Capitulo 2.

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Lena llevaba una semana en aquel planeta extraño, ya no sentía miedo de estar ahí, sobre todo porque la rubia que la había curado y alimentado el primer día era la única que se acercaba a su habitación, ambas habían ideado una forma de comunicarse mediante señas, no era una comunicación muy enriquecida, pero por lo menos podían hablar lo básico, cosas del estilo ¿cómo estás? ¿tienes hambre? ¿tienes miedo?

No era mucho, pero se podía considerar un avance, Lena aún tenía que descubrir exactamente a que planeta había llegado y Kara quería saber de dónde provenía la pelinegra, así que todavía tenían mucho por recorrer en cuestión de su comunicación, pero por el momento ambas se sentían cómodas la una con la otra, había ocasiones cuando la rubia le llevaba la comida, en la que se quedaban una a lado de la otra sonriendo

Era extraño pero familiar a la vez, Kara llegó como todos los días a dejarle el desayuno a la pelinegra y se la encontró durmiendo, eso era extraño, en la semana que tenía de observar a la mujer esta, siempre se levantaba temprano incluso podría decir que lo hacía en el mismo horario que la rubia, pero hoy la encontraba recostada en su cama, completamente dormida y con rastros de sudor en su frente

Se acercó un poco más y notó que los gestos que hacía no parecían denotar algo positivo, tenía el ceño fruncido y a veces acompañaba esas muecas con quejidos, Kara no sabía muy bien lo que pasaba, pero si tenía algo claro, la chica estaba sufriendo y eso no le gustaba, así que dejó la bandeja del desayuno en la mesa y se acercó a ella, colocó ambas manos en sus hombros y comenzó a sacudirla un poco

Luego de unos segundos realizando dicha acción, los orbes verdes aparecieron frente a ella, la chica había despertado, Lena no sabía muy bien lo que pasaba, le había costado demasiado dormir, se sentía inquieta, incomoda y cuando cerraba los ojos dispuesta a dormirse, comenzaba a escuchar gruñidos y a sentir miedo y desesperación, afortunadamente la rubia la había logrado sacar de esa pesadilla

Su corazón estaba agitado, su respiración era irregular, su cabeza estaba a punto de explotarle, pero por alguna razón cuando enfocó su mirada en los ojos azules de la rubia todo el malestar se esfumó, una tranquilidad inexplicable llegó en su lugar, era muy extraño, pero lo agradecía, no le había gustado para nada lo que experimentó, al parecer la rubia estaba igual de confundida que ella, pues sus ojos iban de un lado a otro como buscando respuestas

Luego de unos minutos en ese estado, se levantó señaló la bandeja diciéndole que comiera y salió de la habitación, eso hizo que Lena se sintiera triste, ya se había acostumbrado a desayunar con la mujer todos los días, pero también le preocupaba la reacción que tuvo *¿Ella sabrá lo que me pasó? Por la cara que puso no es nada bueno* suspiró, no podía hacer nada más *Si llego a estar enferma como demonios voy a entender lo que me digan los médicos, espera ¿hay médicos aquí? Tendría que, alguien debe curarlos*

Comenzó a comer lo que se encontraba en la bandeja, en la semana que llevaba había probado diversos platillos y debía admitir que la gastronomía de ese planeta es deliciosa, sobre todo las frutas, jugosas y dulces, terminó su comida y se decidió por una ducha, comenzaba a sentir de nuevo ese horrible malestar, supuso que la atmosfera no era apta para ella y posiblemente eso la esté debilitando o tal vez la comida *Es que la comida es tan deliciosa, pero tal vez sea como dicen, lo que no mata engorda y quizás lo que no me engorda me mate* sonrió ante sus pensamientos

Se duchó y vistió con ropas que habían aparecido en el armario al segundo día de su llegada, eran ropas típicas del lugar, pero le agradaban, aunque extrañaba sus trajes con los que solía vestirse en la tierra, pero no es como que se fuera a quejar de tener ropa limpia para poder asearse, salió del baño completamente vestida y se recostó en la cama *¿Volverá a venir la rubia? *

Amor e InstintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora