cap 2

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Abrió la puerta de la azotea y bajo las escaleras nuevamente, lo único que le podía faltar, era montar el ascensor y que se detuviera con ella adentro, así que no se iba a arriesgar , en lo que bajaba pudo detenerse a observar mejor el lugar, las escaleras que conducían a los pisos estaban algo descuidadas, les faltaba pintura y había poca iluminación, dejó de entretenerse y se apresuro a salir de ahí -bueno después de todo, no le voy a llegar temprano a mi madre - pensó sacando el lado positivo al asunto.

Se sentía confundida, ahora sí iba caminando sin mirar hacia ningún lado en especial, no quería encontrarse otro percance, pues al parecer en el día de hoy todo podía pasar, su cabeza estaba como loca, giraba en torno a todas las preguntas que tenía en mente.

¿cómo es posible que sí ella subió y no encontró a nadie, de repente después apareciera un chico? tan ciega estaba que no se percató de su presencia? -no- ella había revisado bien todo el lugar y no vio a nadie al momento en que llegó. ¿ Por qué el chico -cuyo nombre le parecía algo raro para un joven - recordó- dijo que las personas no podían verlo? acaso estaba muerto - paro de caminar por la pregunta que le pasó por la mente - basta Emilia - se dijo- ya ahora si deja de pensar estupideces, es imposible que este muerto si te pudo salvar -sacudió la cabeza como si eso ayudara a espantar las ideas absurdas que estaba teniendo.

Su casa estaba algo lejos de la Universidad, no era un vecindario malo, lo que tampoco se podían ver muchos lujos alrededor, era tranquilo y sobre todo la comunidad de vecinos era bien cerrada, por lo que se llevaban bien, pero vivían al pendiente de los demás, eso le molestaba bastante, si movía una maceta del jardín, su madre en menos de una hora sabía que la había movido, era algo estresante .

Por haber salido temprano no se montó en el autobús que la dejaba a unas cuadras del vecindario, ahora tenía que seguir caminando y encima se había retrasado - ahh- suspiro.

No quería seguir torturando su mente así que se coloco los audífonos y simplemente se concentro en la música que salía por estos, así el camino se le hizo más ameno, y cuando se dio cuenta estaba parada frente a la puerta de su casa.- tomó una inhalación- y paso la llave en la cerradura - solo quería entrar y pasar desapercibida para poder ir directo a acostarse, para su desagradable fortuna, abriendo la puerta se encontró a su madre con un señor de traje sentados en el sofá del recibidor.

-Buenas tardes mamá - se le acercó para darle un abrazo. Al terminar de saludar se sentó a su lado, pues sabía perfectamente cuál era el motivo de visita de su querido profesor.

- Buenas Emila Claston - la saludo el señor Andres Sandoval.

-Buenas tardes - respondió cortante, no había imaginado que una expulsión, era motivo para que viniera a visitarla personalmente en su casa.

- A que se debe el motivo de su repentina visita? - preguntó con sarcasmo.

- Creo que el motivo ya lo conoce señorita Claston, su expulsión de hoy es más grave de lo que piensa, la joven Amelia presentó una reclamación con el Decano al momento de su partida y el tomó como medida su ausencia una semana a clases. -explicó sereno-.

Se paro de su asiento alarmada - como dijo?- preguntó gritando. -una semana?, eso es imposible -alterno la vista entre su madre y el señor Andres.

-Emilia cuida tu forma, estas ante un profesor - le dijo su madre entre dientes.

-Pero es que no es posible Señor Sandoval, Amelia estaba pasando papeles durante el exámen con todas las respuestas. Al momento en que usted me requirió, yo solo le estaba diciendo que me estaba molestando y no me dejaba concentrar, mis compañeros lo pueden confirmar, no fui yo. - afirmó en defensa.

- Para su desgracia ellos confirmaron que fue usted, y eso se considera una falta gravísima en el reglamento, creí correcto venir a decírselo personalmente, pero no puedo hacer nada al respecto - le explicó.

Camino hasta la entrada del recibidor que daba a las escaleras hacía la segunda planta.
-Bien señor, que tenga una buena semana - expresó con furia y subió escaleras arriba, escuchando los gritos de su madre que volviera inmediatamente, entró a su cuarto y cerró la puerta con llave, se tiró en su cama y mirando al techo se quedó dormida.

No sabía bien cuanto tiempo había pasado, ni siquiera había escuchado si su madre se había acercado a decirle algo, tomó su celular. - genial las 2 am- dijo.

Se levantó de la cama y camino rumbo a darse una ducha, su cuarto era el más grande de la casa, tenía un baño dentro de este, y todo lo necesario para pasar la mayor parte del día ahí, su mamá le había dado esa comodidad desde que era pequeña, vivían ellas solas desde que tenía memoria, pues su padre las había abandonado antes de que naciera, no se quejaba por eso, era lo mejor, nunca le había echo falta, su madre hizo el trabajo por los dos.

No demoró mucho al bañarse, tenía hambre y casi no había comido nada en el día, comenzó a vestirse y sintió una sensación algo rara, como sí la estuvieran observando, giró y se percató que tenía las ventanas abiertas, colocándose la polera fue y las cerró, abrió la puerta y bajó a la cocina - sonrió enternecida al ver la nota que le había dejado su mamá encima de la meseta.

- Dejé comida en el frío, calienta y no te quedes sin comer - se río por el regaño enmascarado que había en esta.

Colocando el plato en el microondas volvió a sentir esa rara sensación, pero miró y esta vez no había nada abierto, el microondas paró y se apresuró a tomar el plato para salir de ahí lo más rápido que pudo.

Ya en su cuarto prendió el televisor en lo que comía, pues ya era costumbre ver algo cuando hacía esta acción, giro su vista hacia la ventana, la había cerrado estaba segura, entonces porque volvía a encontrarla abierta
- como es posible - se preguntó pausadamente - seguro me hice la idea - se dijo y terminando de comer se levanto para cerrarla.

Al acercarse a la ventana se inclinó y revisó que todo estuviera en orden y antes de que se alejara, como si de un murciélago se tratase, cayó cabeza abajo, el desvío de su camino.
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.hola otra vez.

Ida y vuelta al más allá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora