La fragilidad de la felicidad

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Advertencias: Semi AU, What if

Rated: T+

Pairing: Doukoto

Género:Romance/Suspenso/Familiar

Disclaimer: los personajes son propiedad de su respectivo creador.

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La fragilidad de la felicidad

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Justo en el instante en el comenzó a experimentar en su interior un delicioso dolor casi agonizante los ojos de Douma se abrieron con inquietud al ver a su señor Muzan sujetar los anochecidos cabellos de Kotoha hasta someterla, la preocupación se extendió por todo su cuerpo al comprender todo lo que aquello implicaba.

—¿Así que esto es lo que tenía distraído de tu deber?—su tono frío y displicente sonaba más a una confirmación que a una pregunta.

El día anterior Douma estaba feliz en su templo disfrutando de las maravillas de la buena suerte y ahora todo estaba convertido en un desastre.

¿Cómo es que las cosas ahora estaban así...? Ah sí, su lindo pájaro cantor descubrió su más oscuro secreto, se negó a creer sus explicaciones, tomó al pequeño Inosuke y huyó lejos al bosque.

Claro que él no estaba dispuesto a perder todo lo que había conseguido así de fácil, disfrutaba demasiado de la vida familiar. Por ello la había seguido con el único fin de hacerla entender, de todos modos Kotoha no tenía ninguna otra opción.

Solo que cuando trataba de convencerla– luego de hacer uso de método poco ortodoxo– de comprender o al menos fingir que no vio nada, el rey de los demonios hizo su magistral aparición.

—¿Sabes lo que va a pasar sí esta humana vive?—cuestionó con evidente retórica, pero no espero a que Douma respondiera—irá con los cazadores-

—Aahg...—Kotoha gimió sonoramente ante el agudo dolor en su cuero cabelludo al ser sus hebras tironeadas, sus ojos ginkgo buscaron a su bebé contemplado con alivio y también horror que no estaba por ningún lado.

Su vida estaba llegando a su fin, era un tonta, de eso no había dudas. Escapó de los brutales golpes de su esposo para entregar voluntariamente su corazón y la seguridad de su hijo a las garras de un monstruo.

Empero ahora descubría que había alguien muchísimo peor que él, ¿como podría ser de otro modo sí hizo que el rubio ceniciento se pusiera de rodillas y al mismo tiempo le estaba haciendo sangrar a borbotones? sin contar que la voz de quien era su verdugo tenía un obvio barítono fúnebre y siniestro.

Miró hacía Douma, a pesar de todo él nunca le había hecho daño, había sido dulce con ella; la había protegido de su marido, le había hecho creer que la amaba.

Tal vez eso último no era mentira, el rubio ceniciento estuvo minutos atrás haciéndole entender–aunque de muy mala manera– que ni ella ni Inosuke corrían peligro a su lado, de volver para seguir viviendo la felicidad que les brindaba la familia que conformaban en el templo. Pudo atisbar un poco de ese afecto en los coloridos ojos de Douma en ese momento y decidió aferrarse a ello.

Era lo único que le quedaba, si quería salvar su vida y la de su hijo tenía que hacerlo

—Do-douma-san...—sollozó estirando su mano hacia él en una viva exclamación de ayuda.

—Ella es muy tonta, pero no llega a ese nivel—trató convencer con una sonrisa alegre, fijando sus ojos en Kotoha, incluso llorando así, era indudablemente hermosa—además yo prometo escudriñar todo más exhaustivamente, sí dej- —se detuvo al darse cuenta del rumbo de sus propias palabras.

Los ojos de Muzan se estrecharon ante su inequívoca insolencia y apretó más fuerte el agarre que tenía sobre Kotoha, ella solo lloró como respuesta.

Hizo una mueca, como un niño siendo atrapado en una travesura, guardando silencio mientras sentía más fuerte el familiar y agudo dolor atravesándole cada célula de su ser al rojo vivo. Sí quería preservar la vida de su pájaro cantor iba a tener que ser menos impertinente, en manos de su señor su historia feliz tenía dos finales y ninguno de los dos le gustaba para nada.

La joven mujer en agonía sintiendo como algunos de sus cabellos se desprendían hasta que el agarre menguó para dar paso al agudo dolor de algo afilado sajando su cuero cabelludo y eso fue todo antes de que su vista se volviera oscura.

—Esta bien, puedes conservar a tu mascota. Pero espero que no te distraigas de nuevo, porque no habrá segunda vez—sentencio lanzándola hasta él

—¡Gracias, amo Muzan!—casi gritó pegando su frente contra el suelo.

Y así como llegó el rey de los demonios desapareció.

Douma torció los labios con una profunda y artificial desilusión, estiró su mano para acariciar el kimono sucio de la pelinegra. Bueno no podía ir en contra de su amo Muzan, había que resignarse.

Ahora su tierna e inmaculada Kotoha era un demonio, todo lo que le gustaba de ella ahora estaría perdido.

Buscó a Inosuke, que en medio de su intercepción cayó hasta algún sitio, el bebé estaba tras un arbusto chupando su puño ajeno a todo el desastre ocurrido, se limpió el rastro de sangre antes de tomarlo en los brazos acomodando la manta que lo envolvía.

—Ahora tu madre es alguien diferente, pero no por eso te quiere menos—

Quizás, luego de estabilizarse completamente, la parte más humana de su mujer reaccionaria a Inosuke.

Al menos eso esperaba.

Lo único bueno de todo eso, es que su hermosa Kotoha estaría por siempre y para siempre con él.

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Gracias por leer

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Nota: me inspire en un Doujinshi. Está historia va a tener capítulos muy cortos, es una historia más que nada familiar y suspenso o algo así.

Para que quede claro, aquí no va haber un Douma enamorado o algo así, el tiene un obvio TAP y así se va a quedar. Lo que siente por Kotoha es únicamente fascinación, de hecho al principio está "asustado" más que nada por si mismo, le gusta jugar a la casita y le preocupaba que Muzan le quitará eso, lo que Kotoha vio en sus ojos fue producto de su imaginación.

Post nota: el título de la historia no me gusta para nada

𝑳𝒂 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒐𝒕𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora