∘˙˚𝐄𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨́𝐧ღ‧₊˚

Capítulo 17

—Lo siento... No quería que me vieras de esta forma nuevamente.

Kanao había podido calmarse un poco después de llorar desconsoladamente en los brazos de Tanjiro.

—No tienes que preocuparte por nada, Tsuyuri-san... Pero en verdad me preocupado, ¿qué es lo que tienes? Lo que antes me habían dicho los doctores ahora ya es mucho peor.

Ella rápidamente desvío su mirada, ahora sólo miraba la vacía habitación en la que se encontraba.

—Yo... Aun no puedo decirte con exactitud. Los doctores se negaron a darme detalles por órdenes de mis padres.

—¿Entonces... Todavía no estas segura?

—No, pero cuando mis padres entraron a verme... Noté que habían llorado y no solo eso, escuché el llanto de mi madre.

Tanjiro sabía que ocultarle algo a Kanao era demasiado complicado, ella era muy observadora, por lo qué con cualquier acción sospechosa ella sabría que ocultas.

—Tengo miedo, Kamado-san... ¡Yo les mentí! No iba a ninguna revisión. Me desmaye y mis padres me dijeron que no despertaba....

—Tsuyuri-san...

Él estaba impactado, estaba consciente de que la condición de Kanao empeoraba lentamente, pero nunca pensó que fuera tan grave.

—¡En verdad tengo miedo! ¡Tengo miedo de un día ya no despertar!

—Ya, por favor, Tsuyuri-san. Por favor tranquilizante. Tu vas a estar bien, vamos a estar juntos durante mucho tiempo, pero por favor para de decir eso...

Desde un inicio había tratado de mostrarse fuerte, pero el hecho de ver a la persona que amaba derrumbarse de tal forma le partió el corazón. Lágrimas de dolor corrían por sus mejillas al igual que Kanao.

—Deseo eso como no tienes idea, pero yo-.

Él no la dejó terminar su oración, ya que su dedo índice se encontraba en sus labios.

Miró fijamente sus ojos y vio las lágrimas que salían de estos. Nunca lo había visto llorar y fue algo que deseaba nunca haber visto. La tristeza que ahora sentía era mayor.

—Hablo enserio cuando digo que pares... No me gusta verte llorar, no me gusta verte sufri. No tienes idea del dolor que eso me causa.

—Kamado-san...

—Yo... Sé que no es fácil llevar toda esta situación, pero no estas sola. Me tienes a mi y a los chicos.

—Gracias... Y, sé que ya lo dije antes, pero te lo ruego... Nunca me abandones.

—No lo haré, Kanao...

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—¡Kanao!

Nuevamente estaba de regreso en la Academia, sus amigos la habían recibido con un gran abrazo.

—¡Tsuyuri-san, te tardaste demasiado en regresar y mi onii-chan no me dejó visitarte!

—Perdón Nezuko-chan, es solo que me encontraba cansada y mis padres me dijeron que descansara una semana.

—¡Pero sufrimos mucho durante esa semana, Kanao-chan!

—El Rubio tiene razón, Kanao. Eres alguien fundamental para nosotros ahora.

—En serio, perdónenme. Les prometo que la próxima vez ya no me iré tanto tiempo.

—¿Proxima vez? —Preguntaron todos confundidos.

—Ah-, si, si, tengo revisiones seguidas, pero nada grave.

—Eso es bueno entonces.

—Si y... Tengo una pregunta.

—¿Que sucede, secuaz número 6?

—Inosuke, deja de decirnos a todos secuaces.

—¡Claro que no! Todos son los secuaces del Rey de la montaña y eso los distingue.

—Nunca vas a cambiar... ¿Cuál es tu pregunta? —Aoi preguntó.

—¿Quién es ella? — Al preguntar, sujetó la mano de Tanjiro y se escondió detrás de él.

Aún era muy tímida con gente que no conocía, por lo que le dió algo de miedo ver a una cara desconocida junto a sus amigos.

—¡Mucho gusto, Kanao-chan! Yo soy Dia y me uní a su grupito hace poco.

Ella solo respondió con un saludo de mano mientras seguía detrás del Kamado.

—¿Sucede algo, por qué te comportas de esa forma, Kanao-chan?

Nuevamente no respondió y apretó con más fuerza la mano de Tanjiro.

—Lo que pasa es que ella es tímida, le cuesta adaptarse a gente que conoce recientemente.

—Ya veo, pero me gustaría ser tu amiga, Kanao-chan. No tengo amigas y me gustaría que fueras la primera.

Ella iba a acercarse a la pelinegra y esta solo trataba de evitarla, pero en ningún momento soltó la mano de Tanjiro.

Dia notó eso.

—Dia-san.

Nezuko llamó su atención.

—¿Si, Nezuko-chan?

—Tsuyuri-san aún no te tiene confianza pues recién te acaba de conocer. Se siente incómoda, lo mejor sería que la dejes por ahora, en lo que se acostumbra a tu presencia.

—¡Gracias, Nezuko-chan! Más tarde te lo agradezco.

—Oh... Ya veo. Los veo más tarde en clases. Adiós.

—Ya era hora de poner un alto, no me gusta su comportamiento tan insistente. — Mencionó la Kamado una vez que Dia había desaparecido de sus vistas.

—¡Nenuko la puso en su lugar, por eso es de mis secuaces favoritas!

—Gracias, Nezuko-chan. En verdad me sentí incómoda con todo eso.

—No agradezcas, Tsuyuri-san.

—Yo te prometo que la próxima vez haré que ya no te sientas incómoda. — Tanjiro le dió una sonrisa.

La estaba haciendo dudar si rechazarlo había sido buena idea.

Probablemente... Le preguntaría si la propuesta seguía en pie.