Vasija de barro

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Hinata

Por suerte, todo el vodka que he vomitado antes y las horas de orina que he estado aguantando y de las que por fin me he librado me han ayudado muchísimo a estar sobria

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Por suerte, todo el vodka que he vomitado antes y las horas de orina que he estado aguantando y de las que por fin me he librado me han ayudado muchísimo a estar sobria. Sigo un poco borracha, pero la habitación no me da vueltas, entiendo las cosas que salen de mi boca y tienen sentido.

Mi único problema en este momento es que ahora estoy en la fase del consumo de vodka durante toda la noche llamada "Llanto de borracho". Ahora que Kakashi y yo estamos sentados en el sofá del salón de mis padres, yo frente a él con las piernas entrecruzadas sobre los cojines y el brazo de Kakashi tendido a mi lado sobre el respaldo del sofá, quiero berrear como un bebé. Me sonríe y me entran ganas de llorar. Me roza el hombro con el pulgar y me entran ganas de llorar. Me sonríe y me dan ganas de llorar.

El vodka es malvado, y nunca volveré a beberlo.

"Entonces, ¿de qué deberíamos hablar?". pregunto con una sonrisa forzada, sintiéndome como una idiota en cuanto las palabras salen de mi boca.

Su brazo se aparta del respaldo del sofá y me coge las mejilla con las manos.

Sí, lo has adivinado, quiero llorar. Inmediatamente se me llenan los ojos de lágrimas y Kakashi se inclina rápidamente hacia delante y presiona sus labios contra los míos, echándose hacia atrás para apoyar la frente contra la mía.

"Por favor, dime que es el alcohol el que te hace llorar y no yo", murmura Kakashi.

"Definitivamente es el alcohol. El vodka y yo estamos rompiendo y ha sido duro".

Se ríe y echa la cabeza hacia atrás para mirarme a los ojos.

"Ya me has dicho dos veces que me voy a morir. ¿A qué viene todo eso?", me pregunta sin darme tiempo a prepararme ni a pensar lo que quiero decir para que no suene completamente estúpido.

Cierro los ojos unos segundos y respiro hondo para armarme de valor. Actuando como una adulta por una vez, vuelvo a abrir los ojos para mirar a Kakashi en lugar de mantenerlos cerrados y fingir que si no puedo verlo, nada de esto será incómodo.

"Encontré tu receta en el botiquín hace unas semanas", admito. "Lo siento, debería habértelo dicho pero me asusté".

Asiente y suelta el aliento que estaba conteniendo, esperando a que le responda.

"No tienes nada de qué disculparte. Esa receta no era un secreto ni nada, y debería habértelo dicho hace mucho tiempo. Me alegro de que sólo te asustaras al leer los efectos secundarios y no pensaras que mi polla dejó de funcionar sin motivo".

El fuego artificial que causó estragosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora