Capitulo 07

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Sus dedos tocan la piel de su compañero, al que no ha visto desde hacia muchas vidas atrás, él omega sigue teniendo su color dorado, no ha perdido su brillo en todos esos siglos, su cabello como el oro y su piel de un hermoso nivea, su sonrisa de perlas y sus amables ojos lo miran con alegría.

Su alma gemela sigue pareciendo su sombra, su cabello oscuro y su piel pálida contrastan con la luz de su eterno amado.

Y sonríe para él, y sus dedos acarician su rostro, sus miradas se encuentran.

Él beta mira la marca, visible por el amplio cuello de la remera, sigue como si estuviera fresca.

Él omega le sonríe de cerca y le contagia el burbujeante sentimiento que acaricia su interior.

-Tanto tiempo -murmuró él joven dorado, y junta sus labios de nuevo, finalmente.
Se pierden en el beso, se gozan después de tantas vidas y tanta distancia. Él beta acaricia su cabello y él omega sus mejillas, luego, él beta lo toma de la nuca, hasta que su mano pálida baja al delgado cuello del otro, roza la marca con sus dedos sin querer, haciendo la piel arder y quemar...

George se levanta de golpe con un grito de dolor, lleva su mano automáticamente a su marca, y llora con desconsolación por el ardor que emana de aquel lazo roto.

Solloza con dolor,Charles se despierta con confusión y tarda unos segundos en reaccionar, algo asustado del parecido de George con él chico de sus sueños.

-George, George, suelta... -él enfermero toma su brazo y lo separa a la fuerza de la marca, lágrimas cubren su rostro y suelta gemidos dolorosos entre sus lamentos-. Espera, espera, no te toques, mantente ahí.

Sale de la cama con rapidez, llendo hacia su bolso, revolviendo hasta sentir el pequeño pote con el ungüento que siempre tiene guardado para los casos como los de George, se acerca de nuevo a él, quitando la tapa.

-A ver, a ver, pequeño -dice, colocándose a su lado, tomando una generosa cantidad con sus dedos-. Mantente tranquilo, George, sólo falta que cambies de forma, ya... Respira -le ruega, acerca con sus dedos y lentitud a la marca, que está de un color rojo oscuro. Se ve irritada alrededor.

George sisea cuando el ungüento toca su piel, pero se calma con respiraciones pesadas mientras aquel remedio calma su dolor.

- C-Char...

-Shhh, tranquilo, estoy aquí... -dejó ungüento de más, ya que no quería tocar demasiado, cerró el frasco y lo miró con atención. ¿Estás más calmado?

George asintió.

-¿Q-Qué es eso? -preguntó, curioso de la magia que había utilizado para aplacar su ardor en segundos.

-Una receta secreta con muchas plantas naturales -respondió él pelioscuro-. Una amiga las fabrica, aunque ya no está aquí, se me está agotado.... Vamos, lávate las manos, haré lo mismo.

Salió del nido por segunda vez, se volteó para esperar a George, quien fue con paso lento hasta el baño.

Lavó sus manos y miró la excesiva cantidad de crema que Charles había colocado, principalmente para no tocar demasiado la marca, y le dolió la imagen.

Charles limpió los restos de ungüento de sus manos, George lo esperó en la puerta del baño, mirándolo con una extraña sensación, como de una imagen ya vivida, un viejo sueño repetido.

-¿George? ¿Charles? -la adormilada voz de Mick se hace presente, ambos voltean a él-. ¿Pasa algo?

-George comenzó a tener irritación en la marca -comentó Charles con normalidad -. Es muy común, pero nada que un ungüento no pueda calmar.

-Veo -murmuró él azabache, mirando la crema en su cuello y hombro, alzó su mano y acarició el rubio cabello de su amigo, George le dedicó una sonrisa amable -¿Estás bien?

Él asintió, mirándolo con gratitud.

-Sí, Mick... No te preocupes por mí, descansa tú, no te hará mal.

-Sí-respondió, George notó su estado de ánimo y lo abrazó sin dudar, su amigo correspondió-. Te quiero mucho, Georgie.

-Yo también te quiero, Mickey -concordó él rubio y escuchó al alfa sorber sus mocos-. Deja de llorar, que te vas a enfermar de llorar tanto.

-Si, sí... -Mick asintió, se separó de él y se secó sus lágrimas-. Yo... Volveré al sofa -murmuró, los dos asintieron-. Charles, podría... Hablar contigo un segundo.

-Claro que sí -él beta asintió, George hizo una seña que iría a la cama y él enfermera sólo fue con Mick hasta la sala-. ¿Qué pasa?

Mick se notaba nervioso.

-Pues... Mira, mi abuela, tu la conociste... Ella conocia muchas leyendas antiguas, y una de ellas es la del omega y beta que eran predestinados.

Charles frunció el ceño, con una mueca. -¿A dónde quieres llegar con esto, Mick?

-Sólo, por favor, escúchame... Tú y George, tienen una conexión, ¿no lo sientes?

Él castaña negó.

-Yo la veo, lo noto y mucho de lo que han echo... Es como en esa leyenda, de Bich y Neul.

-Eso es un cuento de niños -negó―. Hasta tiene una película animada,Mick, no quiero sonar bruto pero no me voy a dejar molestar.

-No, no, no hablo de esos cuentos estúpidos, está leyenda es real, en serio, mira -él chico buscó el cuaderno y arrancó la página de un tirón, extendidola hacia él-. Es la leyenda, como lo decía Abu.

Charles miró la hoja y suspiró, negó, y apartó su mano de ella.

-Mick, yo vine aquí hace unas horas, es tarde en la madrugada y estoy aquí para cuidar a George en sus últimos días... No me vengas con un viejo cuento de niños diciendo que es una leyenda antigua, porque no voy a creerlo.

Mick se veía decepcionado.

-Soy un Hombre de ciencia, Mick -se encogió de hombros.- No creo en predestinados, no hay pruebas de ellos, y mucho menos voy a creer en una beta y un omega de oro como pareja destinada, ni en leyendas... ¿Está bien?

Mick apretó sus dientes, bajó la vista, asintió sin siquiera mirarlo.

-Volveré a hacer para lo que me contrataste, ¿bien? Descansa, nos vemos mañana —dijo, y se alejó de él con frialdad, regresando al cuarto.

Al entrar al cuarto en silencio, se encontró con George sin camisa, esperando sentado en la cama.

-¿Tu pijama tocaba mucho la marca?

Él omega asintió.

-No se salió tanta crema, pero sí algo.

-Te puse de más a propósito, tranquilo -colocó una mano en su hombro, sonrió levemente. -¿Todo está bien? ¿Quieres dormir?

George asintió, se acomodó de espaldas, ya que del otro lado la cama tocaría el ungüento y sólo lo quitaría.

-Charles, abrázame -pidió, y él beta no mostró objeción, rodeando su cintura con sus brazos, sus piernas detrás de las del rubio, su pecho pegado a su espalda, lo que en una ocasión normal sería "haciendo cucharita".

Acomodó su rostro cerca de la nuca de George, su olor a fresas y a flores lo calmaron, y a la pocos minutos, aún algo despierto, aunque George estaba completamente dormido, pudo sentir el olor de la miel.

Volví con este Fic por que amo,me tardo ya que me baso en un Fic de KPop de Bp y me confundo (tremendo grupo,intente ser fan y fracase,aunque quiero oír más de ellas).

Gracias a SaiLecRen entendí lo de la Miel en los Omegas <3

Pobre de Mick,como lo Trato Char :(

Gracias por todo su apoyo, Gracias también por hacer que está adaptación este en Número dos en #russell l@s amo demasiado<3.

(Quiero ponerles un nombre pero no sé cuál 😭)

𝗢𝘂𝗿 𝗟𝗮𝘀𝘁 𝗗𝗮𝘆𝘀 || 𝘓𝘦𝘤𝘭𝘦𝘳𝘴𝘴𝘦𝘭𝘭 || 𝖺𝖽𝖺𝗉𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora