spiderman;

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las calles de brooklyn estaban en su más grande apogeo. eran aproximadamente las once de la noche, y tú y tu mejor amigo choi san se habían encontrado después de tu jornada laboral. ambos eran vecinos desde hace mucho tiempo, viviendo a lado del otro y viéndose crecer. el amor de san contra ti creciendo de igual forma como una flor. 
a él le gustabas desde que eran niños, apabullado por tu belleza y la manera en la que siempre te querías superar a pesar del pésimo ambiente familiar que vivías todos los días.

las calles estaban rodeadas de gente, la noche era oscura y algo fría, mientras que el cielo estaba próximamente a llover. 

—¿cómo te va en el trabajo? 

preguntó san, ambas manos en sus bolsillos del abrigo negro azulado que llevaba, y esos pequeños hoyuelos que se le formaban al verte.

—¿quieres que sea honesta contigo? una mierda. pero todo sea por darme el lujo de cumplir mis sueños de ser actriz.

—yo sé que lo lograrás.

ahora tú sonreíste, pasando una de tus manos por tu cabello, desenredando unas cuantos mechones que el viento se había encargado de juntar. lo viste a los ojos, enterneciendo el aura entre ambos. sabías que san gustaba de ti, ¿quién no? para la familia de él eras como una hija, y siempre te habían brindado el apoyo necesario. sus ojos brillaban intensamente cuando te veían, sus pupilas se dilataban y su lenguaje corporal decía más que lo que decía verbalmente. 

—¿quieres comer algo? te invito una hamburguesa a unas cuantas calles de aquí.

—sí quisiera esa hamburguesa —reíste. —pero debo irme, wooyoung me ha invitado a cenar esta noche.

oh. 

se olvidaba que su mejor amigo había decidido dar el primer paso antes que él en cuanto a ti. hizo una mueca acompañado de un sonido de desaliento. aún así, se encargó de incorporarse lo más rápido posible, mostrando una pequeña sonrisa a pesar de todo. como siempre.

—supongo que te veré después. 

asentiste a su afirmación, dándole una última seña con una de tus manos para empezar a caminar lejos de él a paso lento. en ningún momento él quitó sus ojos de ti, tu silueta caminando con esas zapatos pequeños de tacón y el uniforme de la cafetería donde trabajabas. a veces quería impresionarte, otras veces quería decirte cuánto bien le hacías, y otras veces solo quería besarte todo el tiempo. aunque ahora no fueran nada más que mejores amigos de toda la vida. 

la manera en la que te prestaba atención fue interrumpida por unos malhechores que, ni bien te vieron pasar, se habían decidido por ti como un nuevo juguete esa noche. san no dudó un solo segundo más antes de empezar a caminar, quitándose sus ropas para dejar el traje de spiderman debajo de él que siempre llevaba, en caso de que hubiera alguna ocasión que lo ameritara. trepó al tejado de los edificios, viendo como ahora ya no eran dos, ahora eran tres, cuatro y después seis tipos que te venían persiguiendo como un pedazo de carne. la lluvia había empezado a emerger, añadiéndole algo más dramático a la situación.

tus intentos por escapar habían sido nulos, pues el callejón donde habías entrado estaba completamente solitario. buscaste impactar tu bolso contra el rostro de uno de los hombres, pero solo lograste correr unos cuántos centímetros antes de que todos se te abalanzaran. no sabías qué pasaría, pero de un momento a otro las manos de los hombres ya no estaban sobre ti. 



la lluvia había empapado todo tu cuerpo. 
volteaste y lograste divisar al famoso justiciero de los últimos meses entrar en acción. el enmascarado empezó a pelear contra todos como si de pedazos de papel se tratase. las aptadas y golpes que daba eran limpias, acompañado de sus telarañas que jurabas salían naturalmente de sus muñecas. estabas estupefacta en tu lugar. en menos de dos minutos, los tipos estaban hechos papilla, descansando inconscientemente en el suelo. 

diste un par de pasos hacia adelante, llamando la atención del superhéroe lo suficiente para que saliera de la escena y lo perdieras de vista. te decepcionaste, buscando con tu mirada al arácnido.

—es un riesgo estar aquí a estas horas de la noche.

te sobresaltaste, encontrando la presencia del justiciero a espalda de ti, colgando de cabeza como una araña y con la mirada puesta en ti, detrás de esos lenticulares que le cubrían el rostro. reíste, acomodando un poco tu cabello mojado a los lados de tu cara, aun con las gotas de lluvia cayendo sin dudar. 

—no sabía que un superhéroe me seguía siempre, ¿debería preocuparme?

—no lo creo. 

soltaste una risa antes de ver detenidamente al justiciero frente a ti, todavía de cabeza.

—eres increíble.

—sí... hay personas que no piensan lo mismo.

—yo sí. vas por ahí peleando contra todo tipo de criminales, y eso es de admirar.

hubo un corto silencio entre ustedes, las gotas de agua cayendo duramente en los asfaltos y en sus cuerpos. 

—quiero darte las gracias esta vez.

alzaste una de tus manos lentamente en dirección al borde de su máscara.

—espera.

te detuvo por un momento, obviamente recobrando la acción. tus dedos encontraron el borde, bajando lentamente la máscara para dejar ver la mitad del rostro de la persona escondida detrás del traje. esos labios... juraste que los conocías de algún lado, pero ya tendrías más tiempo para analizarlo. 

te acercaste sin que el chico te detuviera, porque así iba a tener la oportunidad de probar esos hermosos labios que siempre lo perseguían desde que eran unos niños. de un roce, sus labios chocaron en un vaivén mojado, sensual, ansioso. no sabías porqué, pero tenías la necesidad de estar pegada a sus labios como un imán. tus manos acariciaban los costados de su cuello desnudo suavemente, tomándote tu tiempo.
el chico se entregó al momento, abriendo más sus labios para dar paso a un beso más efímero, más apasionado. cuánto había esperado por ese momento, aunque las circunstancias eran muy... elocuentes.

pasaron segundos y decidiste separarte lentamente, a duras penas. mordiste tu labio después de eso al mismo tiempo que subías de nuevo la máscara donde pertenecía con una maraña de pensamientos en tu cabeza. habías besado a un superhéroe. habías besado a un desconocido. 

un desconocido que tal vez no lo era del todo

cuando terminaste de poner la máscara en su lugar, el arácnido subió de un golpe hacia la oscuridad de la noche lluviosa. sonreíste, mirando a la dirección exacta a donde spiderman había desaparecido. 
las gotas seguían chocando contra tu rostro, nunca te habías sentido tan viva en mucho tiempo. poco te importaba que habías besado a alguien más cuando salías con el amigo de tu mejor amigo, ¿irónico, no?

en ese momento habías querido saber quién era él, cómo se llamaba, y por qué defendía a la ciudad de nueva york cuando la mayoría de la gente no lo quería. llegaste a la conclusión de que era un chico noble, bueno, y que pensaba en su pueblo. era alguien de buen corazón, de eso no había duda. 

no esperabas por contarle a san lo que habías vivido. de seguro no te creería al principio, te llamaría 'loca' o algo por el estilo. aún así esperabas verlo al día siguiente y con una gran sonrisa, relatarle todo el sucedo.

incluso le dirías que spiderman era un buen besador después de todo para verlo ponerse ligeramente celoso, aunque fingieras no notarlo.




pero, ¿cómo se iba a poner celoso de sí mismo?



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⏰ Última actualización: Aug 01, 2023 ⏰

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