Capitulo 8

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En sexto basico, me tocaba en la jornada de la mañana, ese año me hice unos cuantos amigos más, el Cazuela, era un niño que no se alteraba fácilmente, si te reías de él, él se reía contigo, el Cordero, niño que tenia el pelo muy enchochado y también era el eco de una profesora, cuando la profesora decia silencio, él lo repetia tres veces, y el Mati,  era negrito, hablaba puras cosas sangrientas, y de mis amigos anteriores solo quedaban el Rocha, aunque le deciamos Mister Bean y tenia una forma de correr muy rara, cuando corría su mano la tenía empiñada y la movía hacia atrás y hacia adelante, como si tuviera un bastón y el Alejandro; con el Alejandro nos arrancábamos del Matías, no sabíamos el porqué, solo corríamos de él, y él nos seguía el juego. Y como siempre había un niño que me molestaba, este era pequeño, no golpeaba fuerte, me quitaba la colacion y tenia una voz chillona, quizá sabía algo de defensa personal, simplemente no era conflictivo, si me quería golpear, me dejaba, aparte no golpeaba tan fuerte, ahora que lo pienso, lo encuentro tierno jajaja.
Y ese año me piché con un clavo el pie, en la casa del Alejandro, es que él tenía un perro, era mañoso, y como yo era una persona desconocida para él, me ladraba y me quería morder, y yo como tan estúpido que soy, le dije al Alejadro que lo soltara. La idea era correr de él juntos pero el perro me queria morder a mí, y yo me escondí en un huerto que tenía Alejandro, el huerto tenia puras tablas botadas, y yo estaba ahí pensando que el perro no me encontraría, me encontró, me miró y lo miraba y yo retrocedía lentamente, me detuve y rápidamente me di media vuelta para correr. Corrí, corrí, corrí y pronto sentía que no podía mover el pie y me detuve por 5 segundos y me caí como cuando corta un árbol con motosierra, el Alejandro alcanzó a llegar para detener al perro, lo agarró y lo alejó de mí, cuando el alejandro se acercó a mí, me preguntó:
-¿Qué te pasó?
-No lo sé.- Respondí
Cuando me mire mi pie, en la plantilla de mi zapatilla tenìa una tabla, no entendía porqué, la traté de sacar con mi mano, pero no salía, al final la saqué con mi otro pie; cuando lo saqué, tenia un clavo oxidado y ahí recién me comenzó a doler, el clavo me lo enterré en el talón, era un dolor muy grande, me saqué la zapatilla para mirarme la herida y dije:
-¡Oh! Genial y ahora... ¿Qué hago?
Cuando su abuela me revisó el pie, me dijo:
-Ahora tienes que quedarte tranquilo, te vas para tu casa en la próxima micro, no te puedo llevar a la posta de aquí, tu no estás inscrito.
Ella no lo dijo de mala forma, eso era verdad, yo estaba en Quepe, irme para mi casa era la única opción. Yo quería seguir juagando con el perro, pero bueno, cuando me fuí me bajé en un lugar que se llama -o le dicen-  "La Virgen", que quedaba a unos 40 minutos caminando hasta mi casa aproximadamente,  me bajé ahí para llegar más luego a mi casa, pero la herida que tenía en el pie me dificultó el viaje, la verdad no me acuerdo cuanto me demoré en llegar, cuando llegué le conté a mis padres y me mandaron a dormir. Y esa fue la vez en que pisé un clavo con el talón del pie jajaja.
También me llevaron al psiquiatra, a mi mamá le hartaban los psicólogos, a mí no, ellos me hacían preguntas, y yo les contava mis historias. Ahora al psiquiatra, lo encontré mejor que todos los psicólogos que me hacían preguntas. La razón por la que mi mamá me llevaba era por mis bajas notas, al final concluímos que en el colegio me golpeaban, aunque nunca le dije a mi mamá, ni a mi papá, no sé, supongo que era por miedo, porque eso ocurrió desde tercero básico hasta sexto básico. Si no le hubiera dicho a mi mamá de que ví a la profesora de lenguaje mechonear a un niño, mi mamá no me hubiera cambiado de colegio y hubiéramos evitado muchas cosas.
Bueno, yo quedé repitiendo porque no aprendía, los profesores sólo te explicaban una vez y nada más, algunos eran raros, sobre todo el profesor de educación física, osea... Está bien sentir cosas por alguna alumna del colegio, pero andarlas manoseando,no.  Algunos faltaban al colegio porque ellos querían y si faltaban nos mandaban para la casa, una vez igual se cortó el agua en el colegio y nos mandaron para la casa. Los inspectores también, me acuerdo una vez que estaba corriendo de una compañera, me dirigía al baño, y yo puse la mano justo donde se cierra la puerta, la niña cerró la puerta y me sacó una uña. Una inspectora me llevó al hospital y cuando estabamos esperando se puso a llorar, todos eran raros.
No me castigaron por haber quedado repitiendo solo me decían que era un año perdido, el próximo será mejor que éste, de hecho ese verano fuimos a Santiago.

El Diario De Un LokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora