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Volví al departamento, un poco excitada tal vez. Allá en donde vivo no hablo ni con los perros, pero acá de la nada me salió hablar bien , normal, encima con chicos. Si hago el ridículo con alguien no importa, total no voy a estar por mucho tiempo. Eran como las seis y media de la tarde, pero ya era como la noche. Pensé en bañarme, ver la televisión, o tal vez escuchar un poco de música. O pensar en el americano histérico, Julian. No, bueno, eso no. Con dos palabras que hablamos parecía que se me venía el mundo de abajo. Escuchaba self esteem, de the offspring. La letra de la canción encima. Nada tenía que ver con lo que me pasaba, o con algo que me había pasado: un chico está enamorado de su amiga, pero a ésta no le interesa él, solo lo quiere para tener sexo, igual que a todos sus amigos. Toda la vida me pasé emocionándome con gente con la que hablaba dos segundos, o gente con la que me cruzaba. Me imaginaba cómo sería nuestra etapa de "enamoramiento". La etapa mas linda del amor, seguro. Lo cierto es que nunca me enamoré de verdad, me acuerdo que cuando estaba por empezar la secundaria, las hormonas me explotaban, pero conforme se me fue pasando el tiempo, me calmé , y desde entonces no me intereso por nadie. Me gusta estar sola. ¿no te sentís sola? Me dijeron. "¿eh? , no". Y sí, obvio que no me siento sola, si toda la vida fue así, nunca estuve con alguien, para ver la diferencia. Lo mismo me pasaba con el sobrepeso, toda la vida fui gorda (hasta ahora), no sabría decir cual es la diferencia con estar en tu peso normal. Mientras pensaba esto y miraba por la ventana como caía aguanieve ( estoy oficialmente enamorada con el clima), sonó el celular, pensé que eran mis papás, o mis hermanos, pero era Celeste , una amiga:
_ Ana, no nos avisaste que ibas a desparecer por tanto tiempo. O sea, siempre estás desaparecida, pero no te imaginaba lléndote de viaje por tanto tiempo. ¿huyendo de tus papás?- me dijo.
- jaaaj, sabés que tengo mucho tiempo libre, no los voy a soportar por tanto tiempo a mis papás
- y si. ¿cómo te va allá?- me dijo.
- ¿bien? Las mujeres acá no salen sin maquillaje, me siento re desnuda acá. Después te cuento más cosas, cuando tenga cosas que contarte.
- uh, qué interesante. En unos días te llamo. O me podes llamar también, sabías?- me dijo
- es que es raro hablarte por teléfono.
-vas a tener que acostumbrarte, ya no nos vamos a ver todos los días. Pero le veo el lado bueno: ya no voy a ver tanto tu cara de orto. Chau Anita.
-chau Celes- le dije
- no me digas Celes , estúpida
- no me digas Anita.- le dije.

Celeste. Nos hicimos re amigas en tercer año de secundaria, cuando teníamos quince años. Me gusta que sea tan auténtica. Siempre es ella misma, muy sincera. ¿no es eso lo que se busca en una amiga?. Al principio me costó mucho poder estar con ella, porque casi no tiene dinero, y nunca se podía permitir salir a comer, o a hacer cosas que hacen las amigas. Mis otras dos amigas son Magalí y Victoria. Viajamos las cuatro juntas a Brasil, en vez del viaje de egresados, y eso terminó de confirmar que realmente somos amigas. Tal vez no somos de esas que se demuestran cariño todo el tiempo , pero sí de las leales. Uh ya me puse re cursi, basta. Magalí es blanca, con el pelo largo y negro. Igual de baja que yo, aunque extremadamente flaca,pero es un amor, y un pooco histerica también, acelerada al hablar. Y por último, Victoria. Qué decir de Victoria. Nunca vi una persona como victoria. Alta, flaca, con curvas, el pelo castaño y largo. Habla muy bajo y es tímida, no le interesa ser hermosa, ni llamar la atención. Nos conocemos desde la primaria. Nos entendemos tan bien.

Ya me metí en la ducha, con el agua hirviendo. Mi pelo estaba mugriento, grasoso. Estuve una hora y media en el baño (real) , con espuma hasta el techo, tomando valor para salir del baño. Lo malo del frío. Pero al fin salí. Fui hasta el dormitorio, me sequé un poco el cabello. Me puse una bata, pantuflas y comencé a ver qué podía hacerme para cenar. Me preparé unos fideos con un intento de huevos fritos. ¿yo sabia cocinar? La respuesta era no. Era malísima, demasiado impaciente. Prendí la tele. Sólo había programas de entretenimiento basura. Al final me decidí por ver una película en la que una mujer rubia no era bienvenida en una peluquería en la que trabajaban mujeres de color. Racismo, pero esta vez invertido.

  Una semana después se podía decir que me había "ambientado" a todo ese bullicio de las calles, aunque seguía estresándome un poco. No sé si hice a propósito, o sin querer, pero pasé por la calle de esos dos que me habían ayudado cuando me perdí. Justamente, por uno de los edificios color ladrillo, escuché que me dijeron:
-¿ perdida otra vez?- miré para arriba. Por la voz de chico ingenuo, lo reconocí a Nick. Es raro decir estos nombres extranjeros.
- no, venía a quejarme del ruido de instrumentos que se escuchan de tu departamento hasta la otra cuadra.-le dije.
- a los vecinos no les importa.
- qué bien.- Nick había bajado. ¿quería hablar conmigo?
- Ana. Hola. Sólo porque me das lástima, estaba pensando en ofrecerte trabajo.- me dijo, irónicamente. Ahora sí lo podía ver a la perfección, de piel blanca, ojos claros, cabello castaño. Alto y muy flaco.
- no quiero tu lástima, Nick, sabes que no estoy necesitada.- le dije
- era una broma, tendrías que hacer algún curso en donde te enseñen a captar ironía. Pero va en serio, lo del trabajo, digo.
- todavía no te entiendo. O sea, no entiendo que clase de trabajo me puede dar un nene de mi misma edad.-le dije.
- bueno, con otros chicos tenemos una banda, es decir, nos queremos dedicar a la música, profesionalmente, y en el departamento trabajamos para eso, pero últimamente es un desastre. Podrías ayudarnos, en lo que sea, no es un trabajo pesado.
- ¿banda?- me encantaba esto, o sea, le preguntabas a la gente común a qué se dedicaba, y muy normalmente te contestaba que eran actores, escritores, cineastas, o músicos. Era bastante complicado asimilarlo todo.- me imagino que esto no es ninguna broma, en serio, por lo menos entendé que no soy de acá.- le dije
- vamos, la vez pasada nos pediste que te acompañáramos; si querés, podés entrar, sólo para hablar un rato, y después me decís si vas a trabajar con nosotros - me dijo.
- bueno, ¿ya?. Pero esperá : ¿quién está ahí adentro? - le dije.
- si, ya. Adentro están los chicos, de la banda. Me gusta tu remera, ¿qué dice?- la remera estaba escrita en español, y me quedaba dos tallas más grande. Mientras subía, le contaba qué decía.
- dice "lado oscuro de la luna", en referencia al muuuy famoso álbum de Pink Floyd.- le dije.
- ¿si? Me encanta. Es una pregunta un poco casual, pero, ¿qué música eschuchás?
- jaaaj, qué casual. Todo tipo de rock. Me encanta. Y se me pasó preguntarte qué tocas con tu banda -
- rock. - Tenía que ser una joda, o sea, Nick... el típico chico bueno y rico. Nada que ver.
  No coqueteaba con él, ni él tampoco conmigo. Acá se comprueba que por más atractivo que seas, si no hay conexión, no pasa nada. Puedo ser yo misma con él y eso es todo. Aunque, algo no me cerraba, mucho tiempo después lo iba a entender.
  Subimos al piso que compartía la banda. Un desastre. No había aire directamente, reinaba el humo de los cigarrillos. Y había botellas de alcohol tiradas por todos lados, e instrumentos. Los otros tres de la banda eran Fabrizio ( moreno, de cabello negro, corto y ondulado. Tenía una expresión divertida en el rostro, permanente. Casi no tenía labios, pero hacía la típica boca de pato, y medio que se me aceleraban las hormonas que las tenía medio dormidas) , Nikolai ( altísimo, con una melena de color castaño que le llegaba por la mitad de la cara. Tenía rasgos de modelo ,masculino, aunque no por eso era lindo.), y Albert ( cabello negro, con rulos. Su rostro no tenía brillo, ¿por el cigarrillo, tal vez?. Parecía tan tranquilo). En toda mi vida cero experiencia con hombres, pero siempre tuve en cuenta algo : ser yo misma.

   Ayudé a despejar un poco el lugar. En la mesa y en los sofás había muchas letras de canciones, ¿quien las escribía?

  En uno de los cuartos, se escuchaba que había alguien, pensé que era Nick, así que entré sin tocar la puerta. Bueno, no era Nick. Era Julian, el que estaba con Nick la otra noche. De cabello  castaño y enmarañado, ojos entre marrones y verdes,  con ojeras alrededor que le daban un aspecto de resaca interminable,y unos labios y nariz   p e r f e c t o s. Me miró algo tímido, y sonrió. Dios, su sonrisa cansina era el puto cielo. La habitación estaba en llamas.

Hard to Explain (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora