Los lobos no crían corderos

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Advertencias: Semi AU, What if, mención de hechos grotescos.

Rated: T+

Pairing: Doukoto.

Género: Terror/Familiar/Romance

Disclaimer: los personajes son propiedad de su respectivo creador.

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Los lobos no crían corderos

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Sí Douma no hubiera estado tan ensimismado masticando el pedazo de carne que tenía en la boca, tal vez hubiera notado que, por la pequeña hendija de la puerta shoji, unos dedos regordetes entraron haciendo esfuerzos hasta abrirla completamente.

Inosuke entró a la pieza sonriendo orgulloso de su hazaña, ahí estaba su papá dándole la espalda, su primer impulso fue correr abrazarlo. Pero se fijó que el piso estaba lleno de esa agua colorada, inspeccionó el espacio hasta que su mirada dió con una pequeñita pelota blanca, el verde de sus ojos rutiló con emoción ¡Una pelota! Muy pequeña, pero una pelota a fin de cuentas.

Con pasos de pato su cuerpo rollizo se movió con rapidez hasta alcanzarla.

Douma soltó la pierna que estaba engullendo y trató de actuar rápido, pero el pequeño Inosuke ya tenía el globo ocular en sus manitas ¿Cómo entró? ¿No se suponía que estaba durmiendo? ¿Cómo fue que él no se dió cuenta?

-¡Inosuke!-

-¡Mío!-anunció el pequeño frunciendo el entrecejo al ver sus intenciones, no le gustaba que intentarán quitarle sus tesoros-¡No! ¡Mío!-

De las pocas palabras que Inosuke conocía, esas estaban en su repertorio de favoritas. Desde que comenzó a hablar "No", "Mamá", "Mío" ,"Papá" eran sus predilectas

Se limpió el resto de sangre de su boca con la manga y se acomodó frente al niño-¿No deberías estar durmiendo?-Inosuke lo miró con desconfianza escondiendo su nuevo juguete-Dame eso.-pidió extendiendo su mano.

-¡No!-refutó molesto escondiendo el globo ocular-mío, no de papá-alegó alzando su voz.

Douma reprimió la risa que burbujeaba dentro de él ante el comportamiento del pequeño, no obstante no podía ponerse a ceder como siempre, sobre todo en ocasiones como esas.-Si es mío...-

-¡No!-negó meciendo su cabello con el gesto crispado

El rubio ceniciento torció los labios, sí intentaba quitárselo, lo más probable era que Inosuke comenzara a armar un berrinche atrayendo atención indeseable. Ya había pasado en más ocasiones de las que podía recordar-Inosuke, eso no es tuyo-

-¡Si mío! De Inosuke-

Douma se llevó una mano ensangrentada al mentón meditando las opciones, una idea se encendió en cabeza como un foco, se puso de pie y dijo entonces:-¿Y sí le preguntamos a tu mamá? Ella te dirá de quién es...-

𝑳𝒂 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒐𝒕𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora