Raijin el Gordo

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Hinata

Al apagar la manguera y tirarla al suelo, la tía Orochi y yo nos quedamos mirando el arbusto de hortensias de mi madre, marchito y medio quemado, que había en un lateral de la casa y que conseguimos rociar con agua antes de que prendiera fuego a l...

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Al apagar la manguera y tirarla al suelo, la tía Orochi y yo nos quedamos mirando el arbusto de hortensias de mi madre, marchito y medio quemado, que había en un lateral de la casa y que conseguimos rociar con agua antes de que prendiera fuego a la casa.

Cuando llegamos a la entrada después de comer, vimos algo humeando en el lateral de la casa, pero no esperábamos que la maldita cosa ardiera en llamas tan rápidamente. Mientras mi madre recorría la casa llamando a gritos a mi padre, la tía Orochi y yo volvimos a salir para comprobarlo, y menos mal que lo hicimos. El revestimiento había empezado a derretirse y a burbujear cuando desenrollamos la manguera de jardín y la arrastramos hasta el arbusto.

"¡HAS MATADO A MI ARBUSTO FAVORITO!", grita mi madre desde el medio del patio trasero, con las manos en las caderas mientras mira fijamente a mi padre.

"¡ESTABA APUNTANDO A TURD FERGUSON! NO ES MI CULPA QUE ESTABA PARADO JUNTO AL MALDITO ARBUSTO Y SE HUBIERA APARTADO", responde mi padre.

Como si el mero hecho de pronunciar el nombre del gato lo evocara de la nada, Turd Ferguson sale de detrás del arbusto que acabo de rociar, empapado y siseando mientras arrastra su cuerpo por el jardín.

"¿Estuvo ahí abajo todo el tiempo? ¿Cómo demonios no está frito?". murmuro a la tía Orochi mientras observamos en silencio al gato deambular hacia el alboroto en medio del patio.

"¡NO DEBERÍAS HABER APUNTADO A NADA! NO HAY FUEGOS ANTES DEL CUATRO!", grita mi madre.

"¡TENÍAS UN TRABAJO QUE HACER, KAKASHI! Estabas DEMASIADO OCUPADO ARRASANDO EL LINÓLEO Y AHORA NO PODEMOS TENER COSAS BONITAS", grita mi padre, señalando con el dedo a Kakashi, que se queda de pie, culpable, detrás de mi madre con Guy y Neji, todos ajenos al gato que sisea, escupe y gruñe en su dirección.

"¿Kakashi se estaba follando al suelo de la cocina? ¿Qué demonios nos perdimos mientras almorzábamos?" La tía Orochi susurra detrás de mí.

Me gustaría decir que estoy demasiado preocupada por el gato que se dirige hacia Kakashi como para prestarle atención o preguntarme por el comentario, pero estoy demasiado ocupada mirando aturdida a mi prometido. Lleva puesto mi pantalón corto cargo favorito, de color tostado, que le da un aspecto fantástico al trasero, y la camiseta roja ajustada que lleva le ciñe los brazos musculosos y la cintura afilada tan perfectamente que creo sentir que me resbala un poco de baba por la barbilla.

De repente, decidir que no deberíamos acostarnos hasta mañana por la noche me parece la idea más tonta del mundo. Me sentí un poco culpable enviándole a Kakashi todas esas fotos mías en lencería nueva, pero no parecieron afectarle lo más mínimo. Ni siquiera me contestó con palabras, sólo con un emoticono de pulgar hacia arriba después de cada una que le envié. ¿En serio? ¿Un emoji de pulgar hacia arriba? ¿Ni siquiera un corazón o una cara sonriente con la lengua fuera? Estaba tan enfadada después de enviarle la sexta foto que me puse delante del espejo desnuda y le envié esa foto para intentar provocarle. Mi frustración aumentó cuando no respondió, ni siquiera con otro estúpido pulgar hacia arriba, que me acurruqué en mi vieja cama y estaba decidida a masturbarme sólo para clavársela. Es decir, no es que fuera a decirle que me había masturbado, ya que habíamos acordado no hacer nada de eso y guardar lo bueno para nuestra noche de bodas, pero el mero hecho de saber que lo había hecho y que podía mirarle con una sonrisa de satisfacción y suficiencia en la cara sería suficiente. Y tal vez incluso darle un pulgar hacia arriba REAL sólo para hacerme sentir mejor.

El fuego artificial que causó estragosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora