿Me abrirás?
-S-si- tartamudeo, asintiendo, aunque el otro no podía verlo.
-George, ve hacia la puerta, estaré allí en dos minutos, ¿Bien?
George volvió a asentir, sin decir nada, Mick cortó la llamada, el omega se levantó con esfuerzo, sosteniéndose de la pared para avanzar, un miedo lo rodeó cuando sintió tanta soledad, su lobo no había dejado de llamar a su alfa.
La puerta sonó con golpes firmes, aún del otro lado George pudo sentir el aroma de Mick, que pocas veces se había podido percibir, era un fuerte olor a bosque mezclado con al fresco que nunca pudo descifrar, pero creía que era menta, el olor familiar del alfa lo hizo sentirse un poco más seguro, y al abrir la puerta sólo pudo arrojarse a sus brazos, su amigo lo abrazo con ganas, tuvo que alzarlo para llevarlo hasta el sillón, mientras que el rubio escondía el rostro en su cuello para que el olor pudiera calmarlo, aunque no hacia el mismo efecto que tenía el olor de su alfa.
-George... T- Toto ya no... el rubio comenzó a llorar más fuerte -. D-Dijeron que el avión se estrelló, Georgie...
El omega solo pudo llorar, Mick cerró la puerta con su pie e ir hacia la sala, sentándose en el sillón con George aún abrazado a él como un koala.
Mick lo abrazaba con firmeza, intentando hacerlo sentir seguro con su olor a alfa, y que los terribles pensamientos de los que iba a ocurrir se mantuvieran ocultos y no afectara su olor.
Torger había muerto, el lazo estaba roto, el omega ya no tenía a su alfa.
George estaba solo y débil, y su lobo ya estaba entrando en la desesperación, para luego la depresión de ya no tener a su pareja.
Pronto, George iba a seguir con el destino que su alfa, al ser omega, difícilmente podría sobrevivir, lo único que podría salvarlo sería encontrar a su pareja destinada, aunque esos ya no existían.
Y al final él iba a terminar solo, con sus amigos muertos.
A menos que las leyendas sean ciertas y haya algo más que hacer para poder salvarlo.
Suspiró con cansancio y removió sus oscuros cabellos por al menos tercera vez en los quince minutos que llevaba haciendo con aquellos papeles.
Pronto tendría que ir a rendir el último examen que le faltaba para tener un ascenso, ser enfermero a domicilio era considerado como lo más bajo en el ámbito de medicina, y era con razones, principalmente porque no trataba a pacientes con gravedad, además de que estaba habilitado a hacerlo gracias a unas materias extras que había hecho en los primeros años, así que lo consideraban con poco estudio, ganaba poco y los viajes lo hartaban.
Ahora, su mayor sueño era aprobar el examen que era dentro de unos días, y trabajar en el hospital con tranquilidad.
Su celular comenzó a sonar, y buscó debajo de sus apuntes hasta dar con la pantalla del aparato.
Atendió sin ver el número, su celular estaba disponible en anuncios y en internet, para cualquiera que requiera un enfermero a domicilio.
-Sergio Pérez, ¿en qué puedo ayudarlo?
-H-Hola yo... Soy Mick Schumacher, usted acompañó a mi abuela hace un par de años, cuando el lazo se rompió, ¿recuerda?
Frunció el ceño un poco e hizo memoria, hasta recordar vagamente el rostro de aquel chico, la abuela de Schumacher había sido uno de los principales casos de lazos rotos que había tratado, y uno de los más tranquilos hasta el momento, su marido había muerto de vejez y ella le siguió unos días después, en donde se despidió con tranquilidad y disfruto con su familia.
-Sí, sí, recuerdo - dijo.
-Por favor - dice -. Es el mejor, y le pagaré lo que sea necesario, en serio, no confió en otra persona para cuidarlo.
-Yo...- detuvo sus palabras.
Si había algo que odiara más que su trabajo, era no hacerlo.
-Está bien, ¿Cuándo quiere que empiece?
-Lo más pronto posible.
-Lo más pronto posible.
-Prepararé mis cosas he iré enseguida - dijo, mirando todos sus apuntes-. - Pásame la dirección por mensaje a este mismo número, quédese allí hasta que yo llegue.
-Gracias, muchas gracias -, dijo Mick, y Charles solo hizo un ruido informativo antes de colgar y volvió a suspirar mientras miraba todo lo que tenía que guardar, porque se los llevaría sin dudar, encontraría tiempo para estudiar.
Atender a un omega con el lazo roto era un trabajo que abarcaba las veinticuatro horas del día si es que no había nadie más para estar con el omega, como algún familiar o amigo cercano, y al no saber qué pasaría con este paciente, llevó unas mudas de ropa y sus apuntes.
Recibió el mensaje de Mick y lo agendo con su nombre para ya saber, tomó su abrigo antes de ir a la parada de taxis más cercana y conductor.
Ok,leeré con ustedes la historia ya que no se nada,a ver si mañana nos leemos bye 😘
Mick y Leclerssell mis papis 🧎🏻♀️✨Duele más con Toto 😿
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𝗢𝘂𝗿 𝗟𝗮𝘀𝘁 𝗗𝗮𝘆𝘀 || 𝘓𝘦𝘤𝘭𝘦𝘳𝘴𝘴𝘦𝘭𝘭 || 𝖺𝖽𝖺𝗉𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇
Fanfiction𝘓𝘦𝘤𝘭𝘦𝘳𝘴𝘴𝘦𝘭𝘭 Ω George Russell un Omega que perdió a su Alfa en un Trágico Accidente,con un lazo roto y su lobo deprimido,le quedan pocos días de vida. β Charles Leclerc es un Beta y enfermero a domicilio, es contratado para cuidar al Omeg...